Prácticamente dejado de lado desde 2017 por varios gobiernos más interesados en promover agendas ideológicas, el programa de recuperación y modernización de las Fuerzas Armadas del Perú fue reiniciado con gran entusiasmo en este 2024, tanto desde el ámbito político, administrativo, académico como militar.
Si bien entre los años 2011 y 2016 se le brindó continuidad a la modernización de los institutos militares peruanos, por entonces el énfasis se concentró en medios de transporte militar aéreo, terrestre, marítimo y fluvial, realizando compras contenidas de armamento antitanque y un lote reducido de sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes (MLRS) de origen chino que no ha brindado la confiabilidad esperada. Camiones militares todo terreno, buques de transporte anfibio, patrulleras marítimas, unos cuantos aviones de transporte mediano, helicópteros de transporte armado y otros sistemas que generaron un símil de modernización pero que no atendía los requerimientos básicos de capacidades de institutos armados que alinean equipos con 40 años de antigüedad o más.
Desde entonces, las expresiones de buena voluntad por parte de sucesivas administraciones en relación a las necesarias compras militares se han detenido ante argumentos sobre una supuesta inconveniencia o simplemente con el alegato de que no es el momento oportuno para realizar adquisiciones.
Es recién en 2024 cuando se concretan múltiples procesos de planificación de los institutos armados, con un Perú saliendo de a poco de la crisis. A partir de ese punto, ha quedado en evidencia la necesidad de un overhaul profundo en el Estado peruano, para reducir Ministerios, reorganizar el Poder Judicial y el Ministerio Público, elevar requerimientos para ser parlamentario, presidente y ministro, elevar la valla para organizar partidos políticos, reorganizar el proceso de descentralización, castigar severa y efectivamente los actos de corrupción, entre otros.
En tal contexto, el Ministerio de Defensa del Perú, particularmente desde que tomó las riendas el actual ministro y general EP (r), Walter Astudillo, ha sabido llamar la atención del Ministerio de Economía y Finanzas, y de la propia presidenta Dina Boluarte, para reiniciar el motor del programa de recuperación de las Fuerzas Armadas, haciendo que se den cuenta de que el Ejército aún tiene tanques T-55, la Marina tiene fragatas Lupo, la Fuerza Aérea hace lo que puede con unos cuantos Mirage 2000 en servicio activo. No se dispone siquiera de drones kamikaze como para proyectar alguna semblanza de una disuasión, particularmente importante por la tradicional postura defensiva del país y en momentos en los que Perú se presenta como uno de los países más estables del continente a nivel económico, con una moneda como el Sol que sigue su camino a convertirse en circulante duro en la región.
El año 2024 ha sido de hitos históricos para el sector Defensa peruano, un año en el que ha quedado sellado el rumbo a seguir, ya no comprando solamente sino buscando generar sinergias locales e internacionales para generar industria, expertise y conocimiento a nivel local para lentamente incorporar al sector privado a la dinámica de innovación tecnológica que caracteriza al mundo de la Defensa.
Blindado anfibio K808 del Ejército de Corea del Sur. Firma: Ejército de EEUU
Como ya es usual, la Marina de Guerra del Perú (MGP) y SIMA Perú han mostrado el mayor dinamismo en materia de proyectos de modernización militar. En esta oportunidad los otros dos institutos se han sumado a ese interés innovador. Tanto Seman Perú como FAME han iniciado proyectos importantes, revolucionarios en materia industrial y en cuanto a equipamiento militar, en beneficio del Ejército del Perú (EP) y de la Fuerza Aérea del Perú (FAP), respectivamente.
SIMA Perú sigue adelante con su proyecto de overhaul, extensión de vida útil y modernización de cuatro submarinos 209/1200, en sociedad con ThyssenKrupp Marine Systems (TKMS); pero no se ha quedado allí y ha firmado un acuerdo con Hyundai Heavy Industries (HHI), uno de los astilleros más grandes del mundo, para desarrollar juntos submarinos de ataque. También con HHI se ha sellado un acuerdo para la construcción de la primera de seis fragatas misileras (Buque Multirol), el primero de tres Buques de Patrulla Oceánica (OPV, Off-shore Patrol Vessel) al que se le podría sumar en el futuro un segundo lote de tres unidades, y la construcción de los primeros dos de cuatro Buques Auxiliares de Apoyo Logístico (Balog).
El astillero prosigue con el ensamblaje y construcción parcial de las patrulleras marítimas PGCP-50 número 7 y 8, en el marco de un proyecto que tiene el objetivo inicial de entregarle a la Armada un lote de diez unidades, en sociedad con STX Offshore & Shipbuilding, y de similar manera continúa ensamblando las estupendas lanchas de interdicción marítima CB-90, de la mano del astillero sueco N. Sundin Dockstavarvet AB, empresa subsidiaria de Saab.
Asimismo, el fabricante español Escribano Mechanical & Engineering ha consolidado su posición como proveedor de estaciones de armas de acción remota para diferentes buques de superficie de la Armada del Perú, incluyendo las patrulleras marítimas PGCP-50 y se proyecta como candidato de fuerza para hacerse de tal calidad para proveer al Ejército del Perú de estaciones de armas para sus futuros nuevos vehículos blindados anfibios de tracción 8x8 y otros.
Cada vez más cerca a su entrega el segundo buque multipropósito de la Clase Pisco, construido en SIMA Callao en sociedad con Dae Sun Shipbuilding & Engineering, el BAP Paita. La modernización de la Base Aeronaval del Callao se acerca también a su etapa final, mientras que sigue camino el proyecto de modernización de SIMA Callao, incluyendo el proyecto para un nuevo dique seco que servirá para atender a buques comerciales Post-Panamax, y la modernización de la Base Naval del Callao.
El Ejército del Perú y FAME S.A.C. se han integrado al esfuerzo recuperador de capacidades y lo han hecho con la compra de 10.000 fusiles ARAD-7, producidos por Israel Weapon Industries (IWI) y ensamblados por FAME. Las entregas se completaron con retraso pero el lote completo ya está en almacenes del Ejército, con la conformidad respectiva.
La reunión del foro de cooperaicón económico Asia-Pacífico, APEC 2024, celebrada en noviembre pasado en Perú, fue una semana decisiva para la industria de la defensa del Perú. No solamente SIMA Perú firmó acuerdos importantes sino que hicieron lo propio FAME y Seman Perú.
FAME firmó acuerdo con el fabricante surcoreano Hyundai Rotem para iniciar un proyecto de ensamblaje, a futuro manufactura de partes y componentes, de vehículos blindados a ruedas, sean 4x4 u 8x8, pero también a orugas, tanques, teniendo a la prensa surcoreana afirmando con seguridad que el Ejército de Perú se ha decidido por el K2 Pantera Negra como su tanque de siguiente generación. La sociedad con fabricantes surcoreanos también tiene en la mira, a futuro, a obuses autopropulsados, vehículos blindados de defensa antiaérea, sistemas MLRS, artillería remolcada, entre otros.
Como se puede apreciar, la asociación entre Perú y Corea del Sur se ha fortalecido notablemente en 2024, sin embargo no se limita a los dominios marítimos y terrestres sino que también abarca al dominio aéreo. Seman Perú y Korea Aerospace Industries (KAI) habían firmado previamente un acuerdo para la producción de partes para el avión de entrenamiento avanzado y caza ligero FA-50 Golden Eagle, y se ha sumado durante APEC 2024 un acuerdo de producción de partes para el caza KF-21 Boramae (Halcón).
Curiosamente, el caza KF-21 no forma parte de la lista corta presentada por la Fuerza Aérea del Perú para seleccionar al caza que ha de reemplazar progresivamente al MiG-29. Los elegidos son el Rafale (Dassault Aviation, Francia), F-16 (Lockheed Martin Aeronautics, Estados Unidos) y Gripen E/F (Saab Group, Suecia). El motivo principal es que el KF-21 sigue siendo un producto en desarrollo, actualmente es considerado un caza de superioridad aérea y la FAP está buscando un sistema de armas maduro con contundentes capacidades multirol.
De los tres productos de la lista corta, el que más beneficios técnicos le brinda a la FAP es sin duda el Rafale, y también logísticos por la larga relación con Dassault Aviation en el soporte logístico de los cazas Mirage 2000. Es el tema de costes operativos y transferencia tecnológica donde tambalea un tanto el caza francés. Y sin embargo, el F-16 tampoco se ha caracterizado por aterrizar en un país acompañado por una contundente transferencia tecnológica y el Gripen E tiene componentes de terceros países que limitan las posible oferta industrial, más aún en la medida que Brasil tiene ya asegurado su posición como hub regional del caza sueco.
La decisión de la FAP dependerá mucho de la flexibilidad de los fabricantes, particularmente de la casa francesa para trabajar junto a Perú en materia industrial. Detrás de estos tres cazas está el KF-21 —y sus grandes tomas de aire, que no obstante integran un elemento cruzado de diversión de señales electromagnéticas— a la espera de inconvenientes que puedan tener en las conversaciones finales con la Fuerza Aérea del Perú. La decisión se conocerá en la primera mitad de 2025.
Especificaciones generales del caza KF-21 Halcón. Foto: Korea Aerospace Industries