El primer submarino australiano de la clase Collins continuará operativo hasta 2038. Y el último será dado de baja en 2048. La demora en el programa de nuevos buques, de la clase Attack, con los que serán sustituidos los primeros, ha llevado a las autoridades del país a optar por reacondicionar las seis naves disponibles para alargar su vida útil otros diez años. En total, la operación tendrá un coste de 3.500 millones de dólares australianos (algo más de 2.100 millones de euros al cambio actual), lo que se suma a los 90.000 millones (cerca de 55.000 millones de euros) que se estima ahora que se emplearán en los doce nuevos submarinos Attack encargados a la compañía francesa Naval Group.
El diario local The Australian, ha recogido estos datos en una pieza informativa en la que recuerda que el primero de los nuevos submarinos no estará disponible antes de 2034. El medio cita el anuncio que el ministerio de Defensa del país ha realizado a una comisión parlamentaria en la que se estima que la extensión de la vida útil de la clase Collins supondrá un coste mínimo de 3.500 millones de dólares australiano.
Naval Group fue contratada en febrero de 2019 para liderar el proyecto de diseño y construcción de una docena de submarinos para la Marina Real de Australia por 50.000 millones de dólares australianos (en torno a 30.000 millones de euros al cambio actual), conocido como programa Sea 1000. Una auditoría oficial reveló hace cinco meses que el programa ya acumulaba nueve meses de retraso y poco después se llegó a un notable punto de desencuentro entre el cliente y la empresa cuando el director ejecutivo de Naval Group Australia, John Davis, puso en duda que la industria australiana fuese capaz de asumir la mitad del valor de los contratos previstos. El episodio se solventó unos días después con un comunicado conjunto de los ministerios de Defensa de Australia y Francia reafirmando el acuerdo formal de construcción de los doce submarinos y el posterior compromiso de Naval Group de contratar con compañías locales el señalado 60% del valor del proyecto.
Los doce submarinos contemplados en el programa, de la clase Attack (versión convencional de las naves nucleares francesas Barracuda), sustituirán a los actuales de la clase Collins que prestan servicio a Australia. De acuerdo con el cronograma oficial, el primer submarino del lote, el HMAS Attack, debía ser entregado a principios de la década de 2030. Para ello, la construcción del casco resistente de este primer buque debería comenzar en 2024.
DCNS (como aún era conocida entonces la actual Naval Group) se impuso en 2016 a sus competidores japoneses (Kawasaki Heavy Industries y Mitsubishi Heavy Industries) y alemanes (ThyssenKrupp Marine Systems –TKMS) en el programa Sea 1000. Las compañías españolas Navantia y la sueca Saab también tuvieron opciones hasta meses antes de que Australia anunciase que la opción elegida era la francesa.
En un primer momento los futuros Attack fueron denominados como Shortfin Barracuda Block 1A, debido a que, como se ha explicado, su diseño estará basado en los submarinos franceses Barracuda. Las naves serán construidas en los astilleros de la localidad de Adelaida.