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Josep Borrell: "Hemos de aumentar el apoyo militar a Ucrania, incluso sin los estadounidenses"
En los cinco años en los que Josep Borrell ha ocupado el puesto de alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, junto al de vicepresidente de la Comisión Europea, ha tenido que hacer frente a retos de tanto calado como las consecuencias de una pandemia y, particularmente, la dura guerra de un vecino europeo, Ucrania, frente a Rusia. En esta entrevista concedida al anuario Spain Defence and Security Industry 2025, que Infodefensa acaba de publicar, Borrell explica las consecuencias de tan intensos momentos.
¿Qué factura le ha pasado la exigente experiencia de estos años?
La pandemia y la guerra nos han obligado a unirnos más como europeos, en política sanitaria y también en el campo de la seguridad y la defensa. Mi propuesta de Brújula Estratégica se adoptó justo cuando Putin decidió invadir Ucrania. Dije que Europa estaba en peligro (muchos no lo creían) y que tenemos que aprender el lenguaje del poder. Esto requiere una política europea de defensa mucho más robusta que la actual. Con el coronavirus y la agresión a Ucrania hemos abierto nuevas vías en la integración europea, pero corremos el riesgo de dejar el trabajo a medio hacer.
Usted ha liderado en todo momento una actitud firme de ayuda europea a Ucrania en su esfuerzo de defensa frente a Rusia. ¿Cree que esa firmeza de Europa se puede resentir ahora en el nuevo contexto, con la llegada de Trump y demás?
Espero que no, porque el regreso de Trump solo confirma la necesidad de que Europa se cohesione y refuerce su autonomía estratégica. Hemos de mantener y aumentar el apoyo militar a Ucrania, incluso sin los estadounidenses, y en la perspectiva de una negociación con Putin, porque nos va nuestra seguridad en ello, y para minimizar el riesgo de un mal acuerdo.
Esta misma guerra de Ucrania ha impulsado a Europa al fin hacia una mayor cooperación en su industria de defensa. Y ahora la expectativa de que EEUU abandone su tradicional papel de apoyo a la defensa del viejo continente refuerza teóricamente ese enfoque de mayor cooperación industrial europeo. ¿Cómo cree que va a evolucionar en los próximos años la industria de defensa europea?
Efectivamente la guerra de Ucrania ha puesto de relieve la caída de inversiones en defensa desde el final de la Guerra Fría y también por la crisis financiera y económica a partir de 2008. Cuando hemos querido ayudar a Ucrania, nos hemos dado cuenta de que teníamos los stocks bajo mínimos y que tampoco disponíamos de capacidades industriales a corto plazo para aumentar la producción rápidamente, como vimos con el plan del millón de proyectiles de artillería del calibre de 155 milímetros. Alcanzamos el objetivo, pero fuera de plazo. Los reglamentos ASAP [Ley de Apoyo a la Producción de Municiones] y Edirpa [Instrumento para el Refuerzo de la Industria Europea de Defensa mediante la Adquisición Común], y la propuesta EDIP [Programa Europeo de la Industria de Defensa] son pasos importantes en la buena dirección. Es fundamental aumentar la producción y licitación conjunta de capacidades militares, para ganar en eficiencia e interoperabilidad, y reducir costes gracias a la agregación de la demanda y las economías de escala. La Unión Europea puede estimular esta cooperación industrial europea, con el presupuesto comunitario, el Banco Europeo de Inversiones, e incluso una nueva emisión de deuda conjunta. Pero sin olvidar que no se trata solamente de política industrial y que la Política Común de Seguridad y Defensa es competencia del Consejo.
¿Cree que la industria de defensa española podrá interpretar un papel clave en ese nuevo entorno de cooperación o puede quedar diluida ante la fortaleza de otros socios europeos?
La industria de defensa española tiene muchos puntos fuertes, y creo que puede aprovechar al máximo las oportunidades de cooperación que ofrece la Agencia Europea de la Defensa, el Fondo Europeo de la Defensa, y la Cooperación Estructurada Permanente. Dicho esto, también debe saber trabar nuevas alianzas con empresas de otros Estados miembros.
¿Qué le falta al sector de defensa europeo para lograr una verdadera autonomía para no seguir dependiendo en buena medida principalmente de EEUU?
Desde el punto de vista político y estratégico, es preciso articular una visión clara de cómo puede ser y funcionar una defensa común europea. La dimensión industrial tiene que acompañar este proceso.
¿Qué mensaje adicional le gustaría transmitir?
El poeta alemán Holderlin decía que donde está el peligro está la salvación. Los europeos tenemos que tomar conciencia de que ya no vivimos en el mundo multilateral de la inmediata posguerra fría y que la nueva geopolítica mundial se articula a través de potencias continentales con tentaciones hegemónicas cuando no imperialistas. Hemos de actuar en consecuencia, construyendo una verdadera Unión de la Defensa.
Esta entrevista forma parte del mayor informe sobre la industria de defensa española, lanzado el pasado martes en Madrid. En los siguientes enlaces puede obtener la publicación al completo de forma gratuita, tanto en español como en inglés:
