La tripulación de la fragata noruega NKM Helge Ingstad (F313) no cumplió bien su misión la noche de principios de noviembre en la que el buque, de 5.300 toneladas y 134 metros de eslora, no fue capaz de variar su rumbo cuando se cruzó con el del petrolero con bandera maltesa Sola TS. La consecuencia fue el hundimiento de la nave de guerra, al que la colisión ocasionó una brecha de medio centenar de metros de longitud. Un lustro después, la justicia del país condenó al comandante de guardia de esa noche, un oficial de 33 años, por la negligencia que dejó al NKM Helge Ingstad definitivamente fuera de servicio.
Mucho antes, apenas unos días después del siniestro, un informe preliminar de la Comisión de Investigación de Accidentes de Noruega (AIBN, por su siglas en inglés), ya señaló al constructor del barco, la española Navantia, por un presunto fallo relacionado con sus compartimentos estancos. Un año después del suceso, en noviembre de 2019, las autoridades noruegas eximieron de responsabilidad a la empresa fabricante de lo sucedido. Pese a ello, el Gobierno noruego retoma ahora las acusaciones y reclama a Navantia más de 1.000 millones de euros por esos hechos, y en concepto, básicamente, del precio de la fragata y los trabajos de reflotación que, sin embargo, no sirvieron para poder poner de nuevo en servicio el buque de la clase Fridtjof Nansen.
Línea de ejes
El semanario local especializado Teknisk Ukeblad recoge la nueva solicitud basada en que supuestamente la construcción del buque, que tuvo lugar en los astilleros de Ferrol, en Galicia, no fue del todo correcta. La demanda vuelve a esgrimir que el paso de agua a través de la línea de ejes favoreció por su configuración el hundimiento, aunque la Agencia Noruega de Investigación de Seguridad (NSIA) ya concluyó en un informe de 2021 que éste no fue un factor decisivo para que el buque acabase bajo el agua, lo que, por otra parte, señaló que se podría haber evitado tras el choque si la tripulación hubiese seguido las pautas correctas antes de abandonar el barco.
El objetivo del Gobierno de noruega con esta reclamación es obtener un acuerdo con la empresa española para no llegar a un juicio por este asunto que comenzará, en su caso, el próximo 23 de septiembre.
Entre tanto, Oslo avanza en el proceso de sustitución de la flota de cuatro fragatas de la clase Fridtjof Nansen que quedan de la serie de cinco que le construyó Navantia a principios de siglo. De momento ya hay cuatro países seleccionados para competir en el concurso: Alemania, Estados Unidos, Francia y Reino Unido.