(Especial Ceeag para Infodefensa) El Ministerio de Defensa de Rusia anunció la realización de las mayores maniobras militares desde la caída de la Unión Soviética denominadas “Vostok 2018” para septiembre de este año. El general comandante en jefe de las fuerzas armadas, Sergi Shoigu, señaló que tendrán una "escala sin precedentes tanto en territorio como en número de tropas involucradas". China y Mongolia se unirán a estos ejercicios. Este despliegue ocurre en un contexto interno complejo a raíz de la reforma de pensiones y la delicada situación económica, por lo que se ha cuestionado su necesidad. Al respecto, el portavoz del Gobierno ruso, Dimitri Peskov, sostuvo que estas maniobras son esenciales y que “la capacidad de defendernos en una coyuntura internacional que a menudo es agresiva y nada amistosa hacia nuestro país, hace que los ejercicios estén justificados”. No obstante, el comunicado del gobierno ruso agregó que estas maniobras no estaban dirigidas contra ningún tercero.
Lo anunciado por el Kremlin refleja los objetivos que Rusia desea sostener en el escenario mundial:
En primer lugar, el desarrollo armamentístico que se observaría en dichos ejercicios expondría el potencial militar que posee Rusia. Con esto, el objetivo es mostrarse como una potencia no sólo a nivel regional, sino internacional y de esta manera poder llevar a cabo su influencia en la zona. En segundo lugar, el propósito podría apuntar a contener la influencia de la OTAN, como una alianza que amenaza los intereses rusos. Sin embargo, el portavoz de esta organización señaló que esto era preocupante considerando la práctica de la utilización de la fuerza por parte de Moscú contra otros países, ejemplo de ello es el caso de Ucrania. En tercer lugar, la voluntad de actuar en conjunto con China es la demostración tangible de la alianza Beijing-Moscú, que configura un bloque cuya principal finalidad es contrapesar a una potencia de igual o superior magnitud como es Estados Unidos. Esto amenaza a los aliados de Washington como Japón, país que ha decidido incrementar su gasto en defensa y que con los ejercicios rusos, justificaría aún más su acrecentamiento militar. Igualmente, de concretarse la alianza rusa-china se podría fortalecer el apoyo a Corea del Norte, lo que generaría un escenario de mayor tensión, pese a las negociaciones entre Washington y Pyongyang sobre la desnuclearización de la península.En síntesis, el escenario internacional presenta un clima de creciente incertidumbre, debido a la conducta que han adoptado las potencias tendiente a incrementar su influencia global. Esta situación la definió Kissinger como “un periodo grave”, en donde “el orden mundial es un caos” lo que genera un peligro para la seguridad internacional.
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