Viene de 'El Black Hawk, la joven promesa ya es veterano'
Si hubiese una imagen que definiera al Sikorsky UH-60 Black Hawk en México, ver vídeo, esta sería el famoso rescate que una tripulación de la Policía Federal Mexicana realizó en 2013 al mando de un UH-60L en el estado de Guerrero, al desbordarse el rio Amacuzac y a donde lo común sería decir que las habilidades del piloto salvaron a una familia de morir ahogada; sin embargo, esta aseveración no sería correcta. En base al crecimiento mostrado por México, cualquier tripulación mexicana de Black Hawk habría podido realizar este rescate con el mismo resultado gracias a que la comunidad de helicopteristas mexicanos esta tremendamente experimentada, mas la compra de nuevos helicópteros y gracias a que programas de entrenamiento y estructuras de soporte se han incrementado de modo muy importante en los últimos años, por lo que este éxito no fue una casualidad.
La historia del Black Hawk en México es extraña y se tiene que resumir de modo lineal. El primer lote de dos de estos helicópteros fue adquirido por la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) en 1991, no para la tropa que ya contaba con una veintena de helicópteros Bell 212, sino para labores VIP. Sin embargo, debido a una insurgencia y a que su desempeño en México fue tan positivo, se decidió comprar un segundo lote de 4 helicópteros más, para apoyar las operaciones de los grupos aeromóviles de fuerzas especiales. Estos primeros seis helicópteros suelen ser erróneamente clasificados como UH-60L, cuando en realidad son la versión civil del aparato, siendo modelos S-70A24, un modelo equivalente pero ligeramente más potente que su símil modelo L de la época.
El Black Hawk fue el primer helicóptero 100% de combate de la FAM y con capacidad nocturna. Los primeros dos helicópteros debutaron en combate durante la insurgencia del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (Ezln) de 1994 y, aunque nunca tuvieron el impacto que los Bell 212, se conocen algunos detalles de su primera operación de combate, al realizar una urgente misión de transporte de tropas a Rancho Nuevo, que se encontraba bajo ataque. El helicóptero que realizó esta misión continuó brindando apoyo a las tropas con sus ametralladoras laterales. Fue hasta junio de ese año que se anunciaría la compra de los cuatro aparatos restantes, mismos que llegarían a México a finales de 1994 y principios de 1995. Los S-70 de la FAM volverían a ser llamados a participar en la Operación Arcoíris, a principio de 1995 para devolver el control al estado mexicano de 11 poblados aún ocupados por el Ezln.
Esta acción involucró alrededor de 30 helicópteros y se diseñó como un movimiento coordinado con tropas en tierra para retomar los bastiones del Ezln por sorpresa, pues el primer helicóptero aparecería sobre los poblados a las 6:30 am para disuadir cualquier enfrentamiento; sucediendo justo de ese modo. Arcoíris, más que una operación de combate fue una maniobra de flanqueo tan rápida que no dio tiempo a trabar combate, obligando al Ezln a retomar las conversaciones con el estado mexicano.
Posterior a esta historia, la operación de los Black Hawk mexicanos no reportan ningún suceso importante, uno de los S-70 es devuelto a labores VIP mientras que los cinco restantes operan asignados al Escuadrón Aéreo 101 y como es común en México los helicópteros se dedicaron principalmente a labores de ayuda humanitaria. Hasta que en 2006 el expresidente Felipe Calderón desató la tan cuestionada guerra contra el narcotráfico, misma que vería desencadenarse una espiral de violencia en México.
De este modo la Policía Federal adquirió en el año 2007, siete UH-60L y mediante la Iniciativa Mérida con los Estados Unidos se recibieron en 2012, otros seis UH-60M. Por su parte la Armada de México quien también esta tremendamente empeñada en la lucha recibió en 2011 tres UH-60M. Finalmente, en una compra poco común, el Estado de Jalisco compró a Sikorsky un S-70i en 2011, mismo que fue fabricado en la planta de Mielec en Polonia, aunque se duda de su actual estado operativo. Notablemente el número de Black Hawk en México se elevó en cinco años de seis a 23 máquinas.
Fue hasta 2012 que una nueva administración federal retomó está cuestionada estrategia y a razón del trágico derribo de un helicóptero Cougar, desde 2015 y hasta 2017 se comenzó a buscar la introducción de un modelo de helicóptero que reemplazara al Bell 212 y aumentara las capacidades de la FAM ante los retos que enfrentaba. Atendiendo a esta necesidad se compraron 18 UH-60M, mismos que se asignaron al Escuadrón Aéreo 108 en Escobedo y al recientemente reformado Escuadrón 107 en Culiacán.
La Armada de México, satisfecha con su operación, adquirió otros siete UH-60M entre 2014 y 2015 operándolos en tres distintos escuadrones, uno para el soporte de operaciones especiales Unopes y los Escuadrones aeronavales 223 de La Paz y 124 de Coatzacoalcos.
De este modo el Black Hawk pasó de ser una aeronave completamente subutilizada a convertirse en menos de diez años en el principal helicóptero táctico de todas las agencias de defensa y seguridad de México con un total de 46 helicópteros, al descontar una máquina pérdida de la FAM y otra de la Policía Federal.
Pese a este crecimiento, Sikorsky no tiene una base de mantenimiento en México, pues la apuesta ha sido por Colombia que actualmente cuenta con 110 Black Hawk en su inventario, siendo el principal polo para entrenar y brindar servicio a los usuarios en la zona Latam. Lo que pone a México en una disyuntiva, pues los Estados Unidos son más accesibles en términos de distancia y política, al evitarse la incómoda situación de explicar porque aeronaves militares mexicanas tendrían que atravesar varios países.
Esto no significa que las aeronaves mexicanas siempre dependan de ir a los Estados Unidos para recibir mantenimiento, éste se provee por la propia FAM y Armada en suelo mexicano por especialistas entrenados. Sin embargo, la cuestión de proveer reparaciones mayores o daño de combate en el futuro, sí podría terminar siendo un factor que impacte la disponibilidad de las flota. Otro factor es el que al menos para los seis S-70A24 de la FAM el proceso de obtención de refacciones es a través de los procesos encadenados a las políticas de ventas al extranjero (Fml) el cual es lento.
En lo relativo a equipo, la flota mexicana es todo menos homogéneo, aunque poco a poco ha cerrado la brecha, aún existen notables diferencias. Los seis S-70A24 de la FAM se equiparon con motores GE T700-401C que en su momento fueron más potentes que los motores que se entregaban al ejército norteamericano. También cuentan con plena capacidad para operar con lentes de visión nocturna y el sistema de enfriamiento de gases Hirss, pero su principal característica es la capacidad de operar con el sistema Esss o sistema de almacenamiento externo que permite montar tanques de combustible, pods de ametralladoras y lanza cohetes. Curiosamente el S-70 dedicado al trasporte VIP de la Sedena fue el único en recibir una modificación en 2010, al instalársele un radar de seguimientos de terreno en la nariz.
Algunos modelos L y M de la Policía Federal cuentan con sistemas electrópticos de vigilancia Star Saphire II, al igual que los modelos M de la Armada y una fracción de los modelos M de la FAM. Curiosamente, el sistema Esss no fue adquirido para ninguna de estas variantes en México y que en base a comentarios de personal militar, se debe a que no se quiere dar una imagen negativa al público, por parecer helicópteros de un tono más agresivo. Otros equipos que tiene la flota son tanques auxiliares internos de 1.400 litros y recientemente se ha dado una distribución casi total de filtros de partículas para los motores.
Esto no significa que los Black Hawk mexicanos no tengan capacidad de combate, todos los modelos de la Policía Federal, FAM y Armada pueden portar ametralladoras 7.62 y 5.56 mm así como miniguns M-134 en las estaciones laterales; mientras que los modelos de la FAM tienen la capacidad de utilizar armas de mayor potencia y de disparo lateral desde la cabina de carga. Lo que en general cubre las demandas operativas para atender misiones de seguridad durante la noche. El futuro del Black Hawk parece prometedor, según datos de la Sedena, antes de la llegada de los M el S-70 era el segundo helicóptero que más horas de vuelo nocturno reportaba, tendencia que debe de estarse revirtiendo con las nuevas máquinas y tecnologías incorporadas.
Es aventurado decir si en el periodo presidencial que está por comenzar en México se da una expansión de la flota, la negociación tal vez gire alrededor de contratos de mantenimiento e inversión en México. También habrá que observar cómo se desarrolla el proceso de incorporar un helicóptero embarcado para el proyecto POLA a donde erróneamente se ha hablado de una cancelación de contrato de los MH-60R Sea Hawk. Hay que aclarar que este no es el único helicóptero ofertado y que no se canceló ningún contrato, pues lo único que constaba era la aprobación de los Estados Unidos para que México comprara los helicópteros MH-60R. Sin duda es un tema del que sabremos más en el futuro.
Existe la necesidad de expandir la capacidad de entrenamiento simulado, la demanda de este rubro es bastante importante ahora y finalmente queda en el aire lo qué pasará con los seis S-70A24 de la FAM, que pronto estarán en el límite de su vida útil y una decisión deberá tomarse en cuanto si son sujetos a una extensión por revisión mayor, la cual hasta ahora no puede hacerse en México. Habrá que plantearse la viabilidad de una mejora o incluso una homologación a un nivel más moderno.