Los desarrolladores del Futuro Sistema Aéreo de Combate Europeo, conocido por las siglas FCAS, también tendrán en cuenta una posible capacidad de despliegue de los nuevos aviones desde portaaviones. El FCAS es un sistema de sistemas, que incluye aviones tripulados y aparatos remotamente pilotados (RPA) coordinados entre sí, en el que ya se han comprometido Francia, Alemania y España y lideran las compañías aeronáuticas Airbus y Dassault Aviation. Esta última ya tiene experiencia en la creación de cazas capaces de operar en portaaviones dotados de catapultas de despegue y cables de frenado para los aterrizajes, como los que dispone el buque francés Charles de Gaulle, actualmente en servicio.
El componente tripulado del FCAS, conocido por las siglas en inglés de la expresión de Caza de Nueva Generación, NGF (New Generation Fighter), estará pensado desde el principio para poder contar con una versión preparada para portaaviones. Así lo ha revelado a Jane´s una fuente próxima al proyecto. Con este objetivo los desarrolladores tendrán en cuenta la experiencia de Dassault en el diseño de sus aviones Étendard, Super Étendard y, el más moderno, Rafale, que fueron concebidos para contar con variantes embarcadas.
Para disponer de esta capacidad, los aviones necesitan soportar las grandes cargas que se infringen al impactar contra las cubiertas de vuelo durante el aterrizaje, además de resistir a la corrosión que produce el mar. La fuente recuerda que en el caso del Rafale se diseñó un fuselaje básico que ya tuvo en cuenta la resistencia necesaria para operar en portaaviones, de modo que no fue necesario desarrollar posteriores mejoras estructurales que aportarían mayor peso a la versión naval, y hubieran limitado su rendimiento.
En el caso del NGF se podría adoptar por una solución similar, pero aún es pronto para saber cómo será construido. Para eso hay que esperar al inicio de su diseño detallado, recuerda el interlocutor. Además, con el objetivo de absorber la gran carga a la que se ven sometidos estos aparatos durante sus aterrizajes en portaaviones deben disponer de un tren de aterrizaje especialmente resistente, y también contar con una barra con la que enganchar la catapulta que permite los despegues en los cortos recorridos a los que obligan las dimensiones de los barcos.
Otro componente que hay tener en cuenta para poder desarrollar aviones capaces de operar en portaaviones es su compatibilidad electromagnética con estos. Los buques militares están equipados con radios y radares que generan fuertes señales electromagnéticas que alteran a su vez las de los aviones, que deberán contar por tanto con sistemas de blindaje y conectores preparados para resistir las distorsiones.
El FCAS compone un ambicioso programa iniciado por Alemania y Francia, y al que recientemente se ha unido oficialmente España, que incluye el desarrollo del futuro avión de combate que sustituirá a las actuales flotas de Eurofighter y Rafale, entre otros.