Costa Rica no está dispuesta a ver más uniformes de sus Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en los mercados callejeros, así que ha decidido insertar un código de seguridad en el material para poder saber a quién pertenece cada pieza de cada equipo. El objetivo es detectar la fuente de este mercado y erradicarla y con ese fin ha realizado una inversión cercana a los 4 millones de dólares.
En concreto, el Ministerio de Seguridad Pública de Costa Rica ha invertido 2.000 millones de colones, unos 3,7 millones de dólares, en la compra de uniformes policiales, botas y chalecos antibalas para su personal.
En las últimas semanas se han entregado más de 5.000 uniformes en las distintas direcciones regionales de la Policía costarricense. Sin embargo, por tratarse de una entrega oficial y en la que todo debe quedar debidamente registrado, se espera que esta labor tarde varias semanas en completarse.
Según informó el subdirector de la Fuerza Pública, Nils Ching, en total se han adquirido 14.037 pares de botas, 237 pares de zapatos para ciclismo, 18.284 uniformes (incluidos los de los agentes que patrullan en bicicleta, llamados comúnmente policletos), 920 fatigas y 1.150 chalecos antibalas.
Estos nuevos uniformes, que utilizarán los oficiales de la Fuerza Pública, tendrán un código de seguridad para que haya mayor control y evitar que sean falsificados para ser usados por delincuentes que intenten hacerse pasar por policías.
El director general de Fuerza Pública, Juan José Andrade, confirmó que este código se registrará en una base de datos, lo que permitirá saber con exactitud a qué oficial se le entrega cada equipo.
“Si encontramos un uniforme en la calle, este nuevo código nos va a permitir determinar a quién se le asignó y generar un mayor control”, indicó Andrade.
Foto: Ministerio de Seguridad Pública de Costa Rica