Según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) y la Oficina Mundial de Aduanas, los puertos del Perú, Ecuador, Colombia, Brasil y Venezuela se usan para el envío de cargamentos de cocaína hacia Europa utilizando el paralelo 10 (diez grados al norte del plano ecuatorial del planeta Tierra, considerando a Sudamérica la ‘zona cero’ de la cocaína), que los narcotraficantes denominan la Autopista 10. En torno a ello, tanto José Ferreira Leite, director del Centro de Análisis y Coordinación Marítima para Narcóticos (MAOC-N, en inglés), y fuentes de la Organización Marítima Internacional (OMI), la Organización Mundial de Aduanas (OMA), y la ONUDD, confirman el incremento del tráfico de drogas y sus precursores químicos mediante contenedores; pues según la OMA, sólo se inspecciona menos del 2% de todos los contenedores, y entonces, la probabilidad de detectar los alijos de narcóticos a través de registros aleatorios, es muy reducida.
Lo anterior genera mucho sobresalto, pues de acuerdo a un boletín de la Comunidad Andina-CA (Tráfico de contenedores de la Comunidad Andina, 2014), durante el año 2014, el puerto del Callao tuvo el mayor tráfico de contenedores entre los principales puertos de la CA, con 1.023.000 TEUS (unos 5,000 diarios), equivalente al 37% del total movilizado en la CA, muy superior al volumen del puerto de Guayaquil (Ecuador) con 630.000 TEUS; así como, al de Buenaventura con 591.000 TEUS y al de Cartagena con 491.000 TEUS, ambos en Colombia.
Por otro lado, si bien las autoridades antinarcóticos peruanas han venido afirmando los últimos años, que el cártel de la Federación de Sinaloa y Los Zetas (dirigido por Omar Treviño alias Z42), son los que han manejado la mayoría de las exportaciones de cocaína desde el Perú; a pesar de ello, investigaciones recientes de la agencia Stratfor de EE.UU. (Special Report: Mexico's Cartels Will Continue to Erode in 2016 by Stratfor, Jan 25, 2016); de la DEA (United States: Areas of Influence of Major Mexican Transnational Criminal Organizations, May-2015) y datos del libro Mares de Cocaína; refieren que ahora el predominio en el contrabando de cocaína peruana, lo tienen el cártel de la Federación de Sinaloa-CFS (encabezado por Ismael El Mayo Zambada y antes por El Chapo Guzmán), y también el cártel de Jalisco Nueva Generación-CJNG (liderado por Nemesio Oseguera El Mencho) considerado como el más peligroso y de más rápido crecimiento en la esfera internacional.
Amplias redes internacionales
En el Perú, tanto el CFS como el CJNG tienen como socios operativos directos a sus similares colombianos, y como fabricantes, acopiadores y/o proveedores de cocaína a los clanes y grupos criminales peruanos, incluso Sendero Luminoso-Facción Vraem; logrando así una posición privilegiada, pues en la práctica el Perú es el mayor productor mundial de cocaína, ya que cuando Colombia produce más droga, también logra incautaciones de cocaína y precursores químicos muy superiores a las del Perú.
A su vez, estos dos cárteles mexicanos emplean los puertos en la costa del Pacífico en general (como los ubicados en Perú), para traficar cocaína a nivel internacional, gracias al control de las rutas náuticas y puertos a nivel global, apuntalado por las redes y coaliciones que han forjado con otras mafias del narcotráfico y del crimen organizado en los países donde proveen cocaína. Recordemos adicionalmente, que el CJNG surgió como el brazo armado del CFS en su feroz enfrentamiento en México con Los Zetas y Los Caballeros Templarios, hasta que el 2011, cuando el CJNG se escindió del CFS; hechos que explicarían una posible confabulación actual, entre el CJNG y el CFS, para el contrabando de cocaína peruana desplazando a un enemigo común: el ahora menguado cártel de Los Zetas.
Es más, la policía antinarcóticos peruana detectó la presencia de la mafia mexicana de Los Cuinis, y su accionar en Perú sería viable por su ligazón con el CJNG, ya que sus dos cabecillas son cuñados (Vinculan a Tuesta con el poderoso cártel Los Cuinis, Correo, Lima, 23/05/2016). En adición, tanto el CJNG como el CFS y Los Cuinis, sintonizan muy bien con sus pares italianos (Cosa Nostra, Ndrangheta y/o la Camorra), entre tanto, hay indicios razonables de la presencia de la Camorra y la Ndrangheta para el contrabando de cocaína desde el Perú hacia Europa. Y cerrando el círculo vicioso-criminal, tanto las mafias italianas, como las mexicanas y colombianas, han construido a nivel internacional una vinculación armoniosa para el tráfico de cocaína y otras drogas, creando así, las condiciones para que también confabulen desde el Perú.
En simultáneo, se conoce el gran poder que tienen los cárteles mexicanos para horadar los puertos y rutas marítimas en los cinco continentes, con la versatilidad para cimentar trabazones de igual forma, con narcotraficantes gallegos, venezolanos, británicos, africanos, indios, japoneses, coreanos, jamaiquinos, turcos, chinos o rusos e incluso, con organizaciones del terrorismo islamista como Hezbollah o Al Qaeda y narco-estados africanos; peor todavía, un informe de Europol (EU Drug Markets Report-2016), confirma que la cantidad de organizaciones criminales involucradas en el tráfico de cocaína en Europa se ha incrementado, y que en ellas participan grupos del crimen organizado de México, Colombia, Italia, Holanda, Gran Bretaña y España.
Por si fuera poco, la agencia Stratfor subraya, que en México los cárteles enfocan sus mayores esfuerzos para controlar el corredor de infraestructura de la costa del Pacífico, y es aquí, donde adquiere una importancia clave el Perú, a través del puerto del Callao y otros más, como canal decisivo para suministrar cocaína a aquellos cárteles del narcotráfico mexicano que busquen diversificar sus rutas de embarque-abastecimiento; cuando no deseen articularse con sus similares colombianos o con círculos mafiosos de la Guardia Nacional de Venezuela (cártel de los Soles), y que tampoco quieran pasar por América Central (Special Report: Mexico's Cartels Will Continue to Erode in 2016 by Stratfor, Jan 25, 2016).
La solución es la unión
A modo de conclusión, podemos aseverar que lo más sensato para el estado peruano es que primero recurra a la cooperación internacional con la finalidad de asesorarse en la indispensable y urgente reconstrucción de su central de inteligencia nacional, a fin de que sea capaz de proporcionar los análisis de inteligencia estratégica necesarios para que los líderes más altos del estado, tengan el conocimiento que les permita una correcta y oportuna toma de decisiones sobre ésta y otras amenazas o riesgos para la seguridad interna y defensa nacional.
En base a todo lo expuesto y guiados por la experiencia y asesoría internacional (EE.UU., Reino Unido, Israel, Canadá, Australia, Francia, España, Colombia, Interpol y Europol); proponemos que debería acondicionarse a la realidad peruana una doctrina y un sistema de inteligencia criminal -que incluya la fundación de una Dirección Nacional de Inteligencia Criminal autónoma pero con altos estándares de interoperabilidad con la central de inteligencia nacional y el Ministerio del Interior-; que brinde a los altos dignatarios del estado, inteligencia estratégica sobre las características y tendencias de las organizaciones del narcotráfico, crimen organizado y terrorismo, así como de individuos u otros grupos que cometan delitos complejos, reiterativos o de alto impacto, sin que puedan ser neutralizados por las fuerzas policiales ni las entidades encargadas de aplicar la ley.
Por último, podría fomentarse a nivel regional la implementación de un Centro de Análisis y Coordinación Marítima Antinarcóticos, como el que componen eficazmente las fuerzas policiales, fuerzas armadas y agencias de inteligencia de Portugal, Italia, Francia, España, Reino Unido, Irlanda y Países Bajos (con el acrónimo, MAOC-N, en inglés); para desquiciar a las mafias del narcotráfico que emplean los puertos y las rutas marítimas internacionales interconectada y pluriofensivamente; dando frente a ellas, una respuesta antinarcóticos conjunta, coordinada, complementaria y simultánea, donde participen por su ubicación geoestratégica: Perú, Colombia, Chile, Ecuador, Argentina, Brasil, Panamá, Honduras, Guatemala, República Dominicana, Costa Rica, México, EE.UU., Canadá y Venezuela (post Maduro).