Antiaéreos, tanques, cazas y ahora misiles para golpear a Rusia: las 'líneas rojas' que Occidente lleva superadas en Ucrania
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Antiaéreos, tanques, cazas y ahora misiles para golpear a Rusia: las 'líneas rojas' que Occidente lleva superadas en Ucrania

Kiev ya podrá usar armas de largo alcance suministradas por EEUU contra el territorio del país enemigo en la guerra que hoy cumple 1.000 días
Disparao de un misil ATACMS. Foto. Lockheed Martin
Disparo de un misil estadounidense de largo alcance ATACMS. Foto. Lockheed Martin
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Estados Unidos ya ha autorizado a Ucrania a utilizar directamente contra objetivos en suelo ruso los misiles de largo alcance que le está suministrando. Es un punto de inflexión de especial calado en la guerra, iniciada por Moscú en febrero de 2022. Y además llega en el momento en el que la Administración del presidente Biden sabe que en unos meses no va a tener continuidad con un Ejecutivo demócrata, sino que será Donald Trump el que encabece el apoyo militar a Kiev, que a tenor de sus palabras puede quedarse sin continuidad. El objetivo es que Ucrania consiga fortalecer su posición en el campo de batalla antes de una posible negociación frente a Rusia, impuesta por la llegada de Trump. De ahí la importancia de esta medida que pone sobre la mesa el peligro de una escalada que podría llevar incluso a que el Kremlin acabase utilizando armas nucleares en respuesta, como temía Washington hasta ahora. La realidad es que esa amenaza ya pendía sobre cada una de las “líneas rojas” del Kremlin que Occidente se ha ido saltando en su ayuda a Ucrania en la guerra durante los 1.000 días que cumple hoy desde que se inició, el 24 de febrero de 2024.

Occidente comenzó en las primeras jornadas de la ofensiva rusa a proporcionar distinto material a las tropas ucranianas, pero de carácter ante todo defensivo. Los misiles antiaéreos Stinger y anticarro Javelin abundaron en esas primeras etapas de los combates. Pero enseguida fueron complementados con armamento de mayor entidad, como los obuses autopropulsados sobre ruedas Caesar suministrados por Francia.

Meses después, a punto de acabar 2022, trascendió el primero envío de sistemas de misiles Patriotpor parte de Estados Unidos, lo que ya supuso un importante paso hacia adelante en la escalada de ayuda militar a Ucrania. Tanto fue así que el general Pat Ryder, como secretario de prensa del Pentágono, se vio en la necesidad de aclarar, tras el anuncio de este suministro, que su país “no está en guerra con Rusia y no buscamos un conflicto”. Su objetivo, precisó, solo “es proporcionar a Ucrania la asistencia de seguridad que necesita para defenderse”.

Mucho más comprometido fue la medida que Reino Unido tomó en enero de 2023 de enviar 14 carros de combate Challenger 2 al teatro de operaciones. Se trató de los primeros tanques de fabricación occidental destinados a ayudar a Ucrania. Con ellos se añadió presión para que Alemania, muy recelosa ante una posible respuesta de Moscú que no se produjo, acabase dando poco después su esperado visto bueno al envío de carros Leopard 2. Desde entonces, distintos países han anunciado el suministro de más de 300 tanques de fabricación occidental (además de unas 600 unidades de origen soviético), entre Challenger 2, Leopard 1 y 2 y M1 Abrams estadounidenses.

Meses mástarde, Washington incluyó bombas de racimo en su ayuda militar a Ucrania, con un primer lote revelado en verano de 2023 por un valor de 800 millones de dólares. Se trata de un arma que Rusia ya estaba empleando en suelo ucraniano y que Estados Unidos facilitó con la condición de que no pudiesen ser empleados en territorio ruso, ni en ciudades y con un registro de su uso y de las zonas donde se lancen, entre otras medidas.

El salto a los aviones de combate

Aún más arriesgada fue la decisión de dar luz verde al suministro de aviones de combate F-16 de fabricación estadounidense por parte de distintos países, y que comenzaron a llegar a Ucrania el pasado verano, pese a que el alto representante de la UE, Josep Borrell, ya habló en los primeros días del conflicto de la necesidad de suministrar a Ucrania cazas (inicialmente de origen ruso) para hacer frente al invasor. Al F-16 está previsto que sigan más aprovisionamientos de cazas Mirage 2000, de origen francés; aviones de combate Gripen, fabricados por Suecia, e incluso se negocia el suministro de Eurofighter, desarrollados por Alemania, Reino Unido, España e Italia.

Ahora, el presidente estadounidense en funciones, Joe Biden, ha levantado el veto al uso de armamento de largo alcance suministrado por su país contra objetivos en territorio ruso. Es la enésima línea roja que supera la ayuda militar occidental para contribuir al esfuerzo de guerra de Kiev frente al ataque de Moscú.



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