El Ejército del Perú apuesta por renovar su material con la vista en 2034

El comandante general del Ejército del Perú, general César Astudillo Salcedo, ha explicado en una conferencia destianda a estudiantes del Centro de Altos Estudios Nacionales (CAEN) la apuesta de la institución que comanda por renovar su material de cara a cosneguir un ejército moderno y con plenas capacidades para 2034.

Estudiantes de postgrado del CAEN han analizado días atrás la proyección de capacidades que requiere el Ejército del Perú hacia el año 2034 para el efectivo desempeño de sus roles estratégicos. La conferencia Situación actual y perspectivas de desarrollo institucional, llevada a cabo en la sede de la ciudad de Lima del CAEN–Escuela de Posgrado estuvo dirigida a los estudiantes de la LXVIII Maestría en Desarrollo y Defensa Nacional 2018, y la exposición magistral fue impartida nada menos que por el general Astudillo.

El general Astudillo presentó a los estudiantes militares la situación en que se encuentra en la actualidad el Ejército del Perú, las diferentes acciones de corto, mediano y largo plazo que la institución viene implementando para lograr una evolución permanente en el instituto armado, la proyección del Ejército al 2034, los roles estratégicos en los que debe participar, las actividades que tiene que desarrollar en apoyo al desarrollo nacional, la creación de la primera Brigada Multipropósito, la construcción de carreteras y puentes, la participación en la política exterior del Perú a través de las Agregadurías de Defensa, las misiones de paz de la ONU, las expediciones científicas a la Antártida, entre otros.

Renovación de material

Cabe anotar que desde hace unos años el Ejército del Perú estudia las alternativas que le ofrece el mercado internacional para renovar su parque blindado, sus vectores de transporte aéreo, terrestre y fluvial, así como sus equipos de ingeniería, mientras se reorganiza para afrontar mejor los retos que le depara el futuro y los nuevos roles que le viene exigiendo la sociedad y el gobierno para apoyar el desarrollo nacional y brindar soporte a la población tras eventuales desastres naturales.

En cuanto a tanques, las opciones mejor consideradas eran el K2 Pantera Negra, Merkava IV, Leopard 2A6 y el T-90S. A la fecha existen nuevas variantes en la forma del Leopard 2A7 y T-90MS, así como el nuevo EMBT que combina la torreta del Leclerc con el chasis del Leopard 2. Hasta el momento no se han comprado tanques por su alto costo y en atención a ello se analizan alternativas en FAME para modernizar los blindados en inventario.

En materia de vehículos de infantería de combate, las preferencias del Ejército se decantan por el BMP-3 (blindado a orugas con mayor capacidad todo terreno como para emprender misiones de búsqueda y rescate y gran potencia de fuego) y en segundo orden por el LAV III (gran movilidad, de segunda mano pero refurbished por el Ejército de EEUU, mediocre potencia de fuego en la variante ofrecida). El LAV III ha sido insistentemente ofrecido autoridades militares peruanas han podido probarlo en EEUU pero ninguna decisión se ha tomado sobre una probable compra. Hasta el mismo presidente Donald Trump deslizó un par de frases a su favor, pero nada.

El Ejército también espera que se le compre a la Fuerza Aérea del Perú sus helicópteros Mi-171Sh-P para que se le devuelvan los ejemplares que le cedió en uso.

En cuanto a transportes terrestres, el requerimiento original era por un lote total de unos mil camiones todo terreno. A la fecha solamente se ha comprado poco más de 300 unidades a Rheinmetall MAN Military Vehicles. Sobre transportes fluviales, SIMA Perú está colaborando para satisfacer los requerimientos y sobre transportes aéreos se están haciendo esfuerzos para mantener los An-32B operativos. Eventualmente se deberá tomar una decisión de compra en este segmento y si se pretende estandarizar, los C-27J Spartan serían los candidatos naturales, que si bien estupendos, robustos, maniobrables, de gran capacidad de carga y operables en altura, no son baratos de adquirir ni operar.

Los requerimientos pendientes no son pocos y mientras más se demore el gobierno del Perú en atenderlos o por lo menos programarlos, más habrán de exigir al presupuesto público.