El presidente del PP, Pablo Casado, ha reclamado que las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla estén “bajo el paraguas de la OTAN” como parte “indisoluble” de España y ha solicitado al Gobierno que plantee esta cuestión a la Alianza Atlántica para que “en cualquier otro contencioso con un tercer país, España y sus aliados defienda a ambas ciudades”.
Esta petición del líder de la oposición, realizada durante una visita a Melilla, se produce en plena crisis diplomática entre España y Marruecos, a raíz de la polémica entrada en España del líder del frente polisario Brahim Ghali para tratarse de la Covid, y tras episodios como la entrada ilegal en Ceuta de más 6.000 personas procedentes del país alauita a mediados de mayo.
Este episodio obligó al despliegue durante varios días de las unidades del Ejército de Tierra en la ciudad, principalmente legionarios y regulares, que prestaron apoyo logístico, efectuaron patrullas y colaboraron cn las fuerzas de seguridad para garantizar la seguridad en las áreas donde se identificaron grupos de marroquíes.
A este respecto, Casado también pidió al Gobierno recomponer las relaciones con Marruecos, defendiendo la españolidad de Ceuta y Melilla, y abogó por incrementar la dotación de las Fuerzas Armadas y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para preservar la frontera sur europea en las dos ciudades autónomas, con la creación de una unidad específica de la Guardia Civil para cuestiones fronterizas con la colaboración de Frontex.
Además, se mostró partidario de que se retire la exención al espacio Schengen de Ceuta y Melilla, “algo clave que va a permitir que todo el combate contra la inmigración irregular y la inseguridad ciudadana se convierta en una política europea, porque España es Europa y Ceuta y Melilla es España”.
Ambas ciudades españolas en el norte de África, cabe recordar, quedan al margen de la defensa colectiva, según los artículos 5 y 6 del Tratado de Washington. El primero establece que los estados miembros responderán de manera conjunta a cualquier ataque armado contra el territorio de uno de ellos, mientras que el segundo determina que la defensa colectiva solo se podrá aplicar cuando los ataques se produzcan en Europa o Norteamérica, o territorios insulares del Atlántico al norte del Trópico de Cáncer.