El diario The Australian, propiedad de Rupert Murdoch, ya no puede publicar más detalles sobre la fuga masiva de documentos secretos en torno a los seis submarinos del astillero francés DCNS que se construyen para la Marina de India. Como informó Infodefensa.com este agosto, las autoridades francesas anunciaron una investigación para esclarecer el filtrado de 22.400 páginas con el sello de “restringido”, de las que se estaban extrayendo detalles por parte del mencionado rotativo.
La publicación ahora de esos datos sensibles que datan de 2011 ha hecho saltar las alarmas en plenas negociaciones de DCNS con Canberra para fabricar sumergibles basados en la clase Barracuda. El Tribunal Supremo de Nueva Gales del Sur (Australia) ha puesto fin a las revelaciones en una resolución dictada esta semana y recogida por el propio The Australian.
El medio tampoco puede mantener públicos los documentos que ya había colgado en su sitio web. DCNS ha presentado una declaración jurada en la que afirma que la revelación de material restringido en torno a sus submarinos Scorpene para la India le ha causado un perjuicio al caer en manos de la competencia. El texto también cita el peligro al que se ha puesto la imagen y la reputación internacional de la empresa.
En concreto, la filtración puede llevar a las autoridades australianas, como cliente en ciernes de los futuros submarinos Shorftin Barracuda Block 1A –variante diésel-eléctrica de los buques nucleares Barracuda franceses– y de Estados Unidos, como suministradora potencial del armamento que equiparán las naves, a poner en duda la fiabilidad francesa para proteger datos “ultra secretos confiados” a ese país, según publicó hace unos días el mismo rotativo australiano que los ha estado revelando.
La información filtrada daba cuenta sobre los sensores submarinos, de superficie y de aire de los Scorpene (en la imagen), de su sistema de gestión de combate, de sus lanzadores de torpedos y especificaciones de los equipos de navegación y comunicaciones que monta. El Gobierno australiano, en todo caso, afirma que la fuga de datos no afecta a su propio programa de submarinos.
DCNS, fue seleccionada el pasado 27 de abril como candidata favorita para dotar a Australia de una docena de submarinos por 50.000 millones de dólares locales (cerca de 34.000 millones de euros). DCNS es propiedad en un 62,48 por ciento del Estado francés y en otro 35 por ciento está en manos de la multinacional Thales. Hasta el momento de conocerse el asunto de las filtraciones las expectativas contemplaban como fechas para la firma del contrato definitivo finales de este año o inicios del próximo.
La firma francesa se impuso con su oferta a la presentada conjuntamente por las japonesas Kawasaki Heavy Industries y Mitsubishi Heavy Industries, y a la de la alemana ThyssenKrupp Marine Systems –TKMS). Anteriormente, este programa denominado SEA 1000 para dotar a Australia de una nueva flota de submarinos para sustituir a la actual clase Collins, ya dejó fuera a la sueca Saab, interesada en ofertar su clase A26, y a la española Navantia, que al inicio del proyecto llegó a contar con buenas posibilidades con su modelo S-80. Entre los competidores también se contempló un posible desarrollo norteamericano.
Imagen: DCNS