​La compra de patrulleros oceánicos para Uruguay escala a un problema diplomático
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​La compra de patrulleros oceánicos para Uruguay escala a un problema diplomático

El titular de Defensa asistirá hoy al Senado, donde la oposición cuestionará el proceso de compra y sus consecuencias para la Armada y el país
Nordkapp   Foto armada de noruega
Buque clase Nordkapp de Noruega. Foto: Royal Norwegian Navy
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La compra de buques de patrulla oceánica (OPV) para la Armada de Uruguay, una promesa que el actual gobierno y, particularmente, el ministro de Defensa, Javier García, aseguró en múltiples oportunidades que iba a ser concretada durante su gestión, cada vez se encuentra con más problemas, generados en buena parte por un muy mal manejo del proceso de compra. Esto ahora ha generado un roce diplomático entre China y Uruguay, que incluso ha llevado al embajador del pais asiático a manifestar, la semana pasada, a García el descontento de su país con respecto a la forma en la que se había manejado el proceso de compra y que pensaba reunirse con el ministro canciller de la República y el propio presidente uruguayo para informarles de la posición de China sobre este tema.

El llamado a precios, el pliego de condiciones y las calificaciones

El 16 de diciembre de 2021, el presidente Luis Lacalle Pou informó junto a García que Uruguay iba a iniciar nuevamente un proceso de adquisición de OPV, con múltiples comisiones de evaluación, incluyendo a representantes de todos los partidos, para que se definiese cuál era el modelo elegido para ser adquirido. La compra sería en sustitución de los dos llamados anteriores fallidos realizados durante los gobiernos de izquierda previos, que habían tenido como resultado la elección de la firma alemana Lurssen como ganadora, la que proveería tres OPV de 80 metros por unos 210 millones de dólares a ser pagados con una financiaciñon extremadamente flexible y a baja tasa de interés. Para esta compra, todos los partidos politícos habían dado su apoyo, incluyendo al propio García, por entonces Senador, quien la consideraba positiva para el país y la defendió en más de una oportunidad en la comisión de defensa del Senado.

Sin embargo, por motivos que se desconocen, la compra nunca se llevó a cabo y al asumir el nuevo gobierno se realizó, pasado el impacto de la pandemia en 2020, un nuevo llamado con condiciones totalmente distintas: se agregaba un hangar fijo a los buques, armamento de 76 mm orgánico, sistemas electrónicos de última generación, incluyendo radares de tiro, sistemas optrónicos, data links, Tacan para operaciones aeronavales y mantenimiento integrado a largo plazo. Sorpresivamente, el ministro de defensa, el mismo 16 de diciembre y después de que el presidente anunciara el llamado, dejó entrever que el presupuesto asignado para la compra de los buques rondaría los 100 millones de dólares, pero que no iba a dar mas información porque no quería decirle a los proveedores el número exacto. Ese presupuesto, en primera instancia, quedaba claro que no iba a ser suficiente para la construcción de buques de las características solicitadas, considerando que cada OPV de Lurssen costaba 70 millones de dólares sin hangar, con cañon de 40 mm y sin buena parte de la electrónica solicitada en la nueva convocatoria, sumado a que los costos de construcción de buques, como todo en general, había subido sustancialmente tras la pandemia. Adicionalmente, el ministro decidió que el llamado se canalizara únicamente a través de embajadas, pues su política personal es la de no negociar directamente con empresas privadas. Esta combinación de factores llevó a que sólo tres astilleros se presentasen al llamado, el consorcio francés Kership, la firma neerlandesa Damen y la china CSTS.

Una vez analizadas las propuestas, la comisión técnica asesora determinó que la única oferta que cumplía con todos los requisitos era la de CSTS, con dos opciones: una por 200 millones de dólares con sistema logístico integrado por 15 años y sistemas electrónicos occidentales y otra por 164 millones de dólares con el mismo equipamiento pero sistema logístico integrado por cinco años. Esta última fue la seleccionada por Uruguay con el apoyo de todas las comisiones que estaban evaluando la oferta, incluyendo la de Economía. 

Corría mayo de 2022 y todo indicaba que el gobierno firmaria la compra de los buques chinos para que el primero llegase al pañis durante la actual administración. Sin embargo nada sucedió. El Gobierno comenzó a solicitar extensiones a las garantías de mantenimiento de las ofertas a los tres astilleros, situación que se repitió sistemáticamente hasta el 2023, con intervenciones del Tribunal de Cuentas -consultado por el Ministerio de Defensa- para confirmar la legitimidad del proceso de adjudicación, lo que fue ratificado por la entidad reguladora de compras oficiales del pais.

Esta situación se prolongó hasta el 31 de enero, cuando el titular de la cartera de Defensa informó públicamente que se cancelaría la compra por considerar a todas las opciones como no convenientes para el país, por estar por encima del presupuesto disponible (los famosos 100 millones de dólares) y que el país probablemente se decantara por la compra de buques de segunda mano provenientes de Noruega, por una cifra muy inferior, redireccionando el resto del presupuesto a otras compras para las Fuerzas Armadas.

El enojo chino 

Si bien existió la comunicación pública, oficialmente el Gobierno no dio por cerrado el llamado a precios, lo que generó la primer molestia de China pues hasta entonces, al haber sido declarados ganadores, asumían que su buque sería el elegido. Ante esto se enviaron varios correos electrónicos al Ministerio los que fueron ignorados. Sin embargo, China decidió redoblar la apuesta, presentando una oferta más económica de los mismos buques, con algunas modificaciones a nivel de electrónica, Santa Bárbara, data link y sistemas de tiro, para hacerlo más económico. Junto con esta oferta, los representantes chinos le pidieron al Gobierno uruguayo que activara la cláusula 13 del pliego de compra, que habilita al Gobierno a negociar los términos de la compra, algo que durante su reunión con el embajador de China, García dijo que no se podia hacer. 

La nueva oferta, por lo tanto, también quedó descartada, pese a que el embajador le mencionó al ministro que si bien no era especialista en el tema, tanto el pliego como el Tocaf (reglamento de compras del estado uruguayo) habilitaban al Gobierno a negociar. Si bien China está de acuerdo con que Uruguay, como país soberano, puede decidir qué comprar y qué no, lo que se manifiesta es que todo el proceso de compra fue manejado en forma extremadamente desprolija, con mucha falta de seriedad, generando pérdidas económicas como de tiempo a todos los involucrados.

El factor Estados Unidos, sus presiones y los buques Nordkapp

A toda esta problemática del pésimo manejo de la compra, aun peor que los otros dos intentos fallidos relizados por los gobiernos anteriores, se suma el hecho de que Estados Unidos -en forma no muy discreta- manifestó su disconformidad con la compra de pertrechos a China, país que cada día que pasa se convierte más y más en su enemigo militar tomando el lugar de la antigua Unión Soviçetica, para generar una nueva suerte de guerra fría militar, pero que se entremezcla con profundos lazos comerciales entre ambas naciones. 

Estados Unidos no sólo dejó claro su inconformidad con este asunto sino que también prometió que iba a habilitar partidas especiales para la venta de material a precios de amigo para las tres ramas de las Fuerzas Armadas de Uruguay con un paquete específico de 30 millones de dólares para la Aramda, que incluye aviones, helicopteros, lanchas patrulleras, un buque de apoyo, armamento ligero de infanteria y camiones. Esto como contrapartida, de alguna manera, a la suspensión de la compra de OPV Chinos. Adicionalente, y en un proceso que aún no está del todo claro cómo llega a Uruguay, se recibe la oferta de tres buques noruegos, clase Nordkapp, que serían vendidos en condiciones favorables para el pais.

Esta oferta, que extraoficialmente trascendió que en primera instancia habría sido presentada por representantes de Fincantieri en Uruguay, lo que fue rechazado por el ministro por aquello de que no recibe a empresas privadas, para luego ser elevada directamente por el Embajador de Italia en Uruguay, ofreciendo a la firma naval italiana como el astillero capaz de modernizar las naves: recambio de motores, recorrida en el casco y mejoras a nivel de electronica y armamento. Sin embargo, García ordenó que se estableciera comunicación directa con Noruega por esos buques, a través de la Embajada Uruguaya en Suecia, para ver cuál era la situación de las unidades y a su vez analizar qué opciones existen para su modernizacion.

A día de hoy, si bien el ministro ha manifestado que las negociaciones con Noruega están muy avanzadas, no se ha determinado quién hará los trabajos de modernizacion -si es que se realizan- y cómo será solucionado un tema clave para la adquisicion de esas buques: su calado es superior al del muelle naval del puerto de Montevideo. Si bien se especuló con emprender modificaciones estructurales a las naves, existe una solucion posible a este problema sin que sean alteradas y que depende del traslado de las instalaciones que actualmente utiliza la Armada en el Puerto de Montevideo a otra zona del mismo, particularmente, en el puerto de pesqueros, zona que está disponible y que tiene el calado suficiente como para recibir a los buques de la clase Nordkapp. Quedaría pendiente el tema de la profundización del canal del acceso al dique de la Armada, que también carece de las dimensiones necesarias para recibir los buques noruegos.  

Así las cosas, con más de la mitad del periodo de gobierno transcurrido, el ministro de Defensa se encuentra con una situación muy compleja para lograr cumplir una promesa, tanto propia como del presidente, y se arriesga a dejar a la Armada sin buques de aguas azules. A este grave problema se le agrega el diferendo diplomático con el principal comprador de productos uruguayos, China, con quien hace mucho tiempo se está negociando un posible tratado de libre comercio. 

El ministro comparecera hoy lunes en la comision de defensa del Senado, donde se espera que miembros de la oposición cuestionen duramente el proceso y sus consecuencias tanto para la Armada como para todo el pais.



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