La Marina Real Autraliana (RAN) ha demostrado que sus destructores de la clase Hobart pueden disparar misiles de crucero Tomahawk, un arma capaz de batir objetivos en tierra a 2.500 kilómetros de distancia. El buque HMAS Brisbane, uno de los tres AWD (destructor antiaéreo) con los que cuenta la RAN diseñados por la española Navantia, ha efectuado el primer disparo del arma inicialmente fabricada por General Dymanics y posteriormente por Raytheon Technologies y MacDonell Douglas, todas ellas estadounidenses.
Este barco, el segundo de los tres de la clase Hobart, desarrollados sobre la base de las fragatas españolas F-100, realizó frente a la costa estadounidense este ejercicio que sitúa a Australia como el tercer país del mundo en “adquirir y disparar” un misil de crucero Tomahawk, tras Estados Unidos y Reino Unido, según la información facililtada por el Departamento de Defensa oceánico.
Este disparo forma parte de un programa más amplio de mejorar de capacidades de ataque de largo alcance de la Fuerza de Defensa Australiana, en los términos recogidos en la Estrategia de Defensa Nacional 2024.
En palabras del ministro de Defensa, Richard Marles, esta prueba era un paso fundamental para garantizar la preparación de las fuerza armadas del país para enfrentar desafíos estratégicos. "La mayor letalidad de la flota de combate de superficie de la Armada es vital para garantizar que la Fuerza de Defensa Australiana está equipada para enfrentar nuestras circunstancias estratégicas y mantener seguros a los australianos", ha apuntado Marles. El ministro añade que esta prueba “exitosa del misil Tomahawk demuestra la fuerza de nuestra alianza y cooperación en materia de defensa con los Estados Unidos, en apoyo de una región pacífica, estable y próspera”. Con la incorporación de esta arma, que permite al pais “mejorar nuestras propias capacidades de defensa y trabajar con socios, cambiamos el cálculo para cualquier agresor potencial de modo que ningún Estado llegue a la conclusión de que los beneficios del conflicto superan los riesgos”.
Submarinos nucleares Virginia
Australia va a adquirir más de 200 misiles Tomahawk, por un precio estimado en 1.300 millones de dólares autralianos, lo que equivale a algo más de 785 millones de euros al cambio actual). Estas armas serán desplegadas en sus destructores de la clase Hobart y en futuras plataformas de la Armada, incluidos submarinos nucleares de la clase Virginia (suministrados por Estados Unidos a principios de la próxima década, antes de la llegada de los futurod Aukus) y potencialmente fragatas clase Hunter.
Para el ministro de Industria de Defensa y Desarrollo de Capacidades, Pat Conroy, los misiles Tomahawk van a ser “la joya de la corona y un cambio radical en nuestra potencia de fuego, disuasión y capacidad para atacar objetivos terrestres a distancias nunca antes disponibles para la Marina Real Australiana”. La compra de estos misiles, junto a los NSM de la noruega Kongsberg, que también ha adquirido España, y los Standard Missile 6, “cambia las reglas del juego para nuestra Fuerza de Defensa Autraliana y llega años antes de lo planeado anteriormente".