Argentina no debería repetir los errores de la US Navy con el USS Thresher

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En un esfuerzo para evitar implicar personal de la US Navy en la pérdida del submarino nuclear USS Thresher, junto con sus 129 tripulantes, el 10 de abril de 1963, la Corte de Investigaciones de la US Navy (Court of Inquiry – COI) ignoró los resultados de sus propios tests, intentó desacreditar a un testigo de la Corte como así también desacreditar, suprimir o ignorar evidencia convincente que refutaba su conclusión básica de que el submarino Thresher se perdió debido a una inundación ocurrida a una profundidad de 400m (1300 pies).

La Corte atribuyó esa supuesta inundación a fallas cometidas por los empleados del Astillero Naval de Portsmouth cuando se soldaron (con aleaciones de plata) cañerías conectadas al agua de mar.

Casi todos los empleados del astillero que fueron falsamente acusados han fallecido cargando la culpa de las conclusiones erróneas presentadas por la Corte. 57 años después del desastre, la posición oficial de la US Navy con respecto a la pérdida del submarino Thresher es "inundación".

La US Navy está realizando extensos esfuerzos para bloquear o demorar seriamente los intentos para obtener los documentos de la Corte de Investigaciones bajo el argumento de que la información con más de cincuenta y siete años de antigüedad es aún clasificada como "secreta", a pesar de que ha sido publicada abiertamente por más de 20 años. La ofuscación y la negación se mantienen como el modus operandi de la US Navy y suponen un legado desafortunado de la pérdida del USS Thresher.

Las autoridades argentinas deberían evitar cometer los mismos errores que la US Navy, atribuyendo la culpa de la pérdida del ARA San Juan a individuos que se encontraban en tierra cuando la tragedia ocurrió y que no fueron responsables de ninguna manera por el desastre.

El motivo de la pérdida del ARA San Juan puede ser establecida por el contenido de los mensajes enviados por el submarino el 15 de noviembre de 2017 y por el análisis de las detecciones acústicas producidas por el colapso del submarino argentino a una profundidad extrema de 468 metros (1.535 pies). La referida detección fue realizada por sensores subacuáticos de la Organización del Tratado sobre la Prohibición Total de Ensayos Nucleares (Comprehensive Nuclear Test-Ban Treaty Organization o CTBTO).

Lo que la US Navy conocía en 1963 e ignoró

-El submarino USS Thresher nunca mencionó "inundación" en ninguna comunicación sumergida con su buque escolta

-El test de la Corte de Investigaciones probó concluyentemente que una inundación masiva submarina a grandes profundidades hubiese creado enormes niveles de ruido dentro del Thresher, lo que habría imposibilitado las comunicaciones con su buque escolta.

-Que unos 90 segundos antes de que el Thresher colapsara, el submarino envió un mensaje codificado que indicaba que su profundidad era de 670 metros (2.200 pies).

Estos puntos son algunas de las evidencias que la US Navy decidió ignorar para evitar implicar a personal naval en la pérdida del submarino.

Sumario

La Corte de Investigaciones sobre la pérdida del USS Thresher se mantiene, luego de 57 años, como un ejemplo de cómo no se debe conducir una investigación. Este tipo de investigaciones debe estar basada en información documentada (verificada técnicamente).

Como se menciona arriba, la información sobre el ARA San Juan es pública y no soporta las acusaciones de responsabilidad realizadas al personal de la Armada Argentina que se encontraba en tierra firme en el momento de la tragedia.

Las autoridades argentinas deben reconocer que el esfuerzo para implicar al personal de la Armada Argentina que se encontraba en tierra cuando se perdió el submarino representan un intento de escapar a las recriminaciones que se elevarían si se reconociesen las responsabilidades identificadas en los mensajes transmitidos por el submarino y los datos acústicos. Esos mensajes discuten acciones que directamente provocaron la pérdida del ARA San Juan.

Mensajes enviados desde el submarino el 15 de noviembre de 2017 confirman, fuera de todo tipo de dudas, que el submarino se perdió debido a que el comandante del navío ordenó que el ARA San Juan se sumergiese a las 11:52 horas Greenwich y se mantuviese rumbo norte.

Mientras el submarino se encontrara sumergido no podría ventilar e intercambiar el aire interno con aire exterior, lo que permitió que el hidrógeno -un gas incoloro e inoloro- producido por las baterías dañadas por el ingreso de agua salada, se acumulase a niveles explosivos. Se estima que esa explosión ocurrió en el entorno de las 13:30 horas Greenwich. La tripulación completa pereció instantáneamente.

Si el ARA San Juan hubiese permanecido en la superficie ventilando todos sus compartimientos, el submarino no se hubiese perdido en esa fecha. El personal de la Armada Argentina que se encontraba en tierra, que ha sido encontrado culpable (recibiendo castigo y censuras) por la Corte argentina en la pérdida de la embarcación no tuvieron responsabilidad alguna en el desastre.

Básicamente, el tribunal parece que ha entregado su autoridad al enojo del público sobre la pérdida del ARA San Juan y que se necesita culpar a aquellos que aún siguen vivos, más allá de la evidencia convincente de que el desastre fue causado por errores de la tripulación. La Corte debería proteger a quienes se encontraban en tierra de aquellos que los acusan falsamente y de un castigo inmerecido.

Basado en el fallo de la Corte argentina de evaluar apropiadamente la información crítica provista por los mensajes del ARA San Juan, se urge al presidente de Argentina a anular la decisión de la Corte y cancelar las duras acciones de castigo recomendadas. La decisión de la Corte argentina no fue justicia, sino venganza mal direccionada.

Los errores cometidos por la Corte de Investigaciones sobre la pérdida del USS Thresher en 1963 no deberían ser repetidos por las autoridades argentinas que están investigando en 2020 la pérdida del ARA San Juan en 2017.