Incertidumbre es quizás la palabra que mejor define en este momento el 2025 que tiene por delante el Ministerio de Defensa. El departamento que dirige Margarita Robles inicia el año sin tener nada claro el horizonte financiero de los próximos meses, lo que dificulta la toma de decisiones y el margen de maniobra para lanzar, por ejemplo, nuevos programas de adquisiciones. De momento, toca trabajar por segundo ejercicio consecutivo con un escenario de presupuesto prorrogado, mientras avanzan las complejas negociaciones para las nuevas cuentas públicas.
En el apartado de compras, Defensa tiene sobre la mesa una serie de programas, cuatro en concreto, con el sello de "prioritarios". En este listado aparecen, tal y como explicó la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, en una entrevista a Infodefensa.com, el entrenador avanzado que sustituirá a los veteranos F-5 del Ejército del Aire y del Espacio el nuevo Vehículo de Apoyo de Cadenas (VAC) del Ejército de Tierra, que reemplazará a los TOA. Este último programa ya tiene presupuesto y está adjudicado a Tess Defence, pero todavía hay importantes flecos por resolver en el diseño de las diferentes versiones.
En este grupo, Defensa además incluye otros dos programas. Por un lado, el nuevo buque de aprovisionamiento en combate para la Armada que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció hace justo un año en una visita al astillero de Ferrol; un proyecto cifrado en más de 400 millones todavía no ha recibido el visto bueno del Consejo de Ministros. Y, por otro, el satélite de observación de la tierra radar Paz II, que deberá coger el testigo del Paz, en órbita desde 2018. Este ingenio multiplicará por 16 la resolución de su antecesor. El programa está valorado en 1.700 millones de euros, con la previsión de lanzar el satélite en torno a 2028.
Dos BAM antisubmarinos y baterías Patriot
Otros dos programas, los dos BAM antisubmarinos y la adquisición de nuevas baterías antiaéreas Patriot, también se encuentran previsiblemente en la rampa de salida. Ambos proyectos ya tienen el visto bueno del Consejo de Ministros. El Gobierno aprobó 550 millones para los BAM y casi 2.400 millones para modernizar el sistema Patriot a mediados de junio del año pasado. Pero aún no han recibido la autorización definitiva.
Nuevo ciclo inversor: MC3, radio SDR y más cazas
El Ejército de Tierra además ha fijado como prioridad la modernización de sus capacidades de mando y control mediante dos programas poco conocidos pendientes todavía de lanzamiento: el Sistema Conjunto de Radio Táctica (SCRT), la nueva radio definida por software, y el programa MC3 (Modernización de los Sistemas de Mando, Control y Comunicaciones). Sin radio de combate y sin mando y control, todos los sistemas de armas y sensores de una brigada no dejan de ser "elementos aislados", explicaba el Ejército de Tierra en la última edición del Foro de Toledo.
Por otro lado, el Ministerio de Defensa firmó a finales de diciembre un nuevo pedido de 25 Eurofighter con Airbus por 2.000 millones de euros que asegura el relevo de una parte de los F-18 con base en la península. Todavía está pendiente de lanzamiento un segundo programa cifrado en unos 6.000 millones de euros para sustituir los últimos F-18 y los cazas Harrier de la Armada.
Los tres programas, y la modernización de las baterías Patriot, están incluidos en el nuevo ciclo inversor impulsado a partir de 2022 y tienen partidas asignadas en el presupuesto de 2023 -vigente con la prórroga-. Son los únicos, de un total de 13 programas, que todavía no están firmados, aunque, en el caso de los Patriot, España ha cerrado la compra de misiles PAC-3.
Del misil Brimstone a la modernización de la F-100
También hay otro listado más amplio con programas ya confirmados como necesarios de forma más o menos oficial. En él, está por ejemplo el misil aire-superficie Brimstone para los cazas Eurofighter del Ejército del Aire y del Espacio. España ya aprobó una primera partida incluso para el lanzamiento del programa, pero debe confirmar la compra como hizo Alemania el año pasado.
En este apartado también están programas como la modernización de las fragatas F-100, esperada desde hace algunos años, o la actualización de los cazaminas y los buques de asalto anfibio de la Armada. En el Ejército de Tierra, también está clara la apuesta por un helicóptero ligero multipropósito, con el H-145M como candidato. Otros dos programas han superado la fase de elaboración de requisitos: la modernización de los carros Leopardo 2E y la sustitución de los veteranos M109 por nuevos obuses autopropulsados de cadenas y ruedas.