Los submarinos S-80 españoles no lanzarán misiles sub-Harpoon de la estounidense Boeing como estaba previsto en un principio. La Armada ha tomado esta decisión después de comunicar recientemente la US Navy el final del programa sub-Harpoon y la retirada de este misil en servicio a medio plazo.
La apuesta ahora es el misil antibuque NSM de la noruega Kongsberg Defence Aerospace (KAD), adquirido ya por España para las futuras fragatas F-100. La Armada ha encargado a Navantia un estudio técnico para la integración en la serie S-80 de la versión del NSM (Naval Strike Missile) diseñada para el lanzamiento desde submarinos.
El contrato, al que ha tenido acceso Infodefensa.com, tiene un presupuesto de 240.000 euros. La Armada ya adjudicó hace un año una primera licitación de casi medio millón de euros a Navantia para las actividades de integración preliminares de este misil en los nuevos sumergibles. La gran novedad ahora es que el nuevo expediente deja claro que el sub-Harpoon y el NSM no convivirán.
"Tras comprobar la pre-viabilidad de la integración y del lanzamiento del misil desde un submarino S-80 en inmersión, es necesario realizar un estudio técnico que desarrolle determinados aspectos conceptuales de orden técnico, operativo, logístico, industria y de seguridad", explica la Armada, en la memoria de la licitación.
Este estudio, añade, tiene como objetivo principal "desarrollar una aproximación conceptual suficiente de la solución propuesta, así como disponer de una adecuada estimación de riesgos, para tomar decisiones relativas al inicio formal del proyecto, y al esquema de participación industrial".
La Armada también subraya que la razón principal que ha llevado a "abandonar el proceso de obtención del misil sub-Harpoon versión Blk IIU" para los submarinos S-80 es la cancelación del programa en Estados Unidos. "Recientemente se ha conocido que la US Navy no va a continuar con el sub-Harpoon en ninguna de sus configuraciones o bloques", detalla.
La apuesta por el NSM no es firme aún, matiza también. El nuevo estudio permitirá tomar una decisión. "Entre los misiles que más se ajustan a las necesidades de la Armada se encuentra la futura versión del misil NSM lanzable desde submarinos".
Planes de la Armada
La Armada ha elegido el NSM para sustituir a los misiles antibuque Harpoon en servicio, que serán retirados en torno a 2030. En principio, este sistema será integrado en las nuevas fragatas F-110 y también en las F-100 durante su actualización de media vida, pero la idea de la Armada dar un paso más y utilizar este misil desde otras plataformas como el citado S-80 hasta futuros helicópteros antisubmarinos.
El contrato, firmado ya con un presupuesto de 305 millones de euros, contempla un plan industrial para el mantenimiento de los misiles en la base de Rota y la participación de empresas españolas como SMS, Sener o Navantia. Los primeros misiles NSM llegarán en principio en 2027.
Con este misil de largo alcance, las fragatas de la Armada obtendrán también la capacidad de realizar ataques selectivos a objetivos en tierra. El NSM tiene un alcance próximo a los 200 kilómetros y cuenta con un sistema de navegación con GPS militar y un altímetro láser que le permiten sobrevolar tierra haciendo lo que se conoce como Comparación de Terreno. En este modo, adquiere el blanco con el mismo sistema de identificación por imágenes que emplea contra buques.
Se trata de un misil de última generación y una velocidad de 0,9 Mach. El NSM selecciona su objetivo mediante un novedoso sistema de identificación inteligente de imágenes infrarrojas que emplea unas sofisticadas cámaras y procesa las imágenes con un complejo algoritmo de reconocimiento del objetivo.
Este sistema le permite discriminar al blanco deseado entre otros buques o señuelos y sortear cualquier obstáculo que se encuentre en su trayectoria, lo que evita impactos ciegos o adquisiciones de blancos no deseados, cuestión de vital importancia, resalta la Armada, en un arma del tipo “dispara y olvida” como son los misiles antibuque.
Su fuselaje, con diseño furtivo y materiales que absorben la radiación, junto con su perfil de vuelo roza olas, hacen de este misil un blanco muy difícil de detectar y neutralizar. Destaca también su capacidad de generar daños en el objetivo gracias a una cabeza de combate de alto explosivo revestida con una carcasa de titanio y una espoleta de última generación configurable según el nivel de penetración en función del blindaje y los daños deseados en el blanco.