Una de las partidas más importantes de las incluidas en el Plan Industrial y Tecnológico de Seguridad y Defensa aprobado por el Consejo de Ministros del pasado martes 22 de abril, cuyo objetivo es alcanzar una inversión del 2% del PIB en defensa este mismo año, es la definida como Aumento de las retribuciones del personal y aumento de efectivos de las Fuerzas Armadas, que asciende a 679 millones de euros.
Esta asignación se engloba en uno de los cinco pilares del plan, que según el Gobierno, tiene como objetivo "mejorar las condiciones laborales, la preparación y el equipamiento de nuestras Fuerzas Armadas a fin de equipararlas con las de los países más avanzados de la UE", que se lleva el 35% del total de los 10.471 millones siendo, por tanto, el más cuantioso.
“Vamos a incrementar el número de efectivos, aumentar las retribuciones salariales, actualizar equipamientos, y modernizar nuestros sistemas de formación para el pilotaje. España necesita unos Ejércitos y una Armada de primer nivel y, para ello, debe dotar a sus integrantes de salarios dignos, del entrenamiento adecuado, y de las mayores condiciones de seguridad posibles”, explica el Gobierno en el documento.
También se incluyen otras dos partidas para Contribuciones al Instituto Social de las Fuerzas Armadas (Isfas), de 32 millones de euros, y otras de Gastos de modernización incluyendo digitalización, así como gastos corrientes en vestuario y combustible, de 421,5 millones.
Subida salarial en marzo
No hay que perder de vista que el Consejo de Ministros del pasado 25 de marzo ya aprobó un Real Decreto para la Modificación de retribuciones del personal de las Fuerzas Armadas, por el que modificaba el reglamento de retribuciones del personal de las Fuerzas Armadas, aprobado por el real decreto 1314/2005, de 4 de noviembre.
Esta modificación tenía por objeto revisar el complemento específico de todos los empleos del personal militar, actuando sobre las cuantías del componente general.
Por tanto, desde el día siguiente a su publicación en el BOE, es decir, el pasado 26 de diciembre, y con efecto retroactivo desde el 1 de enero de 2025, se pasó a aplicar un aumento de 200 euros mensuales en el complemento específico. Además, se trata de una mejora consolidable, lo que supone que formará parte del salario base de manera permanente. Además, los militares de tropa y marinería mantienen los 100 euros mensuales adicionales que ya venían recibiendo desde el año pasado como incentivo.
Sueldos brutos
Con la subida ya aplicada, los sueldos brutos anuales de los escalafones más altos iban desde los más 60.700 euros brutos anuales de generales de Ejército, almirantes generales o generales del aire, a los 57.000 de los tenientes generales o almirantes pasando por los 52.400 de los generales de división o vicealmirantes.
En niveles intermedios, un coronel o capitán de navío pasaba a cobrar 44.100 euros, un comandante o capitán de corbeta por encima de 38.000, y un teniente o alférez de navío más de 32.000 euros. Alféreces, suboficiales mayores y subtenientes entre 30.000 y 35.000, brigadas, sargentos primeros y sargentos entre 26.000 y 30.000.
Finalmente, un cabo mayor pasaba a ganar casi 24.000 euros anuales, un soldado o marinero permanente en torno a 19.800, y uno temporal 18.400 euros, siempre hablando de salario bruto anual dividido en 14 mensualidades, incluidas dos pagas extra.
Por tanto, la nueva subida aprobada por el Consejo de Ministros debería ser complementaria a la aprobada en marzo, pero la partida de momento no específica cómo se van a repartir esos 679 millones de euros, pues el dinero es tanto para “mejorar las condiciones laborales de la tropa y la marinería”, como para un aumento de los efectivos en el seno de las Fuerzas Armadas.
Más allá de que estas subidas puedan no contentar a los afectados, no cabe duda de que se trata de un importante esfuerzo presupuestario para atender a un colectivo clave para la defensa, el estamento militar, que debe estar bien remunerado no ya solo por justicia, sino porque es necesario hacer de las Fuerzas Armadas un destino laboral atractivo e incorporar talento. En la actualidad, muchas plazas, como por ejemplo los pilotos de avión, no se cubren pues les resulta más atractivo irse a las empresas privadas de aviación comercial.
Las críticas de la izquierda a este plan, tanto por parte de los socios de Sánchez en el Gobierno de coalición, como por las recibidas de otras formaciones como ERC o EH Bildu, van también contra las condiciones laborales de los militares y no solo contra el rearme.
Comparación con Europa
De hecho, incluso con la última subida salarial y la que pueda suponer el plan presentado el martes, los militares españoles siguen estando entre los peor pagados de Europa. Así, por ejemplo, Reino Unido, país miembro de la OTAN como España, paga a un recluta desde el primer día de su incorporación a filas unos 29.548 euros brutos anuales; 38.235 a un cabo primero; 48.100 a un teniente, más de 59.000 a un capitán y por encima de los 74.000 a un major, el equivalente a un comandante en España.
Un informe de la consultora SWP para The European Organisation of Military Associations and Trade Unions (Euromil) situaba a España en el puesto número 15 entre los países europeos según el salario de sus soldados, muy por debajo del resto de grandes economías del continente y solo por delante de estados como Grecia, Hungría o Bulgaria, todos ellos con un PIB y un renta per cápita inferior a la española.
Y según los datos de la propia OTAN (de 2023), un soldado español de rango 1 que preste servicio en la Alianza Atlántica cobrará un salario mensual de 2,958.05 euros al mes (41.412,7 € años), mientras que ocupar el máximo rango el salario se sitúa en los 12.771,64 euros mensuales (17.8802,96 euros al año).
Los soldados de la OTAN de menor rango que más ganan son los de Estados Unidos, con un salario mensual de 4.080,03 dólares (3.878,96 € por mes), mientras que los que menos cobran son los de Grecia, con un sueldo de 2.708,49 euros (37.918,86 euros al año).
Independientemente de cifras exactas, que evidentemente pueden no incluir complementos, dietas y otras variables a tener en cuenta, lo que parece claro es que España debe aún hacer un importante esfuerzo inversor para situar a sus Fuerzas Armadas, no solo entre las mejor preparadas y con mayores recursos, sino entre las mejor pagadas.
Falta de efectivos
Lo mismo ocurre con el tamaño, pues, según la OTAN, las fuerzas armadas españolas son las quintas más grandes de la UE en cuanto a número de efectivos pero en ratio en relación con el número de habitantes, desciende al puesto 16, por debajo de la media europea.
Así, con 117.600 efectivos hay 2,4 militares por cada 1.000 habitantes, mientras que la media UE es de 3,6, de modo que España necesitaría contar con aproximadamente 175.000 efectivos o, lo que es lo mismo, 57.400 militares más.
Y lejos de mejorar, la falta de militares no ha hecho sino empeorar en los últimos años: según el último informe del Observatorio de la Vida Militar, desde 2010 las Fuerzas Armadas españolas han perdido 13.629 militares profesionales.
Según dicho informe, "las necesidades operativas y las nuevas estructuras de las Fuerzas Armadas no han dejado de aumentar, demandando un mayor grado de disponibilidad y, por tanto, de mayor exigencia para su personal".
Actualmente, la Ley de la Carrera Militar no establece un mínimo de efectivos, aunque sí un máximo militares en servicio activo, que se sitúa entre 130.000 y 140.000.