El submarino SS-22 General Carrera de la Armada de Chile zarpó la segunda semana de junio desde la base naval de Talcahuano para interoperar y efectuar ejercicios por los próximos cinco meses con la Armada de Estados Unidos.
La unidad de combate y su dotación, compuesta por más de 40 hombres, participará en diferentes escenarios en los que pondrá a prueba las capacidades de detección y lucha antisubmarina de buques y aeronaves del país anfitrión.
El despliegue contemplará, además, un ejercicio de búsqueda y rescate submarino que permitirá comprobar el nivel de respuesta y la capacidad para enfrentar situaciones de emergencias bajo el mar.
El comandante en jefe de la Fuerza de Submarinos, contraalmirante Juan Pablo Zúñiga, indicó que este operación se enmarca en las Áreas de Cooperación Internacional, el Resguardo de la Soberanía y la Protección de los Intereses Marítimos de la institución.
"Por más de cinco meses será desplegado a operar con la Marina más moderna del mundo y a efectuar, incluso, operaciones de rescate de submarinos. Para ello, una tripulación de más de 40 hombres, y con una edad promedio de 32 años, nos van a representar. Les deseamos éxito, buena caza y un seguro regreso a casa. Semper Fidelis", manifestó Zúñiga.
El SS-22 General Carrera es uno de los dos submarinos diesel-eléctricos de la clase Scorpéne de la Armada de Chile. Estas unidades, diseñadas y construidas por Naval Group de Francia, desarrollan misiones de guerra antisubmarina, antisuperficie y operaciones especiales y se caracterizan por su furtividad, persistencia en operaciones y potencia de fuego.
El contrato de construcción del SS-22 General Carrera y su gemelo, SS-23 General O´Higgins, fue suscrito el 17 de diciembre de 1997. La compra permitió a la institución reemplazar a los submarinos del tipo Oberon SS-22 O´Brien y SS-23 Hyatt que prestaron servicios por más de dos décadas.
Las unidades de la clase Scorpène tienen 66,4 metros de eslora, 8 metros de manga total incluyendo hidroplanos, 16,4 metros de puntal total y 5,4 metros de calado medio. Desplazan 1.711 toneladas sumergidos, una velocidad de 21 nudos bajo el mar y una autonomía de 6.500 millas náuticas a 8 nudos en superficie.
Poseen seis tubos lanzatorpedos de 533 mm capaces de disparar torpedos pesados, misiles o sembrar minas. Pueden transportar un máximo de 18 torpedos o misiles o bien 30 minas. Disponen de torpedos Black Shark Advanced de Leonardo, SUT Mod 1 de Atlas Elektronic y misiles antibuque SM-39 de MBDA.
El SS-23 General O´Higgins recibió en Astilleros y Maestranzas de la Armada (Asmar) el primer programa mundial de recuperación integral de submarinos de la clase Scorpène. La unidad incorporó, además, un novedoso disipador de calor en la vela para reducir la firma térmica generada por los gases de escape dificultando de esta manera las tareas de detección de sensores térmicos embarcados en aeronaves.