Los pilotos búlgaros se niegan a volar en los MiG-29

El culebrón que está protagonizando la Fuerza Aérea búlgara para sustituir su vieja flota de aviones de combate tiene una nueva vuelta de tuerca con las críticas de sus propios pilotos sobre el estado actual de los aparatos. El ministro de Defensa del país, Krassimir Karakachanov, reconoció este martes ante la prensa que los pilotos se habían negado a entrenar en los MiG-29, aunque insistió en que las informaciones vertidas previamente sobre este asunto fueron desproporcionadas.

Durante la mañana de ese mismo día trascendió que los pilotos se habían negado en masa a realizar vuelos de entrenamiento en la base de Graf Ignatievo, al sur del país, por su preocupación acerca de la seguridad de los aparatos y por la baja moral que les inspiran los retrasos anunciados en la compra de nuevos aviones de combate.

Indefensa.com informó a finales del mes pasado de que las autoridades búlgaras ya no tiene tan claro la compra prevista de aviones de combate Gripen. Apenas cuatro meses antes todo apuntaba a que este modelo desarrollado por la compañía sueca Saab acabaría engrosando la flota de cazas de la Fuerza Aérea del país, como recogió entonces este medio. Sin embargo, el propio primer ministro, Boiko Borissov, acabó reconociendo sus dudas acerca de que ésta sea realmente la mejor opción.

Karakachanov salió el martes por la tarde al paso de la información publicada esa misma mañana sobre la rebelión de los pilotos para tratar de atenuar sus efectos. El ministro se refirió a la recepción de nuevos motores reacondicionados y suministrados por Rusia para estos aparatos indicando que aún no estaban en uso a la espera de resolver algunas dudas sobre su documentación.

Su máxima pretensión, aseguró, es garantizar la vida de los pilotos, de ahí la prudencia con la que afirmó que están actuando. Por otra parte, añadió, “no acepto hablar sobre huelgas o disturbios, el ejército no es un jardín de infancia y nadie ha pensado en acciones de ese tipo”.

Las opciones contempladas por el país para renovar su arsenal aéreo pasan por la compra de nuevos Gripen, pero también se ha estado barajando la posibilidad de adquirir Eurofighter, del consorcio europeo formado por Airbus, BAE Systems y Leonardo, y F-16 fabricados por la norteamericana Lockheed Martin. Aunque en estos dos últimos casos las opciones pasan por la adquisición de aeronaves de segunda mano, o bien a Italia, en el caso del Eurofighter, o bien Portugal, para el de los F-16.

El programa de nuevos reactores para la Fuerza Aérea Búlgara preveía la compra en dos fases de 16 cazas hasta el año 2023. La primera fase, acotada entre 2018 y 2021, comprendía la firma de un acuerdo por ocho aviones. La segunda, por otras ocho aeronaves, estimaba un calendario de suministro acotado entre 2022 y 2023.