El Servicio de Investigación del Congreso (CRS) de Estados Unidos advierte en un informe del peligro de sobrecostes en el programa de fragatas FFG(X). El aviso se suma a los problemas de calendario que ya acumula este proyecto que la Marina de Guerra de EEUU (US Navy) adjudicó en 2020 a la firma italiana Fincantieri, frente a las opciones presentadas por la española Navantia y la estadounidense Huntington Ingalls Industries (HII). De momento ya se estima un retraso de tres años en el programa.
Inicialmente, el Servicio de Investigación del Congreso de EEUU calculó, a principios del año pasado, una demora de doce meses, atribuida a la escasez de trabajadores cualificados para sacar el proyecto adelante. La escasez de determinados “materiales de larga duración” también se esgrimió para justificar unas dilaciones previstas que hace ahora doce meses ya apuntaban, según un informe del Instituto Naval de EEUU (USNI) conocido entonces, hacia una dilación de tres años, lo que ahora se ve más claro.
A ello añade ahora la posibilidad de un incremento de los costes presupuestados lo que en principio se trató de evitar adjudicando contratos fijos de construcción que, sin embargo, pueden acabar precisando de inyecciones adicionales de la Marina para poder atender los costes más elevados, informa Janes.
La primera adjudicación del programa a Fincantieri consistió en un contrato de hasta 5.580 millones de dólares para el diseño y construcción de la nueva fragata, de la denominada clase Constellation, más la opción de otras nueve, que, de ser finalmente construidas, deben estar listas a mediados de la década de 2030. El programa completo cinorebde la construcción de una flota de al menos una veintena de fragatas.
De 1.400 a 1.100 millones
El informe de la CRS estima que cada buque de la clase supone un desembolso de entre 1.100 y 1.200 millones de dólares (entre poco más de 1.000 y por encima de 1.100 millones de euros al cambio actual), aunque a la primera unidad se calcula un coste que ronda los 1.400 millones (casi 1.300 millones de euros), dado que exige un aprendizaje que no precisarán las demás y soporta buena parte de costes de diseño e ingeniería inicial.
La Oficina de Responsabilidad del Gobierno de EEUU (GAO) reiteró la semana pasada, a su vez, la detección de problemas en el desarrollo del programa de las Constellation. El hecho de que la construcción de los buques comenzase antes de que su diseño se hubiese completado está originando una serie de dificultades en un barco que, si bien deriva en gran medida de las fragatas italo-francesas Fremm, ha experimentado una elevada cantidad de cambios de diseño impuestos por la US Navy.