El Ejército del Aire y del Espacio ha firmado con la empresa española Einsa un contrato de 5,8 millones de euros para el suministro durante los cuatro próximos años de arrancadores eléctricos remolcados.
La empresa entregará dos tipos de arrancadores: de 60 kvas/1.800 A y de 90 kvas/2000 A. El contrato contempla la compra de 80 equipos de este tipo con un valor por unidad de 70.000 y 75.0000 euros, respectivamente. El Ejército del Aire recibirá 20 arrancadores cada año; 10 arrancadores de 60 kvas/1.800 A y 10 de 90 kvas/2000 A, según los pliegos del expediente a los que ha tenido acceso Infodefensa.com.
Los arrancadores eléctricos son equipos de apoyo para el suministro de energía para la puesta en marcha de los motores y sistema electrónicos de diversas aeronaves del Ejército del Aire y del Espacio. Su uso preserva los sistemas de arranque propios de la aeronave y permite el empleo de su electrónica sin el uso de los motores de la aeronave en zonas no permitidas para ello.
Se trata de un sistema de arranque alternativo a la Unidad de Potencia Auxiliar (APU) interna del avión. En el caso concreto de los veteranos F-5, utilizados por el Ejército del Aire para el entrenamiento avanzado de pilotos de caza, se necesitan específicamente arrancadores para la puesta en marcha de los motores.
La compra de nuevos arrancadores permitirá sustituir hasta 20 equipos de este tipo retirados en los dos últimos años por obsolescencia y por averías que no sale rentable reparar. La flota en servicio también es bastante veterana, un 30% supera las dos décadas en servicio y por encima de 15 es muy difícil encontrar repuestos, explica el Ejército del Aire y del Espacio.
El contrato tiene un presupuesto de 5,8 millones de euros, pero el valor estimado asciende hasta los 8,7 millones al incluir una partida para una posible prórroga de dos años más, hasta 2028.
La licitación ha sido gestionada a través del Mando de Apoyo Logístico del Ejército del Aire (Malog) mediante procedimiento abierto y tramitación ordinaria. Al concurso se presentaron dos empresas: Dimaim Systems e Einsa (Equipos Industriales de Manutención). Esta última fue la única que al final cumplió con los requisitos establecidos en las cláusulas del contrato.