Los nuevos proyectos europeos de cooperación militar, como el Fondo Europeo de Defensa para la investigación y el desarrollo de capacidades conjuntas, no impedirán la participación de las firmas armamentistas estadounidenses. La Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Federica Mogherini, ha respondido con esta afirmación a la carta que recibió el primero de mayo de la subsecretaria estadounidense de Defensa, Ellen Lord, en la que Estados Unidos mostraba estar “profundamente preocupado con la aprobación del Reglamento del Fondo Europeo de Defensa y con las condiciones generales de [las iniciativas de cooperación militar industrial europea de] la Pesco”.
Lo que Washington teme es que su industria militar vea dificultado el acceso a los nuevos programas europeos por la exigencia prevista por Bruselas de mayor participación en ellos de empresas de los países miembros. La carta de Lord incluye una velada amenaza a las compañías del viejo continente, que podrían acabar obligadas a elegir entre el mercado de la UE o el de Estados Unidos (mucho mayor) para seguir operando.
Como respuesta, Mogherini ha afirmado esta semana durante un encuentro con la prensa, que la Unión Europea “está y permanecerá abierta a las compañías y equipos de Estados Unidos”. La alta representante ha añadido que en la actualidad “la Unión Europea está en realidad mucho más abierta de lo que lo está el mercado de adquisiciones de Estados Unidos para las empresas y equipos de la Unión Europea”. Aquí, ha añadido, “no existe una Ley Europea de Compra [en referencia a la Ley Americana de Compra que EEUU aprobó en los años 1930 para favorecer a los productos de fabricación propia en las compras gubernamentales], y alrededor del 81 por ciento de los contratos internacionales en Europa va a parar actualmente a las empresas estadounidenses”.
De este modo, Mogherini trata de tranquilizar a Estados Unidos, para quien no ve “motivos reales de preocupación”.
La UE aún debe concretar el próximo junio cómo será la participación de las empresas no europeas en sus nuevos programas de cooperación militar. En principio, solo podrán optar a la financiación europea, que prevé una inyección de 13.000 millones solo en el Fondo Europeo de Defensa entre 2021 y 2027, las entidades establecidas en la UE o en países asociados y no controladas por terceros países, o sus entidades jurídicas. Con carácter excepcional, la UE ya ha adelantado que podrán optar también las filiales establecidas en la UE de empresas de terceros países, siempre que se cumplan determinadas condiciones que garanticen que no se ponen en peligro los intereses de seguridad y defensa de la UE y de los Estados miembros. La previsión es que las entidades establecidas fuera de la UE no recibirán financiación de la Unión, pero sí podrán participar en proyectos de cooperación. Lord ha calificado estos planteamientos contenidos en los primeros borradores que aún deben ser ratificados de “lenguaje restrictivo” y “píldoras venenosas”, informa EU Observer.
Muchos expertos coinciden en que Estados Unidos y Europa se encuentran en su peor momento de relaciones desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.