Es un honor para mí regresar a Infodefensa tras la finalización de mi destino como Representante de España ante los comités militares de OTAN y Unión Europea y mi pase a la situación de Reserva en 2021. Quisiera también expresar mi agradecimiento a la dirección de la empresa Inetum España quienes me han ofrecido la oportunidad de trabajar como Asesor de Defensa, lo que constituye un nuevo y apasionante reto.
Atravesamos una nueva y desconocida situación en Europa: sin haber superado aún la pandemia de la Covid-19, estamos sufriendo en 2022 en una guerra con la terrible agresión de Rusia a Ucrania, incrementando fuera de todo límite los cambios geopolíticos que se producen a nuestro alrededor y conduciendo a retos muy significativo en la defensa de nuestras sociedades democráticas y de nuestros intereses. Vivimos en un tiempo de competición estratégica y de amenazas muy complejas para nuestra seguridad, cuando los ataques híbridos se incrementan y las migraciones, vacunas, tratamientos, datos y tecnologías se convierten en armas y en instrumentos de competición estratégica en todos los dominios, incluido el ciberespacio y sin olvidar, por supuesto, los efectos del cambio climático como multiplicador de todo lo anterior.
En este contexto, es interesante poner en valor la consultoría tecnológica en áreas de Inteligencia Artificial, arquitecturas de sistemas de información y telecomunicaciones, mando y control, gobierno de los datos, guerra electrónica, ciberseguridad y sistemas de inteligencia. Empresas como la propia Inetum, que lleva más de dos décadas en el sector y con la que me precio en colaborar, trabajan no sólo para producir y vender tecnologías de la información y comunicaciones, sino también para participar a través de ellas en proyectos y programas europeos, y para ello, hay que estar en todo tipo de alianzas y relaciones de “colaboración-competitiva” con otras empresas nacionales y europeas; creemos firmemente que todos tenemos un deber en el desarrollo de la autonomía estratégica industrial europea.
También es importante estar presentes en OTAN, clave de la seguridad en Europa, participar en sus desarrollos y estar al tanto de las innovaciones tecnológicas patrocinadas por la Alianza. Pero donde entiendo que está nuestro futuro es en la Unión Europea; hoy día, aún con sus luces y sus sombras, más unida que nunca en su apoyo a Ucrania, más solidaria que nunca a través del artículo 42(7) del Tratado de la Unión Europea y más resuelta que nunca a defender la paz en Europa, el orden internacional y la estrecha colaboración con Naciones Unidas y organizaciones como OSCE, Unión Africana y Asean.
La referencia es el documento aprobado por el Consejo con fecha 21 de marzo, Brújula Estratégica (Strategic Compass) para la seguridad y la defensa: Por una Unión Europea que protege sus ciudadanos, valores e intereses y contribuye a la paz y seguridad internacionales. En este documento se describen las cuatro grandes áreas del futuro inmediato de la seguridad y defensa europeas: Acción, Seguridad, Inversiones y Partenariado de las que destacaría:
Y finalmente, cooperar a la autonomía estratégica industrial europea -a través de la Base Tecnológica e Industrial Europea (Edtib)- haciendo uso y exportando excelencia en los campos de las nuevas tecnologías, el dominio del ciber espacio, la computación quantum y las herramientas de Inteligencia Artificial y Big Data.
En consecuencia, se trata de conseguir entrar en programas Pesco, presentar iniciativas de innovación e investigación atractivas para el Fondo Europeo de Defensa y aspirar a posibles colaboraciones en sistemas de información, telecomunicaciones y seguridad con las operaciones y misiones de la Unión Europea a través de la Facilidad Europea para la Paz (EPF) y del conocimiento del complejo universo de Bruselas, de la Comisión, del Servicio Europeo de Acción Exterior (EEAS) y de la Agencia Europea de Defensa (EDA).
A nivel nacional es imprescindible contar con asociaciones empresariales como Aesmide y Tedae y con el necesario apoyo de la Secretaría de Estado de Defensa y la Dirección General de Armamento y Material, estableciendo una relación de confianza beneficiosa en ambos sentidos, colaborando tanto en los grandes programas de Defensa, como en la transformación digital del Ministerio a través de su Centro de Sistemas y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Cestic).