El rompehielos ARA Almirante Irízar completó con éxito el reabastecimiento de la Base Antártica Conjunta (BAC) Marambio como parte de la primera etapa de la Campaña Antártica de Verano (CAV) 2024/25. Durante ocho días, las operaciones se llevaron a cabo exclusivamente con un helicóptero Sea King de la Segunda Escuadrilla Aeronaval, permitiendo el traslado de víveres, combustible y materiales.
Además, las dotaciones salientes de las bases Petrel y Esperanza fueron replegadas a Buenos Aires, mientras que las entrantes de las bases Brown, Primavera y Cámara se embarcaron para iniciar sus actividades estacionales.
El Irízar continuó su misión hacia otras bases antárticas, incluyendo la BAC Esperanza, donde personal del Servicio de Hidrografía Naval inició trabajos de batimetría y oceanografía. En las bases temporarias, Brown, Primavera y Cámara, se llevaron a cabo tareas de reapertura, que incluyeron la puesta en funcionamiento de instalaciones, el desembarco de equipos y el mantenimiento necesario para garantizar operaciones seguras y eficientes. Estas bases permanecerán activas hasta marzo, sirviendo como puntos clave para investigaciones científicas y logísticas en el continente blanco.
Colaboración internacional y prácticas de intercambio
El rompehielos también destacó por albergar oficiales extranjeros de la Armada del Reino de España y la Marina Militar Italiana, quienes participan en programas de intercambio profesional. El teniente de navío Alberto Román Fernández, veterano de cinco campañas en el buque de investigación oceanográfica Hespérides (A-33), resaltó las diferencias logísticas y operativas entre ambas embarcaciones, destacando la capacidad del Irízar para abrirse paso en zonas inaccesibles para otros buques.
Fernández explicó: “Hay muchas diferencias con el Hespérides. El Irízar es mucho más grande, tiene 300 tripulantes mientras que el buque polar tiene poco más de 50, por lo que la organización es mucho más compleja. En segundo lugar, las características de sus operaciones que, al tener 13 bases repartidas por el continente antártico, requiere de una logística mucho mayor que la nuestra, con dos bases. Y por último la forma de navegación, donde pude apreciar las técnicas que el comandante aplica para abrirse paso rompiendo hielo a lugares a los que un buque polar no podría llegar. Es una experiencia muy interesante”.
Teniente de navío Alberto Román Fernández. Firma: ARA
Por su parte, el teniente de navío Francesco Capece, especialista en hidrografía de la Marina Italiana, valoró la experiencia como enriquecedora, enfatizando la diversidad de actividades realizadas en las guardias de puente.
En las próximas etapas de la CAV, se espera la incorporación de nuevos oficiales de intercambio provenientes de las armadas de Estados Unidos, India y Bulgaria, fortaleciendo la cooperación internacional en operaciones antárticas.
Primer curso de buceo en aguas polares en la Base Carlini
La Base Carlini fue escenario del primer curso de buceo en aguas polares dictado por la Escuela de Buceo de la Armada Argentina (ESBU). Cuatro buzos militares, provenientes de la Armada y el Ejército, participaron en este entrenamiento especializado, diseñado para preparar al personal que desempeñará tareas científicas y logísticas en condiciones extremas. Durante la fase práctica, los cursantes realizaron buceos bajo hielo y en el Mar Antártico, garantizando su preparación para operar de manera segura en entornos desafiantes.
Curso de Buceo Base Carlini. Firma: ARA