Corea y la geopolítica de los Juegos Olímpicos
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Corea y la geopolítica de los Juegos Olímpicos

Vehículo de reabastecimiento de municiones K10 y sistema de artillería K9 Thunder SPH. Foto. Hanwha Aerospace
Vehículo de reabastecimiento de municiones K10 y sistema de artillería K9 Thunder. Firma: Hanwha Aerospace
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Finalizados los Juegos Olímpicos de París, el análisis del medallero presenta algunos paralelismos curiosos con respecto a la situación geopolítica actual. Con la ausencia de Rusia, que se ha colocado al margen de las reglas internacionales, la rivalidad chino norteamericana ha sido evidente. Una rivalidad que viene, al menos, desde los juegos de Londres, en la que a Estados Unidos le cuesta cada vez más mantener su posición de liderazgo.

Europa, incluyendo al Reino Unido, se mantiene, pero su peso relativo es cada vez menor. Esto nos parece más claro si nos fijamos exclusivamente en los miembros de la Unión Europea, dónde, el liderazgo (deportivo) alemán se ha desvanecido desde Río 2016. Francia ha sabido jugar la oportunidad del efecto campo. Holanda ha seguido una trayectoria ascendente en la última década. Italia mantiene una línea de presencia muy constante entre los 10 primeros. Como también lo hace Hungría, pero ya en la segunda decena del listado.

España, salvado el bache de Tokio 2020, vuelve a entrar entre los 20 países de cabeza. Es el sexto país de la UE y en cuanto a número de medallas está lejos de la barrera, más sicológica que real, de Barcelona 92. Ha habido grandes éxitos. También grandes frustraciones, algunas muy tristes, y otras quizás esperables a pesar del triunfalismo. En nuestro caso, lo que nos parece más importante es señalar el valor del equipo y del potencial que tenemos si lo sabemos aprovechar.

El aumento del peso relativo de los países de Asia-Pacífico parece también evidente. Ya hemos mencionado a China. Japón se mantiene en la tercera posición que había obtenido en casa en 2020. Australia y Nueva Zelanda, con quién quizás nos podríamos comparar, muestran una pujanza que va más allá de lo deportivo. Como también lo hace Corea del Sur que se mantiene entre los 10 primeros puestos y cuyo potencial podría ser similar al español.

Los coreanos están también entre los 10 primeros países exportadores de sistemas de armas a nivel mundial. Su industria de defensa presenta tres corporaciones entre las 100 primeras del mundo, con una facturación entre las tres de casi 9.500 millones de dólares. España aparece en esa clasificación con dos compañías que facturarían entre ambas algo más de 2.000 millones de dólares. La industria coreana del sector terrestre ha conseguido entrar con fuerza en Europa y en Australia. En Iberoamérica los coreanos están cada vez más presentes en los mercados naval y espacial.

A largo plazo, el gobierno coreano se plantea estar entre los principales suministradores de sistemas de defensa a nivel mundial detrás de EEUU, Rusia y Francia. Un objetivo que no parece descabellado si se considera que entre 2018 y 2022 las ventas de defensa de Corea crecieron casi un 75 % con respecto al periodo 2013-2017. Las exportaciones de defensa coreanas supusieron en 2022 un total ligeramente superior a los 17 mil millones de dólares, el doble que el año anterior.

La actual posición coreana es fruto de un largo proceso favorecido por factores estructurales. Entre ellos, una posición geoestratégica complicada, derivada principalmente de la confrontación con Corea del Norte; unas relaciones muy especiales con Estados Unidos que han sabido aprovechar; y finalmente, un decidido apoyo político para impulsar su industria en general, y la de defensa en particular. La prioridad a la política de defensa en Corea se ha materializado con un presupuesto de defensa que se ha incrementado de forma sostenida en las últimas dos décadas hasta situarse este año en los 45.000 millones de dólares, casi tres veces el español. La previsión de crecimiento para los próximos cinco años lo llevaría al entorno de los 55.000 millones de dólares, el doble que el nuestro si finalmente se cumpliesen las manifestaciones del actual gobierno. Como factor coyuntural que impulsa la posición de Seúl hay que citar la guerra de Ucrania que se ha sabido aprovechar tanto a nivel político como industrial.

El desarrollo de la industria de defensa coreana favorecido por ese nivel de presupuesto, se ha basado además en la creación de empleo cualificado, la mejora de la competitividad tecnológica y en una estrategia industrial que ha llevado a disponer de capacidades importantes en todos los subsectores, con líderes en cada uno de ellos, pero sin perjuicio de propiciar una base empresarial sólida en toda la cadena de valor. Esto ha permitido ofrecer tecnología y productos competitivos y disponer de una amplia capacidad de producción que les ha colocado en posición de ventaja frente a otros competidores, para afrontar las urgencias del mercado de defensa actual. Como ejemplos, tan solo cuatro meses después de la firma del contrato se entregaron a Polonia 10 carros K2 y 24 piezas K9 y los primeros aviones FA50 se entregaron en 10 meses desde la firma del contrato.

Un factor importante para esta rápida capacidad de respuesta es la estrecha relación entre el gobierno coreano y su sector de defensa y la flexibilidad en su manera de actuar que permite derivar producción doméstica a exportación si se considera necesario. Un segundo factor es la facilidad que las empresas coreanas encuentran para alcanzar acuerdos de colaboración con los clientes. Esto incluye transferencia de tecnología e implantación industrial. El contrato firmado con Egipto para piezas K9 y vehículos de municionamiento K10, por un total de 1.600 millones de dólares contempla la creación de una planta de fabricación y un 30 % de producción a nivel local. En este tipo de operaciones el apoyo público se materializa a través de la agencia de apoyo a la exportación que no excluye a los programas de defensa. Para los coreanos esto favorece la penetración en nuevos mercados, y permite potenciar su capacidad de producción a largo plazo, un aspecto que consideran estratégico. Un tercer aspecto es la calidad de la tecnología que permite disponer de productos suficientemente avanzados con precios competitivos.

Al igual que en el ámbito deportivo, Corea ha emergido en el mercado de defensa mundial. Se debe a la capacidad de las empresas y a políticas nacionales, y a un modelo de relación eficiente entre las agencias del gobierno y las empresas. En definitiva, gracias a disponer de visión estratégica. Como decía Alejandro Blanco, en un mundo donde la competencia es cada vez mayor hay que definir el modelo de futuro que queremos, aportar recursos financieros suficientes y apostar por el largo plazo por encima de intereses políticos oportunistas. Visión de equipo, recursos y estrategia que nos hacen buena falta no sólo en el terreno deportivo.



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