Desde hace meses la Armada de México ha venido liberando, a través del Instituto Nacional de Acceso a la Información, no sólo el estado operativo que guarda su flota de buques, sino los resultados detallados de su programa de construcción naval así como otros proyectos de desarrollo. Los resultados rebasaron las expectativas, ya que en la documentación naval mexicana se detallan 248 buques de 15 clases en operación y se reportan 68 construidos, que hay que aclarar, no contabilizan los botados desde mediados de 2017, por lo que la cifra bien puede cerrarse alrededor de 70.
La Armada de México navega en la dirección correcta desde hace ya un par de periodos de gobierno y no existe duda: esto ha sido posible gracias a que los planes sectoriales y programas de desarrollo que facilitan esta solidez, no fueron torpedeados durante los cambios de administración, el resultado es que, hoy en día, la Armada de México guarda un estado operativo e industrial como nunca tuvo en su historia.
Su programa de construcciones navales apunta a impulsar la industria naval mexicana y el desarrollo marítimo del país para reforzar la seguridad nacional. Para este propósito se cuenta con cinco astilleros que alimentan al demanda de nuevos buques de la Armada y hasta de clientes gubernamentales como la petrolera nacional Pemex; a quien se le han construido remolcadores de primer orden y donde se construyen, ya, tres módulos de la futura fragata Sigma 10514 o, como se le llama en México, Patrullera Oceánica de Largo Alcance, una más de las exitosas asociaciones con la naval holandesa Damen Shipyards.
Los astilleros de la Armada Méxicana (Astimar) en los últimos diez años han construido más de 70 buques de 11 clases distintas: dos clase Demócrata, ocho Tenochtitlán, cuatro Oaxaca, 18 interceptoras embarcadas, ocho interceptoras clase Acuario y Acuario B, 24 interceptoras Polaris I y II, dos buques clase Montes Azules, un remolcador y un buque de aprovisionamiento logístico (Damen).
Como es de esperar, estos astilleros no sólo producen buques, sino que también dan los mantenimientos para que operen de modo correcto y al día de hoy son los siguientes:
Astimar 1 en Tampico Tamaulipas, en el Golfo de México. Astimar 3 en Coatzacoalcos, Veracruz, en el Golfo de México. Astimar 6 en Guaymas, Sonora, en el Pacífico. Astimar 18 en Acapulco, Guerreo, en el Pacífico. Astimar 20 en Salina Cruz Oaxaca, en el Pacífico.Flota operativa
Con respecto al estado de su flota, la Armada mexicana se perfila ya como un exponente naval regional gracias a los productos que salen de sus astilleros, la mayoría de diseño mexicano, y otras aventuras compartidas con Damen. Hay que recordar que la transición de la armada vino de operar buques excedentes de la marina de los Estados Unidos, práctica ya abandonada y que como única área de mejora podría señalarse que los buques mexicanos no cuentan con armamento de primera generación en la forma de misiles.
Sin embargo, esto ha impulsado a la armada a desarrollar sistemas en sus institutos de investigación como el radar de vigilancia aérea Tzinacán que se encuentra en desarrollo, teniendo que desarrollar o recurrir a tecnología de estante para implementarla a bordo de los buques o en algunos casos se ha desarrollado sistemas de control de disparo.
De este modo son 248 buques los que la armada de México está en condiciones de operar, aunque muchos de ellos sirven a diferentes propósitos, destacando su núcleo logístico y de combate con:
31 patrulleras oceánicas de las clases Holzinger, Uribe, Sierra, Valle, Oaxaca y Durango. 21 patrulleras costeras de las clases Azteca, Demócrata, Cabo, Punta, Huracán y Tenochtitlán. 72 interceptoras de las clases Polaris, Polaris II, Acuario y Acuario B. Dos buques de guerra anfibia clase Papaloapan (Newport). Tres buques de apoyo logístico clase Montes Azules e Isla María Madre. Dos tanqueros clase Aguascalientes. Tres buques auxiliares multipropósito clase Huasteco y Nautla. Como mención honorífica destacan 63 lanchas de rescate Defender y 6 MLB del sistema SAR.El estado que guarda la Armada de México hacia el final del periodo de gobierno es de reconocer y sin duda es un testimonio de la preparación de sus marinos y las buenas prácticas doctrinales. Como era de esperarse el potencial de una flota de estas proporciones no ha pasado desapercibido por su potencial para la expansión, modernización constante y mantenimiento; explicando porque astilleros del nivel de Damen se han asociado de modo tan productivo con México o porque el Gobierno norteamericano ha demostrado una deferencia hacia la institución naval mexicana en los últimos años.