Canadá pagará 562 millones de euros por toda la vida de cada uno de sus 88 cazas F-35
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Canadá pagará 562 millones de euros por toda la vida de cada uno de sus 88 cazas F-35

Cada uno de los 88 aparatos que le llegarán entre 2026 y 2032, según lo previsto, conllevará un gasto total de 562 millones de euros
Alemania vuelve a considerar la compra de cazas F-35
Avión de combate F-35. Foto. Lockheed Martin
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La Oficina del Presupuesto Parlamentario (PBO, por sus siglas en inglés) de Canadá ha echado cuentas sobre los costes asociados a la adquisición de 88 aviones de combate F-35, confirmada a principios de año. Tras años con la operación en entredicho, pese a que Canadá es uno de los socios originales de este caza de quinta generación liderado por EEUU, Ottawa dio luz verde definitiva hace casi once meses a una compra estimada en 19.800 millones de dólares canadienses (más de 13.250 millones de euros al cambio actual), al sumar a los 19.000 millones de la adquisición en sí, otros 800 millones para pagar todas las actividades relacionadas con con esta fase. A esas cantidades hay que sumar otros 200 millones de dólares más (casi 134 millones de euros) por el desarrollo de la aeronave, en la que Canadá está implicada en un tercer nivel junto a Australia, Dinamarca y Noruega. Un segundo nivel lo componen Italia y Países Bajos, y en el primero se sitúa Reino Unido. Turquía, que en su momento formó parte de la iniciativa, quedó fuera por decisión de Washington, líder del programa, tras adquirir sistemas de defensa antiaérea rusos S-400, lo que levantó los recelos de la OTAN. 

A estos 20.000 millones de dólares hay que sumar otros 33.800 millones (más de 22.600 millones de euros) para operar y sostener la flota durante las alrededor de cuatro décadas que está previsto que esté en servicio, desde 2026, cuando lleguen los primeros aparatos, hasta 2061 o 2062, cuando se estima que el último avión habrá alcanzado su vida útil. Deshacerse de los aviones incrementará la cuenta otros 200 millones de dólares canadienses más. La suma de todos estos conceptos asciende a 73.900 millones de dólares (más de 49.450 millones de euros al cambio actual), según la estimación de la PBO, que es una entidad del Parlamento de Canadá destinada a proporcionarle análisis financieros y económicos independientes bajo la dirección de un funcionario independiente. 

En total, se trata por tanto de un coste medio de840 millones de dólares canadienses, lo que al cambio actual equivale a cerca de 562 millones de euros por avión durante todas sus fases. En palabras de Yves Giroux, adscrito al PBO, “el coste total estimado del desarrollo, adquisición, operaciones y mantenimiento, y eliminación de la nueva flota de cazas es de 73.900 millones de dólares en un periodo de 45 años”, lo que no excede demasiado a la estimación de “unos 70.000 millones de dólares” canadienses estimada previamente por el Gobierno del país. 

De oponerse a comprar 23 más 

La previsión es que las cuatro primeras aeronaves lleguen al servicio en 2026, y que a partir de 2029 se mantenga un ritmo de entregas de 18 aparatos al año, hasta 2032, cuando, si no hay contratiempos, llegarán los últimos. 

Se da la circunstancia de que el actual primer ministro del paísJustin Trudeau, accedió al poder en 2015 con una firme oposición a la compra de estos aviones, pese a que Canadá es uno de los nueve países socios del programa F-35 . Sin embargo, coincidiendo con el inicio de la invasión rusa de Ucrania, la postura del Ejecutivo canadiense comenzó a virar, y Ottawa inició las negociaciones con el fabricante para la compra de los 88 aviones. Curiosamente, la confirmación de la compra coincidió con importantes anuncios sobre la compra del mismo modelo por parte de Alemania, que igualmente llegó a rechazar con toda contundencia que fuese a encargarlo; Chequia; Grecia y Países Bajos, que ha solicitado un incremento de la flota ya comprometida. 

Un concurso sin posibilidades para Europa 

Se da la circunstancia de que los planes originales canadienses, antes de que el actual Gobierno los anulase, contemplaban la adquisición de 65 unidades, 23 menos, por tanto, que los ahora contemplados. 

Tras las expectativas abiertas en el mercado de aviones de combate por aquel rechazo al F-35, que llevó a la apertura en 2017 de un concurso internacional, las opciones europeas comenzaron a perder fuerza al trascender que el ganador debería certificarse para poderse conectar a sistemas de inteligencia de máxima seguridad estadounidenses. De ese modo, la sueca Saab, fabricante del caza Gripen, y la germano-franco-española Airbus, que encabezaba la opción del caza Eurofighter, se quedaron prácticamente sin posibilidades, mientras que la francesa Dassault, desarrolladora del avión Rafaleabandonó antes el concurso precisamente por considerar que se favorecía a las compañías del otro lado del Atlántico. 






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