El astillero Chantiers de L´Atlantique (cuyo 50 por ciento está en manos de la italiana Fincantieri) y Naval Group (de capital francés), ha comenzado a construir en sus instalaciones en Saint-Nazaire, cerca de Nantes, el primero de los cuatro buques de apoyo logístico (LSS, por sus siglas en inglés, o BRF, por su denominación en francés) que ha encargado la Marina Militar francesa. El cronograma previsto marca que la entrega del primer buque tendrá lugar en 2022. El siguiente será suministrado en 2025, el tercero en 2027 y el último en 2029.
El diseño de los nuevos barcos se basa en el de la nave italiana Vulcano, actualmente en construcción, y suponen un hito en las relaciones de las industrias navales de ambos países.
La agencia francesa de adquisiciones militares (DGA) y su homólogo italiano (Navarm) ordenaron a principios del año pasado la construcción de estas naves mediante un contrato suscrito a través de la Organización Conjunta para la Cooperación en Materia de Armamentos (Occar), que es la entidad intergubernamental que gestiona este programa, denominado Flotlog (como acrónimo de flota logística).
Chantiers de l’Atlantique y Naval Group acordaron externalizar la construcción de las secciones delanteras de los cuatro buques a Fincantieri. El liderazgo de los trabajos quedó en todo caso en manos de Chantiers de L´Atlantique, anteriormente conocida como STX Marina France, que es la responsable del diseño y la construcción de las naves (Fincantieri actúa como subcontratista).
Además de emplearse en dar apoyo logístico de la flota francesa, los futuros LSS también podrán servir a “buques de combate de la marina aliada”, de acuerdo con la información divulgada en su momento por Naval Group. Estas naves serán capaces de transportar 13.000 metros cúbicos de combustible, tanto para barcos como para aeronaves, además de armamento y munición, partes de recambio y alimentos. Los futuros LSS franceses estarán además equipados con sistemas de gestión de residuos y talleres de reparación.
Cada LSS francés desplazará 31.000 toneladas a plena carga y tendrá una eslora de 194 metros por 27,6 metros de manga. En su interior tendrán capacidad para acoger a una tripulación de 190 personas, incluidos 30 pasajeros, de acuerdo con las cifras reveladas por el fabricante, que son mayores que en las que su momento divulgó la Occar. Su velocidad máxima alcanzará los 20 nudos y podrán cubrir hasta 7.000 millas náuticas sin necesidad de aprovisionarse. Como armamento también contarán con cañones de 40 milímetros e irán dotados del sistema de gestión de combate Polaris, de Naval Group.
El inicio de la construcción del primero de estos barcos se ha formalizado esta semana con el corte de acero de la primera placa de la nave en presencia de la ministra de las Fuerzas Armadas francesas, Florence Parly, y del jefe de la Armada del país, el almirante Christophe Prazuck. Los nuevos barcos serán bautizados con los nombre de ilustres ingenieros navales franceses: Jacques Chevallier, Jacques Stosskopf, Émile Bertin y Gustave Zédé.