Cuando el primer prototipo del Bandeirante despegó, el 28 de octubre de 1968, existía sólo un posible pedido de 80 ejemplares para la Fuerza Aérea Brasileña, y una fábrica todavía tendría que ser erguida "de la nada" para construir el nuevo avión bimotor turboélice brasileño.
En los últimos años, Embraer (fundada en 1969) y sus divisiones de aeronaves comerciales, ejecutivas*, agrícolas y militares comprenden dos grandes fábricas y centros de desarrollo en Brasil, en São José dos Campos y Gavião Peixoto (esta con pista propia de 5.000 metros de extensión), y tres unidades menores en las ciudades paulistas de Taubaté, Sorocaba y Botucatu.
El camino que comenzó en el pionero Bandeirante se perfeccionó con el EMB-326 Xavante (primer jet montado en Brasil), de ahí nacieron los turboélices EMB-120 Brasilia y T-27 Tucano, que a su vez permitieron, junto con el programa del caza de ataque AMX, el surgimiento del jetregional ERJ-145, un gran éxito comercial que marco del giro de la empresa tras su privatización.
Este giro dio origen al turbohélice de ataque leve y entrenamiento avanzado A-29 Super Tucano, y el legado en competencias internacionales en las que él participó y venció, más el aprendizaje en la producción y soporte posventa de los jets regionales, fueron algunos de los hechos que abrieron el camino hacia el éxito industrial y comercial de los nuevos E-Jets, en la actualidad en su segunda generación y considerados "la cereza del pastel" en el mercado de chorros de 140/45 asientos.
* La división de jets ejecutivos alinea los éxitos Phenom 100 y 300, Legacy 400, 500 y 650E, Lineage 1000 y los nuevos Praetor 500 y Praetor 600.
Hace 11 años, Embraer dio otro paso audaz en su historia. Tal vez el más grande de todos hasta el momento.
En 2007, ese autor presenció la ceremonia de lanzamiento oficial del proyecto del entonces Embraer C-390, una propuesta de aeronave de transporte militar innovadora, entre otros tantos aspectos, por ambicionar sustituir nada más que el consagrado Lockheed C-130 Hercules.
Con la revisión de diseño e introducción de un diseño más avanzado, el avión se situó en la clase de 23 toneladas empleando un motor turbofan de amplia aceptación en la aviación comercial: mayor velocidad con bajo costo operacional.
El modelo utiliza aviónica avanzada (Pro Line Fusion), accesorios y equipos en el compartimiento de cargas del tipo quick-change con características plug and play, roll on / roll of, puntos de anclaje y rieles guía para lanzamientos de carga aerotransportable y un sistema computarizado automático de cálculo para el lanzamiento de cargas y paraquedistas.
Su radar y sistema de aumento de visión para la tripulación garantizan independencia operativa y alto factor de supervivencia en áreas conflictivas, el avión se considera seguro para operar en zonas calientes (hot spots) con amenazas antiaéreas de baja intensidad.
Todo ello probado exhaustivamente durante una campaña de ensayos con dos prototipos que anotaron dos accidentes importantes en uno de ellos, hasta el punto de que no estaba disponible para el vuelo, decretando su sustitución en la campaña de ensayos por el primer avión de serie (el último día 10, EDS realizó el vuelo inaugural de ese ejemplar).
La certificación fue emitida oficialmente por la Agencia Nacional de Aviación Civil (Anac), el pasado día 18, permitiendo así la comercialización y operación de la aeronave en todo el territorio brasileño.
La certificación se emite cuando el proyecto de aeronave demuestra haber cumplido todos los requisitos operativos, de seguridad, y protección del medio ambiente, obligatorios para la operación.
El programa de certificación alcanzó siete años de trabajo, verificando más de 2.500 requisitos comprobados por un equipo de 200 profesionales acreditados, además de ingenieros y técnicos de la Agencia.
El jet bimotor de transporte táctico militar es la mayor aeronave ya fabricada en el país, utilizando la planta fabril de Gavião Peixoto (Embraer Defensa y Seguridad o EDS), en el interior del Estado de São Paulo.
El KC-390 puede cargar con seguridad hasta 23 toneladas y será utilizado por la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) para sustituir a los veteranos Hercules C-130 en el transporte de tropas y cargas, además de poder operar como aeronave de reabastecimiento en vuelo, pasando combustible para otros aviones de la FAB equipados con sonda REVO.
Además del transporte de cargas y tropas, el KC-390 puede ser usado para transporte de paracaidistas, misiones de búsqueda y salvamento con equipos especiales, actuar en el combate a incendios forestales e incluso en vuelos a la Antártida.
Cuesta alrededor de 85 millones de dólares, el KC-390 deberá llegar a los Escuadrones de Transporte de la FAB hasta junio de 2019, seis meses después de lo que había sido planeado originalmente.
El pedido total es de 28 aeronaves.
Embraer también la negociación de pedidos para los socios del programa carguero, Portugal, Chile, Argentina, Colombia y la República Checa.
Conforme a lo informado por Infodefensa, Boeing y Embraer están negociando la instalación de una línea de montaje del KC-390 en Estados Unidos. Sería una segunda línea, adicional a aquella ya existente en Gavião Peixoto, en el interior paulista.
El proyecto forma parte del acuerdo en que el fabricante estadounidense de aviones pretende adquirir el control de la unidad de aviación comercial de Embraer.
El área de producción de aviones militares no será vendida, pero las dos empresas pretenden, adicionalmente, crear una joint venture en el área de Defensa para instalación de la fábrica del carguero en Estados Unidos.
El KC-390 Made in USA sería montado a partir de las mismas piezas del carguero producido en Brasil.
Con esta americanización del producto, se abren nuevos mercados, que incluye la Fuerza Aérea estadounidense (USAF) e incluso la Guardia Aérea Nacional (ANG), y naciones aliadas dentro del programa Foreign Military Sales (FMS), que cuenta con la estructura diplomática y de financiamiento del país para la comercialización de productos estadounidenses.
En un informe reciente del Bank of America, firmado por Ronald Epstein, uno de los más respetados analistas del sector aéreo, la información sobre el plan de llevar la producción del avión brasileño a Estados Unidos fue revelada, pero Embraer no quiso comentar al respecto, manteniendo un silencio intrigante.
Boeing, por su parte, ya había demostrado previamente interés en comercializar el carguero militar, como informó Infodefensa sobre los acuerdos anunciados en Brasil y en el Paris Air Show.
El lugar de la fábrica en los Estados Unidos no está definido, así como el porcentaje accionario de cada empresa.
Lo que se sabe es que Embraer será controladora de esa joint venture, con algo en torno al 51% del capital, y podrá consolidar los resultados en su balance.
Las piezas del KC-390 fabricadas en las unidades de Botucatu y Gavião Peixoto, donde queda también la línea de montaje brasileña, serán enviadas a los Estados Unidos.
Otro aspecto de la transacción es que la joint venture de Defensa liderada por Embraer Defensa y Seguridad disfrutará de los beneficios del poder adquisitivo de las piezas y componentes por parte de Boeing (world supply chain), que debe abaratar los costos de fabricación del KC-390, haciéndolo aún más competitivo
Imágenes: Ronaldo Olive, Roberto Caiafa, Embraer, Força Aérea Brasileira, Gino Marcomini.