La ocupación de la península de Crimea a principios de 2014, la posterior invasión de Rusia a Ucrania el 24 de Febrero de 2022 y las medidas militares, políticas, económicas… adoptadas por ambas partes, así como por sus respectivos aliados, captaron y siguen captando un elevado interés no solamente en Organizaciones y Gobernantes, sino también en la ciudadanía en parte por el impacto (real o percibido) que esta guerra pudiera tener en su vida cotidiana. Las impactantes imágenes publicadas en los medios de comunicación social, no siempre fieles a la complejidad de la realidad sobre el terreno, contribuyen de forma relevante a mantener este interés. Una de las características llamativas de esta guerra fue la sorpresa que en algunas naciones supuso la invasión así como las acciones militares de alta intensidad que la siguieron; creo que a una parte de los jóvenes que han vivido en la región sur de Europa, por ejemplo España, esta invasión les sorprendió notablemente; uno de los motivos pudo ser que, términos como URSS, guerra fría, crisis de los misiles en Cuba... les suenan muy lejanos y posiblemente muy ajenos a sus preocupaciones cotidianas y ello, en parte, porque a sus propios padres nunca les pareció una amenaza real una intervención armada en Europa de lo que en las Academias Militares estudiábamos como “enemigo convencional”. Algo muy distinto ocurría y ocurre con los países del este de Europa, en los que entonces y ahora su cercanía a la frontera de la Federación Rusa era directamente proporcional a sus temores de una intervención rusa que pudiera afectarles.
Tras el ataque de Hamás el pasado 06 de octubre, asistimos a otro conflicto en el que una parte importante de los medios de comunicación social dedican amplios espacios a informar de esta guerra. Las impactantes imágenes, especialmente las relacionadas con las consecuencias humanitarias del conflicto, atraen la atención de la audiencia, provocando en parte de la ciudadanía reacciones de apoyo a una u otra parte, en ocasiones de forma violenta, en las calles de diversas capitales ignorando deliberadamente o por falta de conocimiento que su origen próximo (mediados del siglo XIX), las peculiaridades de sus principales protagonistas y su evolución en el tiempo (tanto en lo relativo a los estallidos de violencia como los intentos de mediación) hacen que posiblemente este sea uno de los conflictos más complejos de la segunda mitad del siglo XX y del siglo XXI.
Creo, sinceramente, que el trabajo realizado por la mayor parte de los medios de comunicación social para mantener informada a la población es encomiable y, gracias a los avances de la tecnología, podemos disponer de imágenes y vídeos que, aunque de forma parcial y en ocasiones sesgada, nos permiten percibir, aunque desde la distancia, la intensidad de las acciones de uno y otro bando así como de sus respectivos aliados.
Periodistas y expertos en Comunicación suelen decir que lo que no se publica, no existe. Y es que, a pesar de la enorme cantidad de fuentes de información disponibles, no todos los conflictos (en curso o latentes) son tratados con la misma intensidad informativa. De hecho, las dos guerras citadas no son las únicas áreas calientes del planeta; hay más, algunas locales sin que aparentemente exista un riesgo de expansión y que se conviertan en el teatro en el que grandes potencias diriman sus diferencias. Pero también hay otras de las que aunque los medios de comunicación social se hagan poco eco, plantean retos relevantes de impacto global. Todas ellas tienen en común la existencia de una tensión permanente que fácilmente se puede ver alterada por acciones o reacciones que desestabilicen los precarios equilibrios en dichas áreas.
Fuentes abiertas informaban el pasado 3 de octubre de la valoración de la situación geopolítica actual hecha por el JEMAD, almirante general Teodoro Esteban López Calderón, en el marco de la Conferencia Interparlamentaria para la Política Exterior y de Seguridad Común y la Política Común de Seguridad y Defensa (PESC/PCSD), “Al auge del terrorismo yihadista se une una más que una preocupante influencia de Rusia y China en estados africanos frágiles, promoviendo un sentimiento antieuropeo para ocupar el espacio que dejamos”.
Las mismas fuentes afirmaban, que “el JEMAD ha vuelto a recalcar la preocupante situación que se está viviendo en el Sahel. Una situación de inestabilidad amplificada por dos actores, Rusia y China, que están jugando un papel determinante y que “preocupa” porque “ante una progresiva disminución de la presencia de los efectivos de la UE en África, se está produciendo una ocupación de ese vacío por Rusia y China”.
El gigante asiático, en palabras del almirante general López Calderón “está haciendo evolucionar sus fuerzas militares para proyectar y salvaguardar sus líneas de suministro”. Y eso pasa, por ejemplo, por la construcción de su nueva base militar naval en Yibuti y otra en proyecto en el Golfo de Guinea. El JEMAD sitúa incluso a China como una de las naciones que puede desestabilizar el escenario geopolítico porque “a medio plazo se convertirá en una potencia militar capaz de alterar el escenario de seguridad regional, incluso el global”
El teniente general (reserva) Juan Montenegro, anterior representante de España en los comités militares de la OTAN y de la Unión Europea, publicaba recientemente en Infodefensa un magnífico artículo titulado “que los árboles de Ucrania no nos impidan ver el bosque del Indopacífico” en el que atinadamente afirmaba “Existe otro escenario a escala mundial en el que se están desarrollando acontecimientos y movimientos a una escala hasta ahora sin precedentes; se trata de los océanos Índico y Pacífico y el Mar de la China meridional, área que hemos venido en denominar “Indopacífico”. En esta muy extensa área geopolítica se están moviendo unidades y formaciones militares de Estados Unidos, de China, de Rusia, de Taiwan, de India, de Australia, de Japón, de Corea del Sur, de Corea del Norte, de Nueva Zelanda y de otros estados; se trata de grupos de combate aeronavales, buques y aviones desarrollando “ejercicios” a gran escala que en cualquier momento pueden devenir en un choque accidental, en un error humano, pudiendo desencadenar una escalada de consecuencias imprevisibles y desastrosas.
Origen y evolución
El objetivo de este artículo es analizar los aspectos más relevantes que influyen en el prolongado estado de tensión en la zona, muy especialmente entre la República Popular China (en lo sucesivo China a efectos de simplificación del artículo) y la República de China (en lo sucesivo y a efectos de simplificación del artículo Taiwan) y que pudiera derivar en acciones armadas de intensidad variable dependiendo de los objetivos y percepción de éxito de las partes.
Su origen se remonta a 1949, cuando concluida la guerra civil con la victoria comunista, bajo el liderazgo de Mao Zedong, los nacionalistas derrotados, a cuyo frente se encontraba Chiang Kai-shek, se replegaron en Taiwán. Desde entonces, la RPC considera que Taiwan forma parte de su territorio.
Una de las claves de la importancia de esta isla de algo menos de 36.000 kilómetros cuadrados en el mundo es que se trata de una potencia tecnológica, especialmente en fabricación de chips, productos que están presentes en la vida cotidiana de ciudadanos y organizaciones de todo el planeta. Taiwán es el principal fabricante de semiconductores del mundo. El 80% de la producción mundial de chips de silicio se concentra en Taiwán y Corea del Sur.
La demanda de estos semiconductores no ha dejado de crecer en los últimos años, debido a la mayor digitalización de la sociedad. Los expertos creen que la demanda continuará al alza en los próximos años, ya que cada vez más dispositivos requieren estos componentes.
Ese es uno de los motivos por el que Estados Unidos vigila y amenaza con no permitir la adhesión de Taiwan a China por medios violentos. En ese marco, se han producido acciones por parte de varias Naciones que han contribuido a aumentar la tensión en la zona con respuestas de intensidad variable por parte de China. Estas son las más relevantes:
Estrecho de Taiwán (1954-1955):Estados Unidos consideró que el estrecho de Taiwán, entonces denominado "estrecho de Formosa", debía permanecer neutral. Los comunistas de Mao Zedong bombardearon las islas de Quemoy y Matsu que habían sido ocupadas por los nacionalistas de Chiang Kai-shek. Ante el temor de que los comunistas acabaran tomando Taiwan, EEUU firmó con Taiwan el Tratado de Defensa Mutua entre Estados Unidos y la República de China. Aunque quedó latente, el conflicto cesó cuando EEUU declaró estar dispuesto al uso de armas nucleares. En 1955 Pekín inició su programa nuclear.
Reactivación del conflcito. 1958: Mao Zedong retomó los bombardeos de Quemoy y Matsu en 1958 con la intención de hacerse con el control de las islas. El conflicto se reactivó y el presidente estadounidense Dwight Eisenhower, fiel al Tratado de Defensa Mutua con la República de China y ante el riesgo de que si los comunistas ocupaban estos pequeños archipiélagos podían acabar invadiendo Taiwán, decidió apoyar a las tropas de la República de China según el acuerdo de defensa mutua firmado en 1954 protegiendo las líneas de suministro de las islas y estacionando medios aéreos en Taiwan. De nuevo, la amenaza de empleo de armas nucleares acabó con la ofensiva de la China comunista. Esta situación se mantuvo hasta 1979, cuando EEUU reconoció a la República Popular Comunista de China, y estableció relaciones diplomáticas con el régimen de Pekín anulando el Tratado de Defensa Mutua suscrito en 1954 con la República de China. Ante la presión de la República de China, ese año EEUU firmó la Ley de Relaciones de Taiwán, que aún rige hoy y en la que en lo relativo al ámbito de Defensa establece que "Estados Unidos pondrá a disposición de Taiwán los artículos de defensa y los servicios de defensa en la cantidad que sea necesaria para que Taiwán pueda mantener suficientes capacidades de autodefensa".
Visita a EEUU del entonces presidente taiwanés. 1995. La visita del entonces presidente taiwanés, Lee Teng-hui, a la Universidad de Cornell, en Nueva York donde había sido estudiante, según China suponía una traición de EEUU a su compromiso de respetar el concepto de "Una sola China", por la que solo pueden establecerse relaciones diplomáticas con Pekín y no con la que considera una "provincia rebelde". China respondió con meses de ejercicios militares, en los que llegó a ensayar una invasión anfibia de la isla. Por su parte, Estados Unidos replicó con el mayor despliegue de fuerza en Asia desde la guerra de Vietnam, en el que buques de guerra estadounidenses transitaron el estrecho de Taiwán.
Visita a Taiwán de Nancy Pelosi: El 2 de agosto de 2022 la entonces presidenta de la Cámara Representante de EEUU Nancy Pelosi, visitó Taiwán a pesar de las advertencias en contra del Gobierno chino; éste respondió con unas maniobras militares, que tuvieron lugar entre el 2 y el 6 de agosto en el caso de las del mar de la China Meridional y entre el 1 y el 4 de agosto en el de las del mar de Bohai, situado en el norte de China en lo que parecía tener como objetivo el adiestrar a las fuerzas desplegadas de la República Popular China en un potencial bloqueo a la isla.
Aukus: El 16 de septiembre de 2021 Estados Unidos, Reino Unido y Australia anunciaron la creación de un ambicioso pacto de seguridad Aukus (del acrónimo en inglés de Australia, Reino Unido y Estados Unidos) para compartir tecnología avanzada de defensa; existen pocas dudas acerca de que dicho pacto tenga como uno de sus objetivos el contrarrestar los avances de China en la zona; el gobierno de Pekín reaccionó asegurando que el nuevo pacto "amenaza con dañar gravemente la paz regional... e intensificar la carrera armamentística".
En marzo del presente año, Aukus dio un paso más cuando los representantes de las tres naciones anunciaron que a partir de 2027, EEUU y Reino Unido estacionarán una pequeña cantidad de submarinos nucleares cerca de la ciudad de Perth, en Australia Occidental; el anuncio subrayó que los submarinos serán de propulsión nuclear pero que no portarán armas nucleares a fin de respetar el estatus no-nuclear australiano. En este sentido, está previsto que Australia compre a principios de la década de 2030 tres submarinos nucleares de ataque clase Virginia, también conocidos como clase SSN-774, diseñados para afrontar un amplio número de misiones tanto en aguas profundas como cerca de litorales. Pero quizá el aspecto más ambicioso del acuerdo es el plan para diseñar y construir un submarino de propulsión nuclear completamente nuevo para las armadas de Reino Unido y Australia, un modelo que se llamará SSN-Aukus.
El pacto, cuenta con un "segundo pilar" por el cual los socios colaboran en el desarrollo de tecnología cuántica, hipersónica, robótica y de inteligencia artificial, entre otras, así como el intercambio de información sensible que les permita operar en contextos militares complejos.
No todas las naciones de la zona mostraron su satisfacción ante este anuncio; de hecho, Nueva Zelanda mantiene una estricta política anti nuclear desde 1987 (a raíz del hundimiento -dos años antes- del barco Rainbow Warrior de la organización ecologista Greenpeace que se encontraba en el puerto de Auckland para protestar por las pruebas nucleares que Francia efectuaba en el Pacífico) que se traduce en una estricta prohibición de despliegue, pruebas y almacenamiento de residuos nucleares, así como de la escala de barcos de propulsión nuclear en sus Puertos; por ello, Nueva Zelanda podría unirse a la alianza AUKUS para intercambiar información y tecnología, pero sin suscribir la parte del acuerdo que incluye el desarrollo de submarinos nucleares.
Diálogo de seguridad cuadrilateral: Esta organización, más conocida por el término Quad, fue creada en 2007 y suspendida durante casi una década, el Quad se reactivó en 2017 y ha ido ganando cada vez más protagonismo. Es un foro estratégico que incluye cooperación militar y ejercicios de defensa (Malabar) entre Estados Unidos, Australia, Japón e India. Estas dos últimas naciones son las dos potencias asiáticas que rivalizan con China, quien además mantiene tensas disputas territoriales con ambas. Filipinas, socio fiel de EEUU y de Japón (el pasado 4 de noviembre, fuentes abiertas anunciaban el inicio de conversaciones entre Japón y Filipinas en medio de continuas tensiones con China por las aguas en disputa, la última el pasado viernes 10 de noviembre) pudiera en breve unirse a esta organización.
Pekín ve el Quad no solo como un reto a su creciente hegemonía en la región, sino una amenaza a su seguridad y, junto al Aukus, un intento camuflado de Estados Unidos de crear una OTAN a su alrededor.
Por su parte, EEUU niega que sus alianzas en el Pacífico tengan algo que ver con la Organización del Tratado Atlántico Norte y manifiesta que Aunque tiene socios en la región, como Japón, Australia y Nueva Zelanda, los pactos no otorgan a la OTAN ningún papel en la defensa de estos países si se vieran involucrados en una guerra contra China".
Visita de la presidenta e Taiwán a EEUU. Otro hito relevante reciente fue la visita de la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, a Estados Unidos en marzo de este año para reunirse con el presidente de la Cámara de Representantes del país norteamericano, Kevin McCarthy, lo que inmediatamente provocó un aumento de presión de China sobre Taiwan. De hecho, tras dicho viaje, China desplegó durante tres días medios diversos en el marco de unos ejercicios militares dedicados a demostrar su fuerza alrededor de la isla taiwanesa.
Muchos analistas coinciden en afirmar que China no renunciará a su objetivo de anexionar la isla a su territorio y que para alcanzar dicho objetivo pudiera realizar acciones armadas si fuera necesario. Hay varios estudios analizando el cómo pudiera desencadenarse esta situación y algunos aventurando incluso el cuándo.
En febrero de este año, el director de la CIA, William Burns, aseguraba que la operación china en Taiwán se iniciará en 2027, una fecha que posteriormente en abril ratificó el ministro de Exteriores de Taiwán, Joseph Wu. Con anterioridad, el excomandante de EEUU en el Indopacífico predijo que dichas acciones tendrían lugar en 2025.
Creo que estas declaraciones solo forman parte de las constantes acciones y reacciones de las partes en la zona y que como nos demuestra la experiencia, este tipo de informaciones vertidas por las partes en medios abiertos deben tomarse con toda cautela pues en la mayoría de las ocasiones forman parte de acciones orientadas y dirigidas al ámbito cognitivo buscando con ellas conseguir la influencia deseada no solamente en la población sino también en sus gobernantes y como no, en los miembros de sus Fuerzas Armadas.
Escenario económico:
Nadie duda de que la potencia económica de una nación es esencial para poder disponer de unas capacidades militares que disuadan o que si esta falla, puedan enfrentarse con éxito a posibles adversarios. Durante estas últimas cuatro décadas, el despegue económico de la República Popular China ha sido impresionante. Con unos 1.400 millones de habitantes, una cuarta parte de todo el crecimiento mundial durante estos cerca de 40 años tuvo lugar, precisamente, en este país. Ello se ha traducido en un notable crecimiento de nuevas fábricas, rascacielos y todo tipo de infraestructuras a lo largo y ancho del país. Aunque en agosto de este año, expertos económicos anunciaban que China había entrado en deflación no parece que dicha situación vaya a tener una incidencia relevante en las capacidades militares del país asiático ni en sus aspiraciones sobre Taiwan.
Intereses de Europa en el Indopacífico:
En relación con el interés que esa lejana zona del planeta tiene para Europa, es conveniente recordar que el pasado 19 de abril de 2021 los ministros de AAEE de la UE aprobaron la nueva estrategia de cooperación con la región Indo-Pacífico, un área en la que se debe "reforzar la presencia y las acciones" para "contribuir a su estabilidad, seguridad y prosperidad", según recoge el texto. Parte de la estrategia pasa por "seguir avanzando" hacia el acuerdo de inversiones con China y cerrar acuerdos de libre comercio con Australia, Indonesia y Nueva Zelanda, como los que ya han entrado en vigor con Japón, la República de Corea, Singapur y Vietnam. Además, "se seguirá explorando la forma de profundizar las relaciones económicas con India".
"La UE necesita fortalecer su posición comercial estratégica en el Indopacífico", Además, la UE busca "fortalecer" su relación con sus socios en la región para "responder a los retos de la seguridad internacional, incluyendo la seguridad marítima", en un área -que incluye el mar del Sur de China- por la que pasa el 60 por ciento del comercio marítimo global. Entiende la UE que "una presencia naval europea significativa en el Indopacífico es importante para el futuro", y prevé organizar más ejercicios conjuntos con sus socios en la región.
Por lo que respecta a España, baste citar que con ocasión de la reunión mantenida entre el Presidente del Gobierno del Reino de España con el primer ministro australiano en su visita a España el 28 de junio del 2022 (primera visita bilateral de un primer ministro australiano a España), ambos líderes valoraron positivamente la larga cooperación en la industria de defensa entre España y Australia. El primer ministro australiano destacó en particular la participación del constructor naval español Navantia en el diseño y la construcción del 60 por ciento, por tonelaje, de los buques de la Royal Australian Navy que han entrado en servicio desde 2006.
Conclusiones.
En este breve análisis he tratado de describir la situación, los intereses y las acciones / reacciones de las naciones con intereses en el área clave del Indopacífico.
Nadie duda de la firme voluntad de la República Popular China de anexionar Taiwán a su territorio ni de que con casi absoluta seguridad y vinculado entre otros a ese objetivo, esté realizando acciones tendentes a convertirse en una potencia militar de primer orden incluyendo la existencia de un importante arsenal nuclear. De hecho en 2020, el Partido Comunista Chino anunció un adelanto en el hito para la modernización del Ejército Popular de Liberación (EPL) para 2027 coincidiendo con el centenario de la Fundación del EPL; anteriormente dicho hito de modernización se había cifrado para 2035.
Sería aventurado, y posiblemente carente de rigor a la vista de la fiabilidad de parte de la información disponible en fuentes abiertas, afirmar con rotundidad que ese año 2027 se producirá la anexión forzosa de Taiwán a China. Donde creo que se puede conjeturar algo más es en la forma en la que las operaciones militares se podrían llevar a cabo para entre otros objetivos materializar dicha anexión.
Creo que China, como otras muchas naciones, está analizando cuidadosamente y extrayendo lecciones aprendidas de la guerra Ucrania - Rusia. Si bien es cierto que puede haber aspectos de dicha guerra parecidos a los que pudieran darse en el escenario indopacífico, no es menos cierto que este último escenario presenta aspectos que lo diferencian claramente del que está teniendo lugar en Europa del Este como por ejemplo el hecho de que la República de China (de la que Taiwán forma parte siendo la isla de mayor extensión) sea un archipiélago.
La importancia de los sistemas remotamente tripulados en la guerra de Ucrania – Rusia es indiscutible y por ello es de prever que su relevancia en un potencial conflicto en el escenario indo – pacífico sea también notable. Esta será la temática principal y el objetivo de un próximo artículo en el que desde IDS estamos trabajando en el marco del evento UNVEX24