El comercio internacional de grandes armas descendió en el último lustro un 4,6%. Es la primera vez que la actividad decae desde principios de siglo. Al mismo tiempo, sin embargo, Europa ha comprado en el mercado mundial de defensa un 19% más en el mismo periodo respecto al lustro inmediatamente anterior. Los datos se refieren al ciclo comprendido entre 2017-2021, de modo que a través de un espacio tan largo de tiempo se pueda observar una evolución más real, sin las distorsiones que unas compras puntuales puedan suponer en un ejercicio determinado.
La presentación de estas cifras en periodos de cinco años es el sistema reflejado en el balance anual del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri), que se ha actualizado esta semana. En el caso de Europa, el crecimiento del 19% en el periodo 2017-2021 respecto a 2016-2020 la convierten en la región del mundo que ha registrado un mayor aumento de las importaciones de grandes armas. En total, el viejo continente representa con esta evolución el 13% de las transferencias mundiales de estos equipos.
Los mayores importadores de armas en Europa son, según estos datos, Reino Unido, Noruega y Países Bajos. Para la próxima década, los expertos del Sipri prevén que otros estados europeos aumentarán significativamente sus importaciones de armas. Destaca la suscripción de importantes pedidos de grandes armas, particularmente aviones de combate de Estados Unidos, como los cazas F-35 que en los últimos años se han comprometido a adquirir Finlandia, Suiza, Polonia y Grecia.
Importaciones “muy limitadas” de Ucrania
Detrás de este incremento se encuentra en buena medida el desencuentro con Moscú que se ha venido gestando desde que Rusia se anexionó Crimea en 2014. Así lo apunta Pieter D. Wezeman, investigador del Programa de Transferencias de Armas del Sipri: “El grave deterioro de las relaciones entre la mayoría de los estados europeos y Rusia fue un importante motor del crecimiento de las importaciones europeas de armas, especialmente para los estados que no pueden satisfacer todos sus requerimientos a través de sus industrias armamentísticas nacionales”.
Llama la atención cómo Ucrania, pese al temor a un posible ataque ruso que ha acabado por tener lugar, experimentó a lo largo de 2017-2021 unas importaciones de armas “muy limitadas”, de acuerdo con la fuente.