(Especial Infolatam para Infodefensa)-. Colombia, si nada se tuerce, alcanzará en 2016 su ansiada paz tras más de medio siglo de conflicto interno. El gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las Farc se dieron en octubre de 2015 seis meses de plazo para ratificar el acuerdo que debe poner fin a la guerra. Ese será el arranque de un nuevo reto para Colombia: el posconflicto.
En la ya famosa reunión en La Habana entre Rodrigo Londoño Echeverri, alias 'Timochenko', y el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, se anunció que el Gobierno y las Farc habían acordado que la firma del acuerdo final de paz se producirá “a más tardar” en seis meses, plazo en el que terminarán las negociaciones en la capital cubana.
Eso pondrá punto y final a un largo y azaroso proceso de negociaciones a la vez que abrirá un no menos complejo periodo, el posconflicto.
2013-2015: El largo camino hacia la paz
Desde que comenzaron las conversaciones en 2012 el proceso ha sido largo y lleno de baches que han estado a punto de hacerlo fracasar.
Los frutos han ido llegando a cuentagotas con acuerdos en torno al desminado, la restitución de tierras, la participación política.
Entre comienzos de 2013 y hasta noviembre de 2015 se lograron consensos parciales en tres puntos: reforma agraria, drogas ilegales y participación política de los guerrilleros.
Aún quedaban por cerrarse los relacionados con reparación y justicia para las víctimas, desarme de las FARC y la refrendación de los acuerdos.
En noviembre se logró destrabar el considerado como uno de los puntos más delicados de la negociación, el acuerdo sobre justicia.
Este incluye la creación de un tribunal especial, juicios y penas de cárcel para responsables de crímenes de lesa humanidad, toma de rehenes, ejecuciones extrajudiciales y violencia sexual, pero amnistía para delitos políticos.
La discusión del tema justicia consumió 15 meses de compleja negociación y acabó con ese histórico apretón de manos entre el presidente Santos y Timoshenko quienes sellaron el pacto de justicia el 23 de septiembre en Cuba, y se comprometieron a avanzar en firme.
Este mes de diciembre hubo acuerdo total sobre víctimas el cual consumió 18 de los 37 meses del proceso de paz. Así se entró en la recta final con el abordaje de uno de los puntos clave de la negociación, el referido a las víctimas.
Para 2016 queda por negociar la concentración de los guerrilleros, el modelo de dejación de armas y el mecanismo de refrendación.
Una vez firmada la paz, este hecho no representará el final sino el principio de un proceso que será muy largo y costoso, al menos desde el punto de vista económico.
En primer lugar, deberá ser ratificado mediante una consulta. El pasado 3 de diciembre, la Cámara de Representantes de Colombia aprobó en su último debate, con 86 votos a favor y tres en contra, la convocatoria de un plebiscito como mecanismo para que los colombianos refrenden un eventual acuerdo de paz con las FARC.
Esa consulta tendrá lugar a lo largo de 2016. “De aquí a cuando se presente el plebiscito, yo pensaría que a mediados del año entrante, lo que yo quisiera es poder trabajar con ustedes y que me ayuden a hacer pedagogía y que simultáneamente vayamos construyendo ese nuevo país”, ha dicho Santos.
El 61% de los colombianos se muestra a favor de convocar un plebiscito para ratificar un eventual acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que resulte de los diálogos que el Gobierno del país suramericano mantiene con esa guerrilla desde hace más de tres años en Cuba.
2016, el inicio de una nueva etapa: el posconflicto
A partir de 2016 Colombia entra en una nueva etapa de su historia.
Una etapa en la que la violencia no va a desaparecer: el crimen organizado en forma de pandillas, mafias y bandas criminales emergentes, las Bacrim, va a ser el nuevo ámbito de actuación principal del Estado y las Fuerzas Armadas.
Además, desaparecidas las Farc, aún quedará por alcanzarse un acuerdo con el ELN, que este mismo mes de diciembre ha desencadenado un “paro armado”.
Y la gran asignatura pendiente será convertir en realidad la paz firmada con las Farc.
Algo que requerirá de paciencia, diálogo y de mucho, mucho dinero.
Dinero para implementar los acuerdos alcanzados. En primer lugar para llevar a cabo la concentración de todos los hombres que conforman hoy a las Farc (unos 8.000) que quedarán concentrados en 15 o 20 áreas donde debe haber autoridad del Estado.
Se necesitarán recursos para controlar la entrega de armas e iniciar el proceso de preparación para la vida legal de los guerrilleros. Habrá que financiar instructores e instituciones que se encarguen de capacitar a los guerrilleros y reinsertarlos en la sociedad.
Por lo tanto, recursos para fortalecer al Estado. En ese sentido el gobierno de Colombia tiene previsto aumentar la capacidad de las Fuerzas Armadas y de la policía tras la eventual firma de un acuerdo de paz con las FARC, según el ministro de Defensa.
La estrategia del gobierno implica una mayor presencia de las fuerzas estatales en los territorios que serán intervenidos durante el posconflicto, para evitar la presencia de bandas criminales.
“La Fuerza Pública debe ser más fuerte para ocupar los vacíos que dejen los actores del conflicto y éste no sea llenado por el crimen organizado sino por el Estado… Vamos a aumentar la capacidad de la Fuerza Pública de Colombia una vez firmemos los acuerdos de paz”, ha explicado el ministro de Defensa Luis Carlos Villegas.
Colombia va a contar con respaldo económico tanto de EEUU como de la UE. Rubén Gallego, congresista estadounidense, fue, en ese sentido, muy claro: ¨Estuvimos con Colombia en la guerra y estaremos en la paz¨.
Y el enviado especial de la Unión Europea (UE) para la paz de Colombia, el ex viceprimer ministro irlandés Eamon Gilmore, anunció la creación de un fondo fiduciario comunitario que ayudará a financiar el postconflicto estará listo para el próximo marzo, cuando se prevé la firma de un acuerdo con las FARC.
“Las discusiones (sobre el fondo fiduciario) van bien, están muy avanzadas. La intención es que la Unión Europea y su fondo estén listos cuando concluyan estas conversaciones. Aún tiene que haber un proceso de aprobación por varios consejos de la UE”, indicó Gilmore.
En resumen, y según cálculos de la Contraloría General de la República, se necesitarán entre $1,8 billones y $2,7 billones de pesos. Una inversión no contempla la totalidad de recursos requeridos, por cuanto sólo corresponde a los programas que ha incluido la Política Pública de Desarme, Desmovilización y Reintegración en Colombia de 2006 a junio de 2014, objeto de análisis del organismo de control.
Como señala el analista Manuel José Bonnet en el diario El Tiempo, “la afirmación “vendrá la paz con todos sus horrores” fue acuñada a finales de la Guerra de los Mil Días… La expresión parece contradictoria, pero la experiencia demuestra que es muy cierta. Un análisis superficial de la historia nos muestra cómo muchas guerras y conflictos han traído una paz azarosa y llena de horrores. Así fue el posconflicto de la Guerra de los Cien Años en Europa, la Guerra Civil en Estados Unidos, las dos Guerras Mundiales y sin ir más lejos la paz de Centroamérica que ha traído el problema de las bandas armadas denominadas Maras… el posacuerdo no será la panacea. Ahí es donde comenzarán los “horrores de la paz” que presentían los jefes de la guerra civil si los planes y la logística no están terminados y listos para ejecutar en el momento preciso”.
Fotos: Infolatam
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