Las ministras de defensa de Francia y Alemania, Florence Parly y Ursula von der Leyen, han dado un nuevo paso en sus alianzas ya comprometidas para la construcción conjunta de un carro de combate y de un caza de quinta generación. Ambas mandatarias han suscrito sendas cartas de intención para el desarrollo previsto del llamado Sistema de Combate Terrestre Principal (MGCS, por sus siglas en inglés) y del Sistema Aéreo de Combate del Futuro (FCAS, por sus siglas en inglés).
Se trata de dos programas ya previstos y a largo plazo, ya que su entrada en servicio se calcula para la segunda mitad de la década de 2030, por lo que resultan especialmente susceptibles de experimentar notables cambios durante este tiempo. De momento ambas cartas de intención materializan la voluntad de los dos países por construir conjuntamente sistemas de armas en el futuro y por consolidar la defensa europea, como expresaron en el consejo de ministros conjunto que celebraron hace casi un año en París, a principios de julio.
EL FCAS será un sistema de sistemas en el que se incluirán vehículos aéreos no tripulados conectados a los cazas principales. La compañía francesa Dassault Aviation y la franco-germana, y en menor medida española, Airbus, alcanzaron hace dos meses un acuerdo para encargarse del desarrollo y la producción de este sistema. El objetivo de su compromiso supone complementar con el FCAS, y posteriormente reemplazar, la actual generación de aviones de combate Eurofighter y Rafale entre los años 2035 y 2040.
En cuanto a la plataforma terrestre MGCS, se trata de un proyecto al que Alemania lleva aludiendo desde hace al menos tres años, en un informe presentado al parlamento federal sobre el sucesor del carro de combate Leopard 2, cuya vida operativa en las fuerzas armadas del país acabará en 2030. Los medios germanos ya apuntaron entonces que el trabajo sería encargado con probabilidad a la empresa resultante de la por aquel momento prevista fusión entre la empresa alemana Krauss-Maffei Wegmann (KMW) y la francesa Nexter Systems. La resultante de esa alianza empresarial, KNDS, ya existe actualmente y la semana pasada presentó en la feria parisina de sistemas terrestres Eurosatory el EMBT, siglas en inglés de Carro de Combate Principal Europeo, el primer desarrollo conjunto de ambos.
De acuerdo con el Ministerio de las Fuerzas Armadas francesas, la firma de estas dos cartas de intenciones supone un importante paso para la renovación ambiciosa de sistemas de defensa de Francia y Alemania; para la construcción de una defensa europea, por lo que se deja abierta la puerta a otros participantes, especialmente del viejo continente; para el desarrollo de la base industrial de defensa europea, “necesaria para garantizar una mayor soberanía”, y para el crecimiento de la industria de defensa, “al ofrecer oportunidades para exportaciones, producción, investigación e innovación”.
Además de estos dos proyectos, Berlín y París han acordado también el lanzamiento del satélite militar conjunto CS03 con la lanzadera Ariane 6.