El consorcio formado por las compañías alemanas Lurssen Werft, ThyssenKrupp Marine Systems (TKMS) y German Naval Yards (GNY) ha comenzado la construcción de la séptima corbeta de la clase Braunschweig. Se trata de la segunda unidad del nuevo lote de estos buques, también denominados K130, que el Parlamento alemán encargó a mediados de 2017. El coste del encargo, fijado casi un año después, alcanza los 2.000 millones de euros.
Las cinco primeras naves de este modelo ya fueron entregadas entre los años 2008 y 2013. Ese lote original será actualizado para alcanzar el mismo nivel de las cinco del nuevo encargo conforme vayan pasando por el astillero para completar los trabajos de mantenimiento contemplados.
La puesta de quilla de la corbeta Emden, que es el nombre que recibirá la nave que ya se fabrica desde el pasado viernes, cumple con el cronograma previsto para que las cinco nuevas unidades puedan incorporarse a la Armada alemana a partir de 2022. Los trabajos en la primera unidad del lote, la corbeta Koln, arrancaron hace ahora un año.
Las K130 sustituyen a los buques de ataque rápido de la clase Gepard (Tipo 143A), que se mantuvieron operativos en la marina de guerra alemana desde los años ochenta y hasta noviembre de 2016, cuando la última unidad dejó de prestar servicio. La clase Gepard también contó con diez unidades, como las previstas para las Braunschweig.
Las autoridades alemanas anunciaron el encargo de las últimas cinco unidades de K130 en octubre de 2016, justo el mes anterior al de la baja del último buque del Tipo 143A. En aquel momento se previó que las entregas de las nuevas naves arrancasen el año pasado y concluyese en 2023.
Cada corbeta Braunschweig suma 89 metros de eslora y desplaza 1.800 toneladas.