Un comienzo espectacular
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Un comienzo espectacular

Reunión Robles y Tess Defence II
Reunión de la ministra de Defensa con las empresas de Tess Defence
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Tres son las líneas que se han marcado para la política de defensa en la legislatura: desarrollo de la política de personal, transformación y modernización de las Fuerzas Armadas, y fortalecimiento de la posición internacional de España. Unas líneas que, en parte, se habían esbozado en la intervención de la ministra Margarita Robles en la Pascua Militar, que hizo alusiones a cuestiones que nos están enfrentando con algunos de nuestros socios estratégicos en materias muy delicadas. Las referencias a las presuntas violaciones del derecho internacional se repiten unidireccionalmente por las autoridades sin valorar los efectos que tienen sobre nuestros intereses estratégicos.

Las Fuerzas Armadas españolas trabajan con seriedad, responsabilidad y alto nivel de compromiso, tanto en el interior de nuestras fronteras como en las misiones exteriores. En estas su desempeño es impecable a pesar de que las posiciones políticas no lo favorecen. La postura política mantenida en relación con las misiones aliadas en el mar Rojo o las declaraciones sobre la guerra en Gaza no ayudan a fortalecer la posición internacional de España. Tampoco lo hacen en el marco estrictamente europeo, donde los resultados de la Presidencia de turno en materia de defensa han sido discretos, y donde nuestra posición sobre la respuesta europea en algunas zonas es cuando menos ambigua. Las recientes teorías sobre “terrorismo blando” tampoco ayudan a fortalecer nuestra posición internacional.

En el haber político está el incremento del presupuesto de inversiones, que parece ser que se mantendrá este año, si finalmente tenemos presupuesto. Sin embargo, hay dudas razonables de si el marco económico nacional permitirá darle continuidad a medio plazo, en un contexto de deuda pública muy elevada. El incremento de presupuesto está dirigido hacia la modernización de las Fuerzas Armadas y el fortalecimiento del tejido tecnológico e industrial español. Es cierto que se han abierto un importante número de programas durante el año 2023. En diciembre se firmaron, con gran aparato escénico, cinco nuevos. Se han impulsado las capacidades operativas, pero no sin ciertos desequilibrios derivados de consideraciones políticas. El reciente anuncio de la construcción de un nuevo BAC pudiera responder a esos criterios de oportunidad. En cualquier caso, la materialización de ese nuevo programa deberá verse en los próximos Consejos de Ministros. Dicen que del dicho al hecho hay gran trecho.

Las reiteradas quejas mostradas públicamente sobre la evolución de algunos programas, que pueden tener un fondo razonable, aunque se hagan de forma extemporánea como sucedió en la Pascua Militar, deben llevar a una reflexión interna en el seno del Ministerio. Las Fuerzas Armadas llevan en proceso de transformación continua desde hace décadas. Pero se olvida la transformación de la estructura del órgano central que no se ajusta a las necesidades que impone el nuevo marco y que está produciendo una parálisis en la política de adquisiciones. El necesario debate parlamentario sobre la ejecución de los programas no debería utilizarse como arma partidista. Un análisis constructivo sobre la realidad de los efectos de las nuevas inversiones sería más que deseable, para corregir errores y mejorar.

Tenemos una base financiera suficiente para conformar una política tecnológica e industrial que a medio y largo plazo refuerce nuestro sector. No se trata solo de gastar el dinero o de generar puestos de trabajo a corto plazo. Se trata de responder a las prioridades operativas y promover el tejido tecnológico español para que nuestra industria se consolide y potencie con visión de futuro.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, habló en Davos de la necesidad de estructurar la industria de defensa española. Más allá de las líneas marcadas por la Estrategia Industrial de Defensa, parece que esa idea se refiere a un mayor nivel de intervención pública, directa o indirecta, dirigida desde la propia Presidencia, y que, por otra parte, se produce en parte como reacción ante el desembarco de capital extranjero en algunas empresas estratégicas. El papel que puede jugar la nueva Secretaría de Estado de Industria de cara al sector de defensa está todavía por definir.

Mientras tanto en los nuevos programas, que implican un gran volumen de inversiones, está por ver el nivel de participación real de la industria española, especialmente en cuanto a participación de las pymes que, hoy por hoy, conforman la mayoría del sector y que son los verdaderos generadores de tecnología. Una responsabilidad política que no puede delegarse en los contratistas principales. Las extrañas relaciones políticas con los países de dónde proceden nuestros tecnólogos de referencia tampoco ayudan.

La recuperación del mercado doméstico favorece el atractivo de la industria de defensa. La aparición de nuevos actores financieros así lo demuestra. La participación de nuevos inversores y de capital privado en proyectos de defensa es deseable. También es conveniente si contribuye a generar tecnología de vanguardia y a incrementar el peso de la industria de defensa sobre el PIB nacional y no solo a obtener una rentabilidad a corto. Un factor que debe considerar también la presencia de nuestras empresas en el mercado exterior, a lo que también afecta la imagen internacional de España y que sigue, en general, demasiado condicionado por programas de colaboración europeos.

“La paz es el principal objetivo de todos los gobiernos” pero estos no deben olvidarse de anteponer su vocación de servicio por encima de intereses particulares para promover el bienestar y la prosperidad de los ciudadanos en libertad, con justicia y en un entorno seguro. En la extinta Unión Soviética había paz, pero no se cumplían el resto de las condiciones. “La paz es una exigencia”, pero tenemos guerras y conflictos que no podemos eludir.

La Defensa española está teniendo un inicio de año espectacular. Entiéndase con la acepción de llamativo, que contempla la RAE como sinónimo del adjetivo. Son muchas las noticias que se están produciendo relacionadas con sus diferentes aspectos. El debate refleja el ambiente en el que vivimos y que, en esta política como en otras, no es deseable. Más allá de los grandes titulares mediáticos, sería muy conveniente un poco de coherencia y sosiego para afrontar el futuro incierto que se nos avecina.





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