(Infodefensa.com)
El pasado mes de abril, el Ejército ruso anunció la creación de una primera unidad dotada con sistemas terrestres no tripulados (UGS). Se trata de una unidad experimental equipada con sistemas de la familia Uran, que incluye versiones de hasta 12 toneladas de peso máximo, para cubrir diferentes misiones tácticas. La versión de combate incluye una torre armada con un cañón de 30 mm y cuatro misiles contra carro clase Ataka. Las versiones más pequeñas fueron probadas en operaciones en Siria con cometidos de apoyo general y desminado.
En Estados Unidos desde hace años se viene trabajando en este tipo de sistemas. El Plan Director del Pentágono contempla desarrollar tecnologías comunes a sistemas no tripulados en cuatro ámbitos de actuación: interoperabilidad, autonomía, seguridad de comunicaciones e interfaces hombre-máquina. En el ámbito de UGS, el objeto del proyecto RCV (Robotic Combat Vehicle) es disponer de una familia de UGS de hasta 20 toneladas.
En sistemas ligeros se está desarrollando el programa SMET (Small Multipurpose Equipment Transport) para misiones de apoyo directo al combatiente. Se ha adjudicado a GDLS un contrato marco de cinco años por 250 millones de dólares para el proyecto MUTT (Multi Utility Tactical Transport) para dotar a los pelotones de infantería de un vehículo con capacidad de carga de hasta 450 kg. Se pretende disponer de un total de unas 600 unidades en 2024, con un coste objetivo unitario por vehículo de 112.000 dólares. Esta iniciativa se complementa con otro proyecto para un vehículo de hasta 750 kg de carga, en el que se ha tomado como referencia a la compañía estonia Milrem Robotics en colaboración con QinetiQ.
Milrem, por su parte, lidera el proyecto europeo iMUGS, adjudicado en el marco del EDIDP 2019, con un presupuesto de 32,6 millones de euros aportados por la Comisión Europea en el que participan 13 entidades de siete naciones, entre las que está GMV. Se trata de un proyecto amparado por una iniciativa Pesco apoyada por 11 naciones, entre ellas España. A partir de este año el Fondo Europeo de Defensa contempla el desarrollo de plataformas y tecnologías UGS con una dotación de hasta 60 millones de euros anuales.
UGS en España
La participación española en estas iniciativas europeas es coherente con la línea iniciada por la DGAM hace unos años y que, de forma inicial, se materializó en la adjudicación de un proyecto Coincidente al Insia, denominado Remote Drive, para desarrollar un kit de automatización para operar de forma remota plataformas tipo Vamtac. La última convocatoria del programa Coincidente incluye entre sus áreas de interés los UGS de hasta 1700 kg de peso con una previsión de financiación máxima por proyecto de 600.000 euros. Además, se incluye una línea específica para sistemas portátiles, de un máximo de 11 kg de peso, que podrían recibir desde el Ministerio de Defensa una financiación de hasta 450.000 euros.
Estas iniciativas de DGAM, junto con el proyecto Escorpión para evaluar sistemas UGS en entornos operativos, están alineadas con la demanda del Ejército para el desarrollo de la Fuerza 2035 y serán difundidas a primeros de junio, en unas jornadas específicas donde la industria podrá presentar sus capacidades.
Al igual que ocurrió con el campo de los sistemas aéreos hace unos años, la industria española dispone de capacidades dispersas que necesitan orientación por parte de su cliente de referencia. Se trata de un nuevo nicho de mercado con importante potencial en los próximos 10 a 15 años, tanto para aplicaciones militares como duales. En el ámbito militar los conflictos más recientes, especialmente el de Nagorno Karabaj, han demostrado la ventaja operativa que supone disponer de sistemas no tripulados.
La actual demanda puede satisfacerse por parte de la industria nacional, en un plazo razonable, si se dispone de apoyo. En el ámbito de los UGS se abre un nuevo campo de colaboración, entre industrias y entre estas y usuarios, para disponer de sistemas que pueden ofrecer una ventaja competitiva tanto industrial como operativa.