Distintos miembros de la Unión Europea han suscrito cuatro cartas de intención para el desarrollo conjunto de cuatro ámbitos de capacidades militares críticas. Los acuerdos comprenden el área de defensa aérea y antimisiles integrada, el de guerra electrónica, el de municiones merodeadoras y el desarrollo de un nuevo buque de combate de superficie. Estas alianzas se han alcanzado en combinación con la aprobación esta semana por parte de los ministros de Defensa de la UE del informe de la Revisión Anual Coordinada de Defensa (CARD) de 2024
En lo que respecta a la defensa aérea y antimisiles integrada (IAMD, por sus siglas en inglés), al menos 18 Estados miembros han declarado su intención de colmar colectivamente las brechas de capacidad urgentes a corto plazo mediante la adquisición de sistemas aéreos no tripulados (C-UAS), defensa aérea terrestre (GBAD) y municiones. A mediano plazo, estos Estados miembros aspiran a desarrollar tecnologías para contrarrestar enjambres de drones y amenazas de alta velocidad. Y a largo plazo planean construir una arquitectura IAMD sólida.
En materia de guerra electrónica, 14 Estados miembros han confirmado su voluntad de mejorar conjuntamente sus capacidades mediante la adquisición compartida de equipos, el establecimiento de plataformas de intercambio de datos y el desarrollo de doctrinas, formación, ejercicios e instalaciones comunes. A largo plazo, se centrarán en el desarrollo de sistemas futuros, en particular de interferencias y contrainterferencias.
En cuanto a municiones merodeadoras, 17 países de la UE comparten la intención de agrupar sus necesidades con vistas a adquirir estos sistemas de forma conjunta a corto plazo y trabajar en su desarrollo ulterior a medio y largo plazo. También trabajarán en el uso de estos sistemas mediante la creación de conceptos operativos y el establecimiento de una terminología común, así como mediante la realización de ejercicios, formación y pruebas conjuntas.
Y sobre el desarrollo de un nuevo buque de combate europeo (ECV, por las siglas de la expresión en inglés European Combat Vessel), al menos siete Estados miembros han rubricado su intención de desarrollar la próxima generación de barcos de guerra utilizando lo que la información facilitada por la Agencia Europea de Defensa (EDA) denomina un enfoque “del sistemas al casco”. La previsión es armonizar los requisitos, desarrollar un modelo de negocio y prepararse para la adquisición conjunta para 2040.
Amenazas más complejas
LA EDA concreta que la defensa aérea y antimisiles integrada (IAMD) es crucial para proteger la infraestructura crítica, las áreas urbanas y las fuerzas militares de Europa de una gama cada vez más compleja de amenazas aéreas, incluidos misiles balísticos, misiles de crucero y sistemas aéreos no tripulados.
Sobre la guerra electrónica subraya que desempeña un papel fundamental en los conflictos modernos, “ya que permite interrumpir las comunicaciones y los sensores enemigos al tiempo que protege a las fuerzas amigas de la detección y la interferencia”. De este modo es posible “garantizar el dominio de la información y salvaguardar la seguridad nacional”.
El 80% del comercio depende del mar
Las municiones merodeadoras, apunta la fuente oficial, son sistemas versátiles que pueden permanecer sobrevolando áreas objetivo y atacar cuando sea necesario, “combinando la recopilación de inteligencia con ataques de precisión”. Todas las operaciones militares recientes han confirmado el potencial disruptivo de esta capacidad, como se ha demostrado en los campos de batalla ucranianos desde 2022, por ejemplo.
Y en cuanto al futuro buque de combate europeo (ECV), la EDA apunta que esta es la denominación común de un futuro barco de combate de superficie modular multipropósito. “Al ser una gran península rodeada casi en su totalidad por mar y con más del 80% de su comercio dependiente del transporte marítimo, Europa necesita capacidades sólidas para proteger sus aguas, al tiempo que puede responder a los conflictos en el exterior”, precisa.