El avión de nueva generación A400M ha logrado la certificación de su capacidad para volar a baja altura de forma automática. Se trata de una facultad “única en su clase para un avión de transporte militar”, de acuerdo con Airbus, el fabricante.
En la campaña para esta certificación, realizada en abril sobre los Pirineos y el centro de Francia, se realizaron operaciones de vuelo hasta 500 pies de altura, poco más de 150 metros de altura.
Se trata de una primera fase de certificación que se refiere a operaciones con condiciones meteorológicas visuales, es decir, con visibilidad de la tripulación. Posteriormente habrá una segunda fase que incluirá las denominadas condiciones meteorológicas instrumentales, sin visibilidad, que se certificará en el segundo trimestre de 2021.
El fabricante define a esa capacidad como “inherente al mundo de los aviones de combate” y “única para un avión de transporte militar”. Con estos vuelos automáticos a baja altura se mejora la capacidad del aparato de pasar desapercibido y de supervivir, “lo que hace que el avión sea menos detectable en áreas hostiles y menos susceptible a las amenazas cuando navega hacia operaciones militares clave, como suministro aéreo, reabastecimiento de combustible aire-aire, logística y otras operaciones especiales específicas”.
El programa A400M se puso en marcha en 2003 por siete miembros de la OTAN: Alemania, Bélgica, España, Francia, Gran Bretaña, Luxemburgo y Turquía. Se trata de un avión concebido para desarrollar misiones tácticas, estratégicas y logísticas. Es capaz de transportar en su bodega 37 toneladas de carga en un volumen de 340 metros cúbicos. Estas características le permiten alojar, por ejemplo, un helicóptero NH90 o un CH-47 Chinook, o bien dos vehículos pesados. También es capaz de llevar un camión logístico pesado, una lancha de rescate o incluso grandes grúas móviles y excavadoras para emplearlas en operaciones de socorro. Si se utiliza para el despliegue de tropas, entonces puede llevar hasta 116 soldados o paracaidistas.