Canadá consulta a los fabricantes sobre su propuesta de compra de cazas

La Fuerza Aérea canadiense está a un paso más de adquirir 88 nuevos aviones de combate de un modelo que está tratando de elegir. La entidad canadiense de servicios y adquisiciones públicas PSPC (por sus siglas en inglés) ha anunciado que ya tiene listo un borrador de solicitud de propuestas para que los fabricantes potenciales puedan revisarla y hacer sus comentarios. Los posibles proveedores de este programa tendrán en torno a ocho semanas para dar su impresión sobre el documento.

Con la información recibida, las autoridades de adquisiciones afinarán la solicitud hasta emitir una propuesta formal. Se trata de un momento clave en este plan de compra de cazas con los que sustituir los antiguos 78 CF-18 con los que en la actualidad opera Canadá.

De acuerdo con la información oficial facilitada por las autoridades canadienses, el proceso está siendo revisado por observadores imparciales e independientes. La fuente apunta que asegurar “que los proveedores tienen la oportunidad de proporcionar sus aportes es fundamental para el éxito general de esta adquisición y seleccionar el avión de combate adecuado”, tanto por su rendimiento como por sus costes.

Canadá reveló el pasado febrero los nombres de los cinco fabricantes que contempla como candidatos para este programa, que por otro lado son los mismos a los que en 2013 ya consideró en un proceso que resultó fallido. Se trata las compañías estadounidenses Lockheed Martin y Boeing, fabricantes de los aviones de combate F-35 y F/A-18 Super Hornet; respectivamente; del consorcio europeo Airbus, socio junto a BAE Systems y Leonardo en el desarrollo del Eurofighter; de la francesa Dassault Aviation, responsable del caza Rafale, y de la firma sueca Saab, artífice del modelo Gripen.

El intento de compra de nuevos aviones militares ya ha pasado previamente por importantes obstáculos en Canadá, hasta el punto de que Ottawa también ha decidido hacerse con aeronaves de segunda mano para no perder capacidades mientras llegan los nuevos aparatos del fabricante que resulte ganador.

En contra del F-35

La intención del anterior gobierno conservador de adquirir el avión norteamericano F-35, proyecto en el que Canadá es socio, fue fuertemente criticada por una supuesta manipulación de los requerimientos del concurso inicial en su favor. Así, hace dos años el nuevo Gobierno, encabezado por el primer ministro Justin Trudeau, que ha iniciado una profunda revisión de la defensa del país, optó por reabrir el concurso tras la cancelación de los planes de compra previstos de 65 F-35 Joint Strike Fighter. Trudeau ya adelantó durante su campaña que no compraría los aviones desarrollados por Lockheed Martin si ganaba las elecciones.

Las dudas en torno al F-35 de Canadá llegan de antes. Previamente a la llegada de Trudeau al poder una auditoria calculó que el coste de estos aviones de quinta generación sobrepasaría los 40.000 millones de dólares canadienses (en torno a 27.600 millones de dólares estadounidenses al cambio), lo que llevó al Ejecutivo de aquel momento a ampliar la búsqueda a los cinco fabricantes que ahora vuelven a optar al programa.

Curiosamente, el favorito aparente de aquel nuevo proceso seguía siendo el F-35, hasta que llegó Trudeau y reabrió el proceso, por segunda vez en tres años. Los 88 aviones previstos en este programa conforman la mayor adquisición realizada por la Fuerza Aérea canadiense en más de 30 años.

La PSPC aseguró a finales del año pasado que la elección del nuevo caza seguirá “una competición abierta y transparente” en la que el Gobierno “garantizará que las industrias y fabricantes del sector aeroespacial y de defensa del país sean consultados y participen en el proceso”, como ahora parece confirmar el borrador de solicitud de propuesta facilitado por Canadá a los candidatos.