Italia no entregó en 2018 al programa del caza de quinta generación F-35 la cantidad de 389 millones de euros a los que se había comprometido. El país acumula, de hecho, en torno a un año sin efectuar ningún pago por estos aviones, de los que de momento se ha comprometido a la compra de 28 unidades y tiene la previsión de adquirir un total de 90. Como respuesta, la compañía estadounidense Lockheed Martin, contratista principal del programa, ha suspendido las entregas al país, incluidos dos unidades que ya han iniciado sus vuelos de prueba y se encuentran listos en la planta de ensamblaje de este modelo en Italia.
Los responsables de Lockheed han ido además más allá y han optado por suspender todos sus tratos con Roma y han pedido a la Oficina del Programa Conjunto (JPO, por sus siglas en inglés) del F-35 que haga lo mismo, en vista de la actitud morosa de Italia.
La situación ha sido revelada esta semana por el jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea italiana, el general Alberto Rosso, en una comparecencia conjunta ante las comisiones de defensa de la cámara baja y el senado italianos. En ella el general Rosso detalló que las facturas que han quedado pendientes de pago en 2018 ascienden a 389 millones de euros. El militar detalló que de los 28 aviones autorizados a nivel político, de momento “hemos recibido once y medio y ahora estamos a la espera”, informa Defense-Aerospace.
En vista de las circunstancias, el jefe de la Fuerza Aérea transalpina evidenció la existencia de “grandes preocupaciones sobre la incertidumbre en torno a este programa” y señaló directamente la “hipótesis de una reducción en la cantidad” de aviones que acabará adquiriendo Italia, algo que el actual Gobierno italiano lleva meses planteándose. En realidad, los partidos que forman la Coalición que gobierna en el país, Movimiento Cinco Estrellas y Liga Norte, tienen posiciones distintas sobre el programa italiano del F-35. Los representantes del primero prometieron que se retirarían del proyecto, mientras que la posición del segundo pasa por recibir los aviones con una cadencia más lenta, pero continuar con su recepción.
Italia es el único país, además de Estados Unidos y Japón, donde se fabrica el F-35, por lo que una posible anulación de los encargos pendientes supondría, además de las señaladas sanciones económicas, un impacto negativo para la actividad industrial italiana implicada en este programa.
A día de hoy Roma tiene previsto recibir 90 aviones de combate F-35, de los que 75 equipará a su fuerza aérea (60 de la versión convencional F-35A y 15 F-35B, que son los preparados para su despegue en corto y aterrizaje vertical –STOVL) y otros 15 más, de la versión F-35B, serán empleados por su Armada.
El programa del caza F-35 lleva desde sus inicios tratando de reducir los costes de producción. En él, además de Estados Unidos e Italia, están implicados Reino Unido, Países Bajos, Australia, Dinamarca, Noruega, Turquía y Canadá. Italia llegó a reclamar a principios de 2017 un mayor papel en el proceso de fabricación de los aparatos.