El consejero delegado de los astilleros públicos italianos Fincantieri, Giuseppe Bono, ha desempolvado el proyecto de creación de un gran astillero europeo, al estilo de lo que Airbus Group supone para la industria aeronáutica continental. Bono ha exhortado a su competidora francesa, los astilleros semipúblicos DCNS, a iniciar este proyecto.
“Debemos trabajar juntos, actualmente las firmas europeas competimos entre nosotras, pero la competencia debería ser entre las firmas europeas y las del resto del mundo”, ha explicado en una conferencia celebrada en Roma recientemente. Para el máximo ejecutivo de Fincantieri “la integración y consolidación de la industria en Europa es importante y los franceses están diciendo lo mismo”.
Apelando al “espíritu de Europa”, informa Defense News, Bono ha afirmado que la industria “lo hará antes que los políticos, que más tarde lo continuarán”. Como ejemplo de la viabilidad de esa integración Bono ha citado los programas de fragatas Horizon y Fremm desarrollados por Fincantieri junto con la industria francesa y el trabajo de “al menos 20 años” en común entre ambas.
Al ser interrogado directamente sobre la posibilidad de crear un equivalente naval de Airbus en Europa ha asegurado: “Si no hablamos de esto todas las posibilidades de crecimiento en Europa desaparecerán. En la actualidad existen seis grandes firmas de otros tantos países europeos que compiten por la tarta militar naval internacional: BAE Systems (Reino Unido), DCNS (Francia), Fincantieri (Italia) ThyssenKrupp Marine (Alemania), Navantia (España) y Damen (Países Bajos).
La idoneidad de estrechar lazos entre las constructoras navales europeas es un argumento con cierta recurrencia en el sector Hace un año INFODEFENSA.COM ya recabó la opinión de distintos altos ejecutivos del sector ante la posibilidad contemplada entonces de que Fincantieri y DCNS acabasen fusionando sus actividades de construcción de buques de superficie. Una fuente conocedora de las negociaciones emprendidas entonces explicó a INFODEFENSA.COM que, de momento, actuaban “como dos perros que están olfateándose” a la espera de encontrar el instante idóneo.
Lo que resulta especialmente significativo del planteamiento renovado ahora por Bono es el apoyo que han mostrado distintos altos representantes de las fuerzas armadas y la industria de defensa italiana. El almirante Matteo Bisceglia, responsable de las adquisiciones navales italianas, por ejemplo, criticó en el mismo acto en el que el líder de Fincantieri expuso sus ideas la “fracturada” industria naval europea mientras que alababa las décadas de cooperación franco-italiana.
El jefe del Estado Mayor italiano, el general Claudio Graziano, también comparte la idea de que en el futuro “habrá mayor necesidad de encontrar el equilibrio adecuado entre la protección de la competitividad nacional y una creciente cooperación e integración a nivel europeo”.
Como ejemplo de las oportunidades que se pueden perder por no encontrar vías de colaboración entre empresas europeas Bono citó el caso de Australia, donde en un mismo programa naval “hay tres firmas europeas preseleccionadas, BAE, Navantia y nosotros, lo que muestra que hay un problema”, concluyó.
Un informe del Centro de Estudios Internacional, un laboratorio de ideas basado en Roma, puso negro sobre blanco este objetivo en un informe publicado el pasado septiembre en el que se argumenta que a pesar de la dura competencia entre los distintos países en las últimas campañas de exportación, el futuro podría ver “sinergias importantes” en ventas al extranjero. En todo caso, una alianza no tocaría la actividad submarina francesa, añade, por su importancia como medio de disuasión nuclear. Sin embargo la industria italiana sí mantiene lazos en esta actividad con la alemana ThyssenKrupp Marine Systems, con la que ya ha construido una serie de submarinos. La búsqueda de lazos con la industria británica, por su parte, tiene pocas posibilidades de éxito, explica el trabajo.
Imágenes: Fincantieri y DCNS