Macron y Merkel están dispuestos a acabar con la competencia internacional que hasta ahora se están haciendo los aviones de combate europeos Rafale y Eurofighter. El presidente francés y la canciller alemana son conscientes de las oportunidades que puede brindar a sus respectivos países el desarrollo de una plataforma conjunta de nueva generación y han decidido lanzarse a ello. Este jueves han celebrado en París un consejo de ministros conjunto, algo que suelen hacer los ejecutivos de ambos gobiernos una o dos veces al año, donde han acordado el desarrollo de un avión de combate europeo bajo la dirección de los dos países. A la iniciativa podría sumarse en el futuro otras naciones, como España, que tiene pendiente buscar un sustituto a su actual flota de F-18.
Alemania ya ha comenzado a trabajar en la búsqueda de un reemplazo para su actual flota de aviones Tornado, para lo que tenía previsto anunciar a mediados del año que viene si adquirirá un modelo ya existente o si emprenderá el desarrollo de un nuevo programa. Con posibles vistas a la primera opción se reunió hace unos días se en Bonn un grupo de militares germanos con oficiales estadounidenses para conocer más detalles sobre el caza F-35.
El anuncio realizado junto a Francia este jueves apunta hacia la segunda opción como favorita (el desarrollo de un nuevo avión). En esta iniciativa podría tener un papel clave Airbus, socio mayoritario del Eurofighter, que ya está tratando de atraer a Dassault Aviation, fabricante del Rafale francés, a su proyecto de un caza Europeo, del que Infodefensa.com informó hace ahora un año.
La compañía de capital alemán, francés y, en menor medida, español, reveló además el mes pasado que ya mantiene contactos con Alemania y España, con vistas al diseño de un futuro avión de combate de una generación posterior a la del Eurofighter.
En la actualidad, cinco países del viejo continente participan en el programa norteamericano del F-35: Gran Bretaña, Italia, Noruega, Países Bajos y Dinamarca. En cambio, otros tres de los grandes, España, Alemania y Francia, deberán iniciar en los próximos años programas de sustitución de modelos de sus actuales flotas de aviones de combate (el F-18 en el caso de España, el Tornado en el de Alemania y el Mirage en Francia), por lo que ya lleva un tiempo contemplándose que puedan unirse en el desarrollo de una aeronave de nuevo cuño. El acuerdo adelantado, curiosamente el mismo día que el presidente estadounidense Donald Trump llegó a París, abre el camino a esa posibilidad.
Desde que Trump llegó al poder hace unos meses arrecia en Europa la corriente de opinión que apunta hacia la necesidad de un fortalecimiento de los lazos en defensa en el viejo continente para dejar de depender en lo posible de Estados Unidos. El anuncio de Macron y Merkel afianza esa línea de actuación.