Tras meses de incertidumbres, obstáculos e idas y vueltas en la concreción de proyectos para el equipamiento de sus Fuerzas Armadas, en las últimas semanas, Argentina ha comenzado a recuperar las iniciativas que había dejado en “standby”. Además del fuerte impulso que ha supuesto el aumento del presupuesto del Ministerio de Defensa, que publicó Infodefensa, para la compra de aviones medianos de transporte, entrenadores, buques patrulleros y pistolas, recientemente también se han producido movimientos en uno de sus proyectos estrella: la actualización de su vehículo insignia: el Tanque Argentino Mediano (TAM).
En ese sentido, el Gobierno argentino ha aprobado cuatro licitaciones privadas que demuestran los avances. Una de ellas busca adquirir indumentaria y equipos de protección para el personal que participará en los trabajos operativos. Otras dos están dirigidas a la contratación de la construcción de un laboratorio contenedor y equipos de transporte y elevación para la línea de modernización de los tanques. Por último, se ha publicado una licitación para la compra de herramientas y máquinas dirigidas a los batallones de Arsenales 601 y 602, dos centros de reparación, modernización y reconversión de blindados y mecanizados del Estado ubicados en la localidad de Boulogne, a las afueras de Buenos Aires, muy próximos a una de las antiguas fábricas de la sociedad estatal Tanque Argentino Medio Sociedad del Estado (Tamse), desaparecida en 1994.
Tal y como informó Infodefensa el pasado junio, desde la llegada de Mauricio Macri a la presidencia argentina en diciembre de 2015, uno de sus objetivos centrales de Gobierno ha sido la modernización de las Fuerzas Armadas. Dentro de esta meta, destaca la renovación de su flota de blindados y, sobre todo, del histórico TAM. El Ejército cuenta con unos 200 y dice estar comprometido con la conversión de la mitad de ellos en estos TAM2C. Esto supone restituir y mejorar sus capacidades para que puedan estar a la altura de los carros de combate más desarrollados del mundo desde el punto de vista tecnológico, una medida para la que, según han admitido fuentes castrenses en reiteradas ocasiones, se necesita un esfuerzo económico importante. La reciente liberación del presupuesto parece suponer, por ende, un respiro para las Fuerzas Armadas.