El Consejo de Ministros belga ha autorizado la entrada del país en el programa de Futuro Sistema Aéreo de Combate (FCAS) como observador. Es el paso previo previsto para su definitiva inclusión como cuarto socio de esta iniciativa, construida en torno al desarrollo de un caza de sexta generación, del que ya forman parte Francia, Alemania y España.
La resolución incluye un desembolso inicial de 60 millones de euros en actividades de investigación y desarrollo para facilitar a la industria del país situarse en las mejores condiciones posibles ante su entrada en el programa.
Bélgica ya ha firmado oficialmente un acuerdo con Francia, Alemania y España para obtener ese estatus de observador dentro del FCAS, según la información divulgada por los gabinetes de la ministra de Defensa, Ludivine Dedonder, y del ministro de Economía, Pierre-Yves Dermagne, recogida por el periódico financiero belga L´Echo.
En palabras de Dedonder, “este estatuto de observador nos permitirá seguir de cerca el desarrollo de este programa crucial para el futuro de la defensa belga, pero especialmente europea, y tomar una decisión informada sobre nuestra posible participación en las fases de desarrollo posteriores".
En la actualidad, el desarrollo del SCAF está liderado industrialmente por tres compañías, representante cada una de ellas de uno de los tres socios iniciales. Se trata de Dassault Aviation, por parte de Francia; de Airbus, por la parte alemana, y de Indra, por España.
Algún país más
La incorporación de Bélgica al proyecto fue adelantada el pasado junio por el presidente Francés, Emmanuel Macron, y confirmada en noviembre por el general de división Jean-Luc Moritz, director militar de la parte francesa del programa. También en noviembre, la ministra Dedonder detalló el calendario previsto de la incorporación de Bélgica al FCAS, que pasaba entonces por la firma de su participación como observador el pasado diciembre, y su unión oficial al programa Next Generation Weapon System/Future Sombat air System (NGWS/FCAS) “en junio de 2025”.
No se descarta que más adelante se pudiera unir al FCAS algún país más. De hecho, sus actuales socios han mostrado en distintas ocasiones estar abiertos a la posibilidad de compartir proyecto con más naciones, siempre y cuando sean europeas. Un candidato posible es Suecia, que ya cuenta con experiencia en el desarrollo de aviones de combate, a través de los aparatos Gripen de la compañía Saab.