La fragata Reina Sofia de la Armada ha efectuado diferentes ejercicios en el oceáno Índico con el destructor Kang Gam Chan de Marina surcoreana durante el actual despliegue en la Operación Atalanta de la Unión Europea que lucha contra la piratería frente a las costas de Somalia.
Este tipo de actividades permiten mejorar la interoperabilidad y estrechar la cooperación entre los buques presentes en la zona para garantizar la seguridad marítima. Corea del Sur, al igual que Japón o China, cuenta con presencia naval en las aguas del cuerno de África desde hace años.
Con 226 hombres y mujeres a bordo, la fragata Reina Sofía cuenta en su despliegue en el Índico con amplias capacidades embarcadas desde un Equipo Operativo de Infantería de Marina (EOS) y una batería de misiles Mistral; hasta un equipo de la Fuerza de Guerra Naval Especial y una Unidad Aérea Embarcada (Unaemb), compuesta por un helicóptero SH-60B, perteneciente a la Décima Escuadrilla; pasando por un sistema UAV Scaneagle de la Undécima Escuadrilla, así como un equipo médico (Role 2).
La misión de Atalanta es proteger del ataque de los piratas el tráfico marítimo en el océano Índico occidental, especialmente a los buques del Programa Mundial de Alimentos de la ONU. También permite a los pesqueros faenar sin peligro en estas aguas, controlar los puertos y las bases desde donde actúan los piratas y neutralizar los barcos nodriza que éstos utilizan para llegar a alta mar.
Las fragatas de la clase Santa María, como la Reina Sofia, pueden colaborar en distintas operaciones como las MIO (Operaciones de Interdicción Marítima), que consisten en el control del tráfico marítimo en un área determinada para hacer que se cumplan determinadas restricciones que puedan imponer las organizaciones internacionales. Esto se consigue mediante la identificación del tráfico y el abordaje, inspección, y en su caso detención, de buques sospechosos.
Así es la fragata Reina Sofía
El buque cuenta con un desplazamiento de 3.900 toneladas y una eslora de 138 metros, con una manga de 14,3 metros y un calado de 7,5 metros. Puede alcanzar una velocidad máxima de 29 nudos y dispone de una autonomía de 5.300 millas náuticas a una velocidad de 12 nudos. Su sistema de propulsión está compuesto por dos turbinas de gas LM-2500 que generan un total de 40.000 caballos de vapor, impulsando una única hélice. Además, tiene capacidad para embarcar hasta dos helicópteros medios, generalmente Sikorsky SH-60B Seahawk, equipados con misiles Penguin y torpedos, o en su defecto, drones Scan Eagle para misiones de reconocimiento y vigilancia.
Respecto al armamento dispone de un lanzador de misiles MK-13 con capacidad para misiles Standard, en proceso de retirada, y antisuperficie Harpoon; un montaje Oto Melara 76/62 mm; dos montajes triples de tubos lanzatorpedos para MK-46; y una estación de armas remota (RWS) Sentinel de 30 mm. Esta última instalado recientemente junto con un sistema antidrón.
La dotación de la Reina Sofía puede oscilar ligeramente, pero su capacidad máxima en la mar es de 226 personas. Además del comandante y el segundo, está formada por unos 15 oficiales, 30 suboficiales, 40 cabos primeros, 30 cabos y 80 marineros. Además, en función de la misión, la Reina Sofía puede embarcar un destacamento aéreo con capacidad de operar un dron y un helicóptero, o dos helicópteros; un equipo de seguridad de Infantería de Marina, un equipo de operaciones especiales o equipos médicos.