Christine Lambrecht ya no seguirá siendo la ministra de Defensa de Alemania. La política ha renunciado este lunes a su cargo tras meses “en el foco de los medios”, según ha explicado ella misma para justificar una decisión que llega en plena modernización de las Fuerzas Armadas del país, tras el anuncio del canciller Scholz de una inversión adicional de 100.000 millones de euros y el aumento del gasto hasta el 2% del PIB como consecuencia de la guerra de Ucrania. Recientemente, su departamento se ha enfrentado además a contratiempos tan notables como los problemas en los modernos blindados Puma, que le han llevado a atender con antiguos Marder sus obligaciones de este nuevo año con la brigada de Muy Alta Disponibilidad de la OTAN.
Los medios nacionales ya acumulaban varios días especulando con la dimisión de la ministra, miembro del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), que ha sido muy criticada por sus decisiones sobre la guerra de Ucrania, incluso por miembros de su propio partido, como apunta la cadena pública Deutsche Welle.
La guinda del descontento por su gestión llegó la noche de Fin de Año, cuando Lambrecht se grabó un vídeo en el que aludía al conflicto de Ucrania al hacer balance de 2022 en plena calle de Berlín mientras sonaban los petardos y los fuegos artificiales de la celebración del momento.
Enviar cascos a Ucrania en vez armas
Desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania, el 24 de febrero de 2022, Lambrecht ha estado en el foco de las críticas por decisiones como el anuncio de su disposición de enviar cascos al país mientras otras naciones ya estaban ordenando el suministro de material militar, lo que se consideró como una burla en ese contexto, apunta el medio público.
Lambrecth está también detrás en buena medida de la negativa que hasta ahora mantiene Alemania de no permitir el suministro de carros de combate Leopard 2 a Kiev. Se trata de un modelo de producción nacional que Berlín debe autorizar incluso si un tercer país quiere facilitar a Ucrania alguna unidad de las que en su momento adquirió. La ministra afirmó hace unos días que el envío por parte de su Gobierno de estos tanques no está sometido a debate, pese a las presiones que están aumentando tanto dentro del país como fuera para que se tome una medida largamente esperada por las autoridades ucranianas.
Distintos medios llegaron a publicar hace unas semanas que el compromiso de alcanzar en gasto de defensa al menos el 2% del PIB alemán, anunciado por Scholz apenas tres días después de comenzar la guerra en Ucrania, había quedado suspendido. De ser así, el país quedaría rezagado dentro de la OTAN, lo que ha levantado igualmente notables críticas hacia la ministra.