La redefinición china: una mirada desde la seguridad y la defensa

En 2021 China inicia su plan quinquenal Nº 14, apareciendo una serie de definiciones que Xi Jinping ha venido estructurando desde el momento en que, en 2018, el Congreso Nacional del Pueblo determinó que su permanencia en el cargo puede ser de por vida. Entre las muchas medidas anunciadas, como el incentivo del consumo interno y una apertura al mundo, hay algunas que afectan a la seguridad y defensa y que, por la magnitud de quien las implementa, es necesario revisarlas por su efecto en el contexto internacional.

Una de las primeras medidas que tendría repercusiones en occidente, es el respaldo al cambio del sistema electoral de Hong Kong, región administrativa especial china, lo que en la práctica implica mayor control chino sobre ella, y que podría vulnerar el acuerdo de transferencia de soberanía suscrito con el Reino Unido en 1997, referido al mantenimiento del estilo de vida y un alto grado de autonomía en el mencionado territorio. Probablemente, el acuerdo de inversiones firmado recientemente con la Unión Europea se convierta en el escudo chino para cambiar el sistema electoral de Hong Kong y dificultar el acceso a cargos políticos de los opositores al sistema chino.

Otra medida, es que desde el año 2019, en la conmemoración del 40° aniversario del Mensaje a los compatriotas en Taiwán, Xi Jinping ha insistido en no descartar el uso de la fuerza para responder a los grupos separatistas de Taiwán, instando al Ejército a fortalecer su capacidad de combate y nivel de alistamiento; junto con eso, la primera orden de 2019 fue que “se preparen para una lucha militar completa desde un nuevo punto de partida”, motivo por el cual “se debe profundizar en la preparación para la guerra y el combate”, con el fin de “garantizar una respuesta eficiente en tiempos de emergencia” (France 24). Para ello, China fijó, el pasado 5 de marzo, el incremento de su presupuesto en Defensa para el año 2021 en un 6,8 %, según el informe preliminar presentado en la sesión inaugural del Legislativo chino, la Asamblea Nacional Popular (ANP), quedando el gasto de la potencia asiática en Defensa durante este año en 1,35 billones de yuanes (208.471 millones de dólares o 174.367 millones de euros), lo cual respaldaría la modernización de la Defensa contemplada en las reformas de Deng, por los mensajes enviados por Xi Jinping al mundo y, particularmente, a EEUU, cuya vinculación con Taiwán impone a China mantener la presión sobre la isla y la iniciativa en el manejo de la crisis.

Se suma a lo anterior, la demostración de la voluntad china de usar el potencial que posee, al aprobar una ley que autoriza a la Guardia Costera a usar la fuerza para eliminar cualquier presencia extranjera en lo que considera aguas e islas chinas que, para la comunidad internacional y para sus vecinos asiáticos, es un espacio que se encuentra en disputa y que se conoce como “lengua de vaca”. En la estrategia china, proteger esos espacios que considera propios, colisiona con el imperativo estadounidense de mantener las rutas comerciales abiertas al tráfico marítimo.

Como se observa, el uso del poder, como parte del lenguaje estratégico chino, en la conquista de sus fines estratégicos empieza a adquirir una nueva arista en el mar de China, modificando el ambiente operacional imperante. La decisión de Xi Jinping demuestra que estamos entrando a una nueva era y las claves de su discurso -en el contexto del aniversario del Partido Comunista Chino- definirán su rol en historia. Asumiendo su competencia con EEUU por el nuevo tiempo y orden mundial, y en su destino de ser el centro del mundo; para lo que requiere de fuerzas armadas preparadas permanentemente para entrar en acción, la capacidad económica y la voluntad política China, y de Xi en particular.

En síntesis, los 100 años del PC chino traerán importantes definiciones en seguridad y defensa.