En la mañana del miércoles pasado (18/09), oficiales de alto rango de la Fuerza Aérea de Brasil, en respuesta a la invitación de la Comisión de Relaciones Exteriores y Defensa Nacional (Credn), presentaron una radiografía detallada de los Programas Estratégicos de la corporación en la Cámara de Diputados en Brasilia (DF). El resumen del informe es que los programas Gripen y KC 390 sufrirán fuertes recortes.
La sesión, presidida por el diputado Eduardo Bolsonaro, fue transmitida en vivo por Youtube.
Por la Fuerza Aérea asistieron el jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea (Emaer), el teniente brigadier de Aire Carlos Augusto Amaral Oliveira, y el presidente de la Comisión de Coordinación del Proyecto de Aviones de Combate (Copac), brigadier de aire Valter Borges Malta.
El primer programa presentado, el caza F39 Gripen E/F, descrito como una piedra angular para la defensa del Espacio Aéreo de Brasil, está fuertemente presionado por los recortes presupuestarios y, según Malta, puede tener el cronograma de entrada en servicio afectado a partir de 2020.
El programa, que afecta a 36 aviones -28 monoplazas y ocho biplazas-, ya se ha retrasado una vez, con entregas que comienzan en 2021 y terminan en 2026.
La cadencia planificada de la FAB es de una aeronave en 2019 (pruebas de vuelo), cuatro aeronaves en 2021, siete en 2022, seis en 2023, ocho en 2024, nueve aeronaves en 2025 y finalmente dos aeronaves en 2026.
De este total, las primeras 13 células se fabricarán completamente en Suecia y, a partir de ahí, la planta de SAM en São Bernardo do Campo y de Embraer en Gavião Peixoto entrarán progresivamente en producción.
A continuación, ocho aviones serán lanzados en Suecia y luego completados en Brasil por Embraer con la participación de SAM.
Los últimos 15 aviones se producirán enteramente en Brasil, el trabajo comenzará en Embraer/SAM y se completará en Gavião Peixoto, incluida la capacitación del personal de vuelo y de tierra, la entrega de dos simuladores, equipo de apoyo en tierra, calificación de piloto y pruebas y acciones de capacitación de mecánicos y otro personal.
El Proyecto de Ley de Presupuesto Anual 2020 (PLOA) ya tiene un retraso en los valores esperados, lo que interrumpe significativamente la financiación internacional del contrato y, lo que es peor, puede retrasar el tiempo de entrega en dos años, lo que lo extendería a 2028.
Sin embargo, el desembolso necesario para 2020 asciende a 1.550 millones, pero el PLOA solo asigna 643 millones, la mitad de las necesidades planificadas. En 2021 se necesitan otros 2.500 millones y en 2022 otros 2.600 millones.
El segundo programa, el KC390, también muestra retrasos y recortes presupuestarios, lo que plantea claras reflexiones sobre las capacidades de la Fuerza.
El programa, que ya ha experimentado dos retrasos significativos, fechaba inicialmente su primera entrega en 2016, pero finalmente se retrasó al 4 de septiembre de 2019 en una ceremonia celebrada en ALA 2 (Anapolis). Debería entregarse un avión más a fin de año, siendo esta la unidad que sobrevoló Brasilia el pasado 7 de septiembre.
En 2020, 2021 y 2022 se entregarán tres unidades más por año, en 2023 cuatro, en 2024/2025 cinco por año y 2026 cierra la planificación con tres unidades. Para 2020, como en el caso de Gripen, el PLOA es extremadamente preocupante, porque mientras la Fuerza Aérea trabaja con un pronóstico presupuestario de 1.060 millones, la propuesta en discusión en el Congreso prevé la transferencia de solo 439 millones, menos de la mitad del pronóstico de la Fuerza Aérea según los contratos firmados. 2021 exigiría otros 1.060 millones, mientras que 2022 exigiría otros 1.030 millones según la planificación de la FAB.
La situación en 2020 es particularmente peligrosa porque, además del compromiso de entregas, la falta de los valores planificados de la FAB que garantizarían la finalización del desarrollo de la aeronave, alcanzando su pleno funcionamiento en todos los tipos posibles de misiones, podría influir negativamente en el atractivo comercial del avión, lo que afecta las negociaciones con nuevos operadores, y se sabe que algunos países además de Portugal, primer cliente internacional, han estado manteniendo conversaciones con Embraer en la firme intención de adquirir el modelo.
Si se confirma, para 2020 habrá una reprogramación de los programas, con la consiguiente necesidad de corregir los montos financiados, lo que agobiará al Tesoro Nacional en el mediano plazo y socavará el posicionamiento del KC-390 en el mercado internacional.
Es de recordar que si el avión hubiera sido entregado en 2016, según lo planeado originalmente, podría haber participado en la competencia abierta por Canadá ese año para la compra de un moderno avión de transporte multifunción, con claras posibilidades de ganar el evento.
Imágenes: TV legislativa / Youtube / Roberto Caiafa.